Eva Ramón Reyero: “Todo el lenguaje narrativo de Mateo Díez evoca esta tierra leonesa”
... Frente a ellos se abría un valle dorado, bordeado de grandes robles que escalaban por las suaves laderas, hasta alcanzar en un extremo una cornisa de roca blanca que cerraba el paisaje con sus escarpadas paredes verticales. Hacia el oeste, el roble se convertía en bosque cerrado hasta cubrir la montaña que se elevaba a su espalda. Valle abajo, el roble se convertía en dehesa de encinas que ya daban paso a los últimos corrales del pueblo, huertos de frutales al lado del río, y pacederos... (Eva Ramón Reyero, 'La caja roja')
Licenciada en Historia del Arte, con formación en Bellas Artes, documentalista, Eva Ramón Reyero, que ha hecho exposiciones individuales y colectivas de su obra pictórica, acaba de publicar su primera novela, 'La caja roja' (Artámbula, 2017), cuyo título hace referencia, en su opinión, a un pequeño objeto que teje una relación, “un descubrimiento” porque “al abrirse desvela con su secreto una intimidad apenas antes conocida. Un objeto cerrado y cotidiano, fuente infinita de apertura interior”.
La novela transcurre en los años centrales del siglo XIX, desde el verano de 1841 hasta agosto de 1845, en un valle de la montaña oriental leonesa, “que se ve sorprendido por la llegada de buscadores de yacimientos sobre los que levantar una empresa moderna. Enfrente la resistencia de unas familias campesinas apegadas a trabajar y vivir de la tierra”.
Eva decidió ambientar esta historia en la montaña oriental leonesa, fundamentalmente en el Valle de Sabero, porque, aunque nacida en Madrid, tiene sus raíces en esta zona, que siempre ha sido su origen, su infancia, su familia, sus recuerdos... y aun “el lugar de referencia de los paisajes que vivo y la inspiración para mi obra artística”.
En este sentido, muestra su gusto por la literatura de Julio Llamazares, puesto que reconoce que al menos dos de sus obras transcurren en el mismo valle en el que ella ambienta su novela. Y también por la narrativa de Luis Mateo Díez, habida cuenta de que “todo su lenguaje evoca esta tierra aun cuando no sea evidente donde se localiza la historia”.
En realidad, aunque ella misma no se englobaría dentro de la llamada 'literatura leonesa', sí reconoce que su universo creativo está referenciado en los paisajes y las historias, la forma de vida y el habla que le acompaña hasta el punto de marcar su sentimiento de pertenencia a la tierra leonesa.
No en vano, Eva Ramón hace uso de expresiones y términos propios de la zona en esta obra.
La caja roja es “una vagoneta que comienza a salpicar el Valle cuando aparecen 'los otros' con la intención de acercar el progreso a sus bolsillos”, aclara su creadora. “Cegados por la ambición y el poder prometido comienzan a instalarse entre los vecinos del Valle, trayendo consigo nuevos intereses y formas de vida”. El eterno cantar de siempre, que se repite a lo largo de la historia de la infamia. Una forma de vida ancestral que acaba siendo colonizada por la modernidad, por el capitalismo, en busca del beneficio económico de unos pocos, aunque para ello tengan que cargarse una forma de vida digamos más acorde a la madre naturaleza. “La tierra... lo último que se vende y lo último que se pierde porque tarde o temprano todos volvemos a necesitarla al final de nuestras vidas”.
La literatura emociona... estimula, enseña y alimenta la creatividad.
La caja roja como urdimbre primigenia
La caja roja es también “lo que abarca y sostiene el paisaje del Valle y su relieve, una gran bolsa rojiza de hierro, carbón y otros minerales”.
Como documentalista, Eva nos muestra, a través de su novela, las costumbres y tradiciones de una época en un lugar concreto. Con lo cual estamos, aparte de una narración, ante un documento etnográfico.
Editada por Artámbula, este sello editorial nace, en palabras de Eva, “como impulso a la autoedición desde la empresa consultora Mercodes, dedicada al desarrollo rural y local”.
Una editorial que defiende la cultura activa, que apuesta por las ideas, iniciativas y proyectos sencillos, según Eva Ramón, que comercializa en circuito corto, “es decir venta directa desde el autor y en colaboración con esas pequeñas librerías tan necesarias para que la lectura siga viva”.
Su experiencia con la escritura creativa le ha permitido desdoblarse, adentrarse y vivir en otra dimensión a la vez que poder narrar otras vidas. Una experiencia extraordinaria.
En su blog 'The aha! moment' podemos hallar textos con aroma poético, que hablan acerca de su obra pictórica, compuestos ex profeso para este canal artístico. Léase, por ejemplo, este texto titulado 'Polaridad':
“Perezoso roble que despiertas despacio esta primavera, poco te importa que el fresno adelante tu brote. Despistado, esperas más sol, tras un invierno custodiado de hojas viejas, hojas que susurran al tiempo que el viento acompaña cada ir y venir del camino.
Y así naces queriendo ser flor. Aterciopelado rosa, diminuta estructura, gradación de formas surgidas de un invisible interior. Imprevisto en tu transformación diaria. Roble sabio deteniendo su paso, protegiéndose en una primavera revuelta.
Polaridad muerte y vida, oscuridad y luz en el ciclo eterno de renovación para el que la enseñanza de la naturaleza no encuentra fatiga. Quizá, y solo quizá, en este ciclo por fin comprendamos tu energía“.
Asimismo, ha escrito textos técnicos o divulgativos en el marco de su actividad profesional como documentalista.
En todo caso, escribir ha supuesto, para ella, una dimensión nueva, que si bien ya venía trabajando en ello a través de pequeños textos relacionados directamente con sus obras, ahora se ha convertido –matiza- en un proyecto independiente de su trabajo pictórico.
“Es lo mismo que cuando eres lector,... porque ¿por qué leemos?... nos atrapan las historias, los personajes, los paisajes, el contexto,... todo lo que gira en torno a una propuesta literaria. La literatura emociona, y no solo la poesía, la literatura estimula, enseña y alimenta la creatividad. Cuando te decides a escribir, comprendes lo que hay al otro lado de un libro, ese tejer palabras, esas lecturas que has realizado y que ya forman parte de ti y de tu pensamiento, y que ahora, escribiendo, surgen entre renglones para acompañar tu propio texto”, afirma esta narradora y artista plástica, para quien pintar es también narrar, “sólo que desde otro soporte y desde otra forma de expresión”.
Me interesa el enfoque de la narrativa transmedia y creo que de cara a la primavera o verano podré ofrecer alguna aportación en este sentido
De hecho, en parte el origen de 'La caja roja' está en un trabajo previo de reflexión y de expresión pictórica -explica- en torno a la presencia del roble, “que para mí es el árbol que más identifico con León”, rememora Eva, a quien, como lectora, le interesa toda suerte de literatura. Y que recientemente se ha sentido emocionada leyendo 'El árbol del hombre', de Patrick White, 'La escala de los mapas', de Belén Gopegui, 'El sonido de la montaña', de Yasunari Kawabata o 'El asesino ciego', de Margaret Atwood.
En la actualidad, dice que aún no ha conseguido desprenderse de 'La caja roja', que está trabajando en darle una dimensión más allá del libro. “Me interesa el enfoque de la narrativa transmedia y creo que de cara a la primavera o verano podré ofrecer alguna aportación en este sentido”, finaliza.
Entrevista breve a Eva Ramón Reyero
“La mayoría vivimos como si fuésemos propietarios de todo lo que nos rodea”
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
Cualquiera de Irene Nemirovsky, aparte de 'Suite Francesa', creo que 'El baile'.
Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).
Porque acabo de releer la novela y me sigue impresionando te diría que el carácter de Hervé Joncour en 'Seda', de Baricco.
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
Desgracia de Coetzee por el escenario tan duro y agobiante que es capaz de crear y que te acaba contagiando. ¡Una obra maestra!
Un rasgo que defina tu personalidad.
Inquietud.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
Optimismo.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
Falta implicación y participación en el bien común, en el sentido amplio de lo que significa la ciudadanía o el paisanaje, en el compromiso con lo más cercano y a partir de aquí la corresponsabilidad con los retos globales a los que nos enfrentamos en este momento. La mayoría vivimos como si fuésemos propietarios de todo lo que nos rodea sin pensar en que algún día tendremos que legar a las generaciones futuras lo que hoy disfrutamos.
¿Qué es lo que más te divierte en la vida?
Celebrar la vida, el día a día, aceptando lo que surge o me sorprende en lo cotidiano.
¿Por qué escribes?
Porque necesito expresarme y tengo a la gente aburrida de contarles las historias que me acompañan.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
Ciertamente con las redes sociales no creo que se ejercite el estilo literario, pero sí son un escaparate para conocer de forma directa que se cuece en este ámbito.
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
Todo lo que leo, todo lo que veo, todo lo que me han contado a lo largo de mi vida, y es curioso que a la hora de escribir me han acompañado surgiendo desde rincones olvidados.
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Ahora tengo dos blogs, el que venía haciendo con mis obras pictóricas The aha! moment y el actual compromiso que tengo con Artámbula de escribir en el blog más allá de 'La caja roja' artambula.mercodes.com
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
Lánzate a volar y tendrás alas.
