Lola Quintanilla: “Mi máxima inquietud es contar cosas y contarlas bonito”

Lola Quintanilla. Foto: Juan Carlos González Muñoz

Manuel Cuenya

“... No soy misógina, ni machista, ni homófoba ni nada parecido. Creo en la igualdad total de derechos, deberes y oportunidades entre hombre y mujer, siempre que sea desde el respeto de las diferencias esenciales de ambos. La violencia es violencia sin distinción de quien la padezca, sea hombre, mujer, anciano o niño. Abortan las madres; los niños que aparecen en los contenedores los tiran las madres; si mueren cincuenta mujeres al año en España por violencia doméstica, mueren alrededor de veinte hombres y eso sin hablar de los cientos que se suicidan por violencia verbal, social y moral e injusticias judiciales. Y sin embargo, los medios de comunicación y poderes públicos únicamente se hacen eco del asesinato de las mujeres omitiendo el resto. Asociaciones afines al feminismo radical se están financiando a través del dinero público de esta lacra que también están beneficiando a los medios de comunicación: más sangre, más audiencia, más caros los anuncios. ¿Es que nadie se da cuenta del negocio que hay alrededor de la violencia?...”.

(Lola Quintanilla, 'Yo misma', incluido en su libro 'Tacones en la arena')

Originaria de Laguna Dalga, pueblo del Páramo leonés (la Celama de la que nos ha hablado el escritor lacianiego Mateo Díez, que bien podría ser asimismo la Comala de Rulfo), Lola Quintanilla es autora, entre otros, de 'Tacones en la arena', que hace recordar el título almodovariano de 'Tacones lejanos', aunque el título de esta obra de Lola se refiera a que los seres humanos, en algunos momentos de nuestra vida, dura e insegura, caminemos con tacones por la arena.

“Vidas con incierto o trágico final o con un amargo continuar... Llenas de incertidumbre, desesperanza, placer o inevitable dolor. Dulces y amargas a la vez”, apunta Lola Quintanilla, que ha sabido contarnos (mediante la voz de sus protagonistas, con sus propios testimonios) estas historias, “algunas con medida y meditada ironía, incluso con cierto cachondeo; otras con la rabia, el dolor o la impotencia que provoca la injusticia vivida en sus propias carnes”, expresa la autora de 'En nombre de mi madre', que reivindica el derecho a sentir y vivir como cada cual quiera y pueda, y a denunciar inmoralidades, clamar justicia a quien corresponda y esclarecer verdades incómodas y ocultas en este, en su opinión, nuevo movimiento intolerante y fascista que está resurgiendo en nuestra sociedad carente de valores y sentido de la justicia.

Un libro valiente, arriesgado, emocionante, que, a través de diecinueve voces femeninas (incluida ella misma en el relato 'Yo misma'), nos ayuda a reflexionar acerca de nuestra propia vida, acerca de la condición humana, en definitiva. Y nos enseña el mundo en que vivimos, donde todo lo manda el dinero, según Lola, algo que ya nos dijera también con clarividencia el genio Valle-Inclán, por ejemplo, en esa obra teatral titulada 'Luces de Bohemia'.

“La gente que sufre hoy en España, mayoritariamente es por leyes sujetas a ideologías donde lo que prima es el dinero. Todo lo mueve el dinero. Penoso”, puntualiza al tiempo que confiesa haber aprendido mucho escribiendo esta obra porque, durante el proceso de creación (qué interesante resulta este proceso), se le cayó la venda de los ojos. “Mis antiguos ideales no se corresponden con la realidad. La libertad es un ideal y la igualdad un imposible. Me rabio cuando veo una injusticia y más cuando descubro que he sido engañada. Por eso quise dar voz a historias que son ocultadas. En mi inocencia, pensaba en los valores y en la buena intención de la gente. ¡Tonta de mí! No tenía ni idea de cómo funcionaba el mundo. La izquierda en la que yo creía se ha vuelto totalitaria; se encarga de pensar por nosotros e intenta que seamos seres gregarios y dependientes de papá estado”, reflexiona, asegurando haber escrito en cada uno de sus libros lo que realmente le apetecía y lo que le pedía el cuerpo. “O el alma. Con su lenguaje, sus sentimientos, sus estados de ánimo y su entusiasmo”.

'Tacones en la arena' (Lobo Sapiens, 2017), cuyo diseño de cubierta corresponde al artista bañezano Odón Alonso, se me antoja un libro de imprescindible lectura pues, a través de diecinueve voces narrativas: Fatma, Mamen, Adela, María, Amelia, Berta, Marina, Carmela, una madre, Ivana, Dina, Brenda, Raimunda, Gemma, Emilia, Jana, Sofía, Antonia y Yo misma (Lola), nos introduce en los pensamientos y los sentires, las vidas de estas mujeres, haciéndoles que se expresen con voz propia (un ejercicio hermoso). En el fondo, está dando visibilidad y voz a quienes no tienen ni una ni otra, lo que me hace recordar el emotivo discurso que el actor leonés Jesús Vidal, galardonado con el premio al mejor actor revelación, pronunciara en la reciente gala cinematográfica de los Goya.

Mis antiguos ideales no se corresponden con la realidad. La libertad es un ideal y la igualdad un imposible. Me rabio cuando veo una injusticia y más cuando descubro que he sido engañada

Cabe destacar, según nos cuenta ella misma, que el relato titulado Gemma, sobre la enfermedad conocida como Lyme, lo escribió la propia afectada. “Cada palabra y cada coma, cada taco y cada exclamación son suyas. Es su historia y nos la ha contado a su manera. A mí me encanta”, apostilla Lola, cuya vocación por la narrativa, por la escritura creativa, se remonta a su infancia.

Siendo una niña recuerda que le encantaba hacer redacciones y darles un toque literario, que aquellos escritos suyos no se quedaran en meras descripciones. Asimismo, “ponía letras a músicas de canciones conocidas para cantar en excursiones, hacía rimas o canciones. Necesitaba crear. Igual que me ocurría con la pintura. Hay gente que tiene enorme capacidad para escribir pero son incapaces de empezar, de manchar un papel en blanco. Yo les digo, coge uno de color o emborrona un espacio. Y sigues. Funciona cuando tienes un lienzo blanco ante tus ojos. La primera pincelada es la decisiva. Y saber cuándo tienes que parar, algo útil también para la escritura. A mí me sirve para expresar lo que con la palabra no soy capaz. A veces, el lenguaje con el que te expresas en tu entorno es muy limitado –es conocido que el leonés con el 'chisme' o el 'telar' definimos gran número de expresiones-, y te gustaría ir un poco más allá. También porque me encanta estar sola y, escribiendo o leyendo, me siento acompañada con quién yo elijo”, explica esta creadora, que se considera inconformista y curiosa, lo que la ha llevado a estudiar inglés o aprender a tocar la guitarra. “Hoy mi máxima inquietud es contar cosas y contarlas bonito. Será que me estoy haciendo mayor. Esa relación entre contar batallitas y abuelos, debe ser real”.

“... Soy gorda.

Tirando a obesa.

Hay quien lo lleva bien. Se ven guay en el espejo, no tienen complejos, tienen la autoestima alta... Pero yo no. No me sirve eso de que los corazones grandes necesitan cuerpos grandes o, no soy gorda, tengo una talla especial o, mejor para tu novio que así tiene donde agarrar... Y la frase recurrida: ¡vale más tener, que no tener que pedir!

La gente me mira, me observa y se ponen a cotorrear por detrás y a veces hasta por delante, ¡no se cortan las asquerosas! Algunas (porque esta afición se da más entre las féminas) hasta se preocupan por mí y me dan consejos sin que se los pida. ¡Qué puta manía tiene la raza humana de decidir lo que está bien o mal y luego imponerlo a los demás!...“.

(Lola Quintanilla, 'Mamen', incluido en su libro 'Tacones de arena')

El sueño de viajar y contar

Su sueño: viajar y vivir experiencias para contarlas. 'Vivir para contarla', como las memorias del Premio Nobel Gabriel García Márquez.

Un deseo: saber contarlas.

Este es el sueño y deseo de Lola, apasionada de los viajes, que para ella equivalen a vivir. “No los concibo de otra manera. Porque no me conformo con que me lo cuentan. Necesito estar en contacto con la gente, descubrir sus mundos, sus costumbres, indagar en sus mentes y, a la vez, disfrutar de la naturaleza y de la obra del hombre, siempre rendida a un ser superior”, matiza esta escritora, que en su juventud sintiera devoción por la poesía de Lope de Vega y García Lorca. Y ahora se siente fascinada con Isabel Allende, Antonio Gala y Pérez Reverte. “Hoy babeo con la poesía de Joaquín Sabina. Es magistral”.

Cuenta que no está inmersa en ningún círculo literario ni ágoras literarias, porque no vive de lo que escribe (poca gente en España, por desgracia, puede vivir de lo que escribe). Y se siente absorbida por su trabajo más de lo que le gustaría. No obstante, sí conoce lo que se está haciendo en La Bañeza a nivel poético, “donde hay grandes autores y grandes proyectos, y las publicaciones de libros de gente de mi entorno y de mi editorial. Despierta mi interés el enorme potencial para la narrativa que existe en el nuevo Páramo leonés. Un lugar poco inspirador para pintores o poetas pero de donde surgen autores muy interesantes. Eso es bueno. Saber que la sequía que padecimos no afectó demasiado a nuestros cerebros”, se sonríe, consciente de que haber nacido en un pueblo, en un determinado entorno y en una determinada familia, ha configurado su carácter y su vida. “Nacer en un pueblo te da y te quita cosas. Haber nacido en un pueblo y perder a tu madre con once años, marca. No tuve opción de irme fuera a estudiar, tuve que ayudar a mi padre y cuidar de él, enfermo también... Das importancia a valores y tradiciones que en un entorno globalizado no están tan definidos y te resta posibilidades de asomarte a otros mundos, como el de la cultura o el espectáculo por cuestión de distancia y accesibilidad”, aclara nuestra autora rememorando orteguianamente que “yo soy yo y mis circunstancias”.

Despierta mi interés el enorme potencial para la narrativa que existe en el nuevo Páramo leonés. Un lugar poco inspirador para pintores o poetas pero de donde surgen autores muy interesantes.

En estos momentos, la creadora de 'Viajes de los que nunca regresas', espera hacer un largo viaje a Los Ángeles en Estados Unidos. Y nos adelanta que está próxima la publicación de una guía sobre el Páramo leonés, con la que ella colabora.

“Estoy leyendo mucho sobre la Guerra Civil, el Holocausto, la II República... hasta ahí puedo leer”, añade, dejándonos en suspense, a la vez que reconoce la labor que realiza la editorial Lobo Sapiens, comandada por el escritor Reñones, “quien ha creído en mí, unas veces más que otras, y quien cree en la literatura de la tierra y en autores comprometidos y valiosos”.

“... ¡Qué fría y despiadada es esta soledad! Por mucho que te quieran, nadie se muere contigo. Se muere solo. Te pasas la vida temiendo a la muerte sabiendo que es como tu sombra, que nunca te abandona y a la que no deseas ver de cara pero a la que, en estos momentos, consideras como tu salvadora. Eres tú o ella, y yo ya no quiero ser. Para morir, lo único que hace falta es estar vivo, ¿no? Pues yo ya no estoy viva, por eso no la temo, por eso le pido a Dios todos los días que, si desde la tierra no me ayudan, me eche Él una mano, que me haga este último favor.

Como madre que soy, me gustaría dar a mis hijos unos consejos. ¡Ni casi muerta cambia una! Si pudiera, les diría que no gasten mucho en flores ni en misas, ni que...“.

(Lola Quintanilla, 'Adela', incluido en 'Tacones en la arena')

Entrevista breve a Lola Quintanilla

“Cuando nos han hecho creer que la felicidad consiste en tener, no en ser, la sociedad se resquebraja”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Hay tres que he releído varias veces: 'La pasión turca', de Gala, 'Los puentes de Madison', de Robert James Waller y 'El hombre en busca de sentido', de Viktor Frankl.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

En la literatura, supongo que Cervantes. En mi vida, mi padre.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Hay uno, pero no me quedé con el nombre de su autor o autores. Lo acabé tirando a la basura.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Curiosidad.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La bondad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

¿La política actual? Imposible definirla a no ser que seas Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Los políticos españoles de los nueve últimos años, patéticos, cobardes y perversos. Se han vendido a unos “órdenes mundiales” donde lo último que importa es el bienestar de los habitantes de su país. ¿La sociedad? Confusa. Cuando se pierden valores como esfuerzo, honestidad, humildad, respeto, responsabilidad o, cuando nos han hecho creer que la felicidad consiste en tener, no en ser, la sociedad se resquebraja. Y luego recomponerla es tarea trabajosa. Lo cuento un poco en el libro 'Tacones en la arena', en concreto en el capítulo, 'Yo misma'. Nos han hecho creer que la felicidad era lo que hacía feliz a ciertos grupos. En aras de ese pensamiento nos metimos en un bucle del que es difícil salir. Ante esa infelicidad, han prosperado profesiones como psicología, psiquiatría, cursos de mindfulness, coaching... Os remito al magistral cuento del pescador y el empresario.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Viajar, tener momentos de charla y relax con mis hijos o con mis amigos, ver conciertos de grandes músicos y ver a Nadal en una pista de tenis.

¿Por qué escribes?

Por placer. Y porque creo que tengo algo que contar.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Espero que no. Las noticias ahí son demasiado efímeras y el lenguaje poco enriquecedor. Pero tengo una duda: ¿Tengo yo un estilo literario?

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Lo que leo y lo que vivo. Estoy atenta a lo que cuentan los que saben más que yo, es decir, todos los que me rodean.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No sigo ningún blog pero leo los que caen en mis manos. Me parecen más herramientas de entretenimiento o información.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

“Muere lentamente quien no viaja ni lee, quien no sueña, quien no confía, quien no lo intenta, quien no arriesga lo cierto por lo incierto por ir detrás de un sueño”.

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