Europa trabaja por no depender de nadie para conseguir acceso autónomo al Espacio

Los astronautas leoneses Sara García y Pablo Álvarez con la ministra española Morant.

Agencias SINC / EFE

El sector del transporte espacial en todo el mundo está cambiando a un ritmo acelerado. Mientras que EE UU, China y Rusia ya tienen capacidad para lanzar seres humanos al espacio, la India pronto les seguirá.

La compañía SpaceX, con el gobierno estadounidense como cliente principal para el transporte humano y de carga, desde y hacia la Estación Espacial Internacional, se ha consolidado como líder del mercado del transporte espacial comercial. 

Este es el contexto en el que se ha celebrado a principios de esta semana en Sevilla la reunión informal ministerial de Competitividad del Espacio y la sesión de trabajo UE-Agencia Espacial Europea (ESA), en el marco de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea.

Las conclusiones a las que han llegado los ministros y representantes de las 40 delegaciones que han participado en esta cumbre señalan que el futuro espacial de la Unión Europea pasa por reducir la dependencia tecnológica y por asegurar un acceso continuado al espacio.

También conduce a aprovechar las actividades espaciales para promover objetivos sostenibles y verdes, y por incrementar el componente comercial de la actividad del sector.

“Tenemos un objetivo principal, claro y contundente, mejorar la vida de los ciudadanos de la Unión Europea desde el espacio”, remarcó en rueda de prensa la ministra en funciones de Ciencia e Innovación, Diana Morant.

Proyctos ejemplares en Europa

Para ello, la Unión y sus estados miembros han expresado la necesidad de impulsar y desarrollar sistemas espaciales con los que fortalecer la autonomía estratégica, ha apuntado la ministra, quien ha puesto tres ejemplos que ilustran la posición europea en este tema.

Uno es el sistema global de navegación por satélite europeo Galileo, “un caso de éxito del concepto de autonomía estratégica de Europa”, otro el programa Copérnico de observación de la Tierra, cuyos satélites permiten monitorizar sequías, incendios o la erupción de volcanes, como en el caso de La Palma; y la constelación de satélites Iris 2, que a partir de 2027 proporcionará una infraestructura de comunicaciones segura para los organismos y las agencias gubernamentales de la UE, los servicios de emergencia y las delegaciones europeas en todo el mundo.

Durante una de sus intervenciones, los astronautas Pablo Álvarez (que prosigue su entrenamiento en un centro de la ESA en Alemania) y Sara García (en situación de reserva) han acompañado a la ministra.

La crisis de los lanzadores europeos

En cualquier caso, la ESA admite que el acceso independiente de Europa al espacio se encuentra ahora en una “crisis temporal”.

Uno de los asuntos discutidos -y más difíciles- ha sido la crisis europea de lanzadores. Desde la suspensión de la cooperación entre la ESA y la agencia rusa Roscosmos por la guerra en Ucrania, Europa no puede servirse de los cohetes rusos Soyuz, y, además, Ariane 6 acumula varios retrasos; también se perdió un ejemplar del Vega C.

El director general de la ESA, Josef Aschbacher, no ha ocultado en los debates la situación de crisis en este asunto, pero ha mostrado su satisfacción por los acuerdos adoptados ayer en la cumbre de la ESA para tratar de paliar la situación, y que suponen un “cambio de paradigma”.

Los ministros que participaron en esta cumbre respaldaron la hoja de ruta de la ESA para garantizar la autonomía y el acceso de Europa al espacio, que incluye una próxima generación de cohetes más competitiva y vehículos de carga capaces de ir y volver de la estación espacial. 

Un concurso de empresas europeas innovadoras conducirá a la próxima generación de cohetes y vehículos de carga capaces de ir y volver de la estación espacial

En concreto, Aschbacher ha propuesto un concurso entre empresas europeas innovadoras para ofrecer un servicio de carga (un vehículo) de ida y vuelta a la Estación Espacial Internacional, de aquí a 2028. Esto requiere capacidad de transporte, acoplamiento en la estación y reentrada, algo que Europa no posee en la actualidad.

El objetivo es que el vehículo de servicio pueda evolucionar más adelante hacia uno tripulado y servir a otros destinos más allá de la órbita terrestre baja. Ya se ha obtenido financiación pública para la fase inicial, que se complementará con aportaciones privadas.

Misiones a la estación espacial y la Luna

Con el respaldo a estas propuestas, Europa no sólo será un socio más fuerte, sino que también podrá intercambiar plazas de astronauta para misiones a corto y medio plazo a la estación espacial o a una futura estación espacial comercial y, eventualmente, a la Luna, defienden desde la ESA.

“Sevilla ha sido un gran éxito para el espacio”, ha señalado este martes el director general de la ESA, quien ha admitido sentirse aliviado porque la negociación con los 27 ha sido muy dura.

Por su parte, el comisario europeo del Mercado Interior, Thierry Breton, ha aplaudido estas decisiones de la ESA, que “van en la buena dirección”, pero ha criticado la falta de lanzadores en la actualidad.

En rueda de prensa ha manifestado que como cliente de la ESA no está contento con lo ocurrido. “Se nos había prometido un calendario para los satélites Galileo que no se ha respetado”, se ha lamentado.

En este sentido ha dicho que se ha visto obligado a tomar decisiones: “Habida cuenta de que el Ariane 6 no está disponible, se nos ha propuesto desde la ESA recurrir a Space X”, y se lanzarán al espacio en 2024 cuatro satélites con dos cohetes de la firma privada estadounidense.

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