El Ágora de la Poesía vuelve a citarse nuevamente en el anfiteatro situado frente al Hostal de San Marcos

Ágora de la Poesía

L. Castellanos

Se han conjurado para organizarla los últimos viernes de mes de aquí a cien años. Y conociendo a sus organizadores es más que probable que acaben colmando tal compromiso. El Ágora de la Poesía lleva ya tres ediciones celebradas y se emplaza para la cuarta en un enclave inusual, el anfiteatro que se camufla a ras de suelo frente al Hostal de San Marcos, convertido en refugio inexpugnable para un grupo de fervorosos y entusiastas de la poesía. Allí se citan, siempre a las 22.30 horas y ya bajo el dominio de la tiniebla, para compartir, para leer, para estrechar vínculos en una atmósfera que se torna singular y sometida al designio del imprevisto. Porque el Ágora de la Poesía no se ciñe a norma alguna y son sus 'visitantes' quienes dan carácter a su contenido. Cada cual hace su contribución, unas líneas de aquí, un verso de allá... huyendo del corsé y del imperativo.

Sandra Sánchez, escritora de raíz autodidacta que mantiene un blog y una página en facebook llamados 'Ver crecer el maíz' y que ha encontrado en las redes sociales y las nuevas tecnologías el principal amplificador para su poesía, define esta iniciativa, que mes tras mes se consolida y aumenta su poder de convocatoria, como “asamblea poética”. “Los poemas no compiten, se comparten. La palabra se expresa y se escucha para que el poema, a ser posible, hable por sí mismo”, asegura a propósito de las iniciativas de esta reunión literaria que ya en su última edición, a diferencia de las anteriores, contó con la colaboración del Ayuntamiento en cuestiones logísticas y disfrutó de megafonía e iluminación. “Estoy harta de las etiquetas”, asegura Sandra. “Son tiempos de doble moral e hipocresía. La poesía, sin embargo, alienta precisamente la solidaridad, la humildad, la alegría... Hay que agarrarse a la vida y con el Ágora tratamos de transmitir esperanza”. Ella es una de las principales patronas de un encuentro en el que se reparte chocolate y se abrazan intimidades y al que también contribuyen con su entusiasmo e interés gente de la cultura leonesa como Ramiro Pinto o Toño Morala, entre otros, y del que siempre se desconoce el nombre de sus participantes, de ahí su carácter exclusivo.

Una luz mínima rompe la oscuridad para alumbrar los poemas que se leen. “Es un proyecto que nace con vocación de continuidad”, añade Sandra, quien considera que al hacerse uso de un espacio público el acto acaba adquiriendo una fuerte carga simbólica y reivindicativa “en un momento en que se agrede lo público en servicios que son básicos, como la salud y la educación y contra bienes comunes en el ámbito de las Juntas Vecinales”. “La gratuidad del acto rompe cualquier barrera”, añade la escritora.

Viernes, 30 de agosto. 22.30 horas

Anfiteatro situado en los jardines que se encuentran frente al Hostal de San Marcos

Entrada libre

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