El Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, en el mapa mundial de las técnicas más avanzadas

Antonio Hurtado y Sandra Blanco en el arranque del simposio en Salamanca.

Agencia DiCYT

En los últimos tres días de noviembre, más de 160 expertos procedentes de 22 países y cuatro continentes se han reunido en el Centro de Investigación del Cáncer – Instituto de Biología Molecular y Celular del Cáncer (CIC-IBMCC, centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca) para participar en el ‘Simposio: Genómica y epitranscriptómica del cáncer: del laboratorio a la clínica’ (difundido internacionalmente por su nombre en inglés, ‘Cancer genomics and epitranscriptomics: from the bench to the clinic’).

El encuentro ha servido para exponer las últimas novedades en las técnicas de investigación más avanzadas (la genómica, la epigenómica y la epitranscriptómica) y en el análisis computacional, que permite manejar cantidades ingentes de información útil para los diagnósticos, los pronósticos y la búsqueda de tratamientos frente a los tumores.

 ¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de la genómica, la epigenómica y la epitranscriptómica del cáncer? “Conocemos desde hace tiempo que los cambios en el genoma, que llamamos mutaciones, pueden inducir procesos tumorales”, explica en declaraciones a la Agencia DiCYT Sandra Blanco, investigadora del CIC-IBMCC y una de las organizadoras de este simposio.

Sin embargo, existen otras modificaciones que se producen en el ADN aunque no cambie el código genético. Eso lo que se conoce como epigenética y resulta fundamental para la expresión de los genes. “Ahora sabemos que la desregulación de ese proceso también está asociada al cáncer”, añade.

Nueva disciplina, la epitranscriptómica 

Además, en los últimos años, hay una nueva disciplina, la epitranscriptómica, que estudia otro tipo de alteraciones químicas que se producen en las moléculas de ARN. “Son las mensajeras del código genético, para traducirlo se hace una copia del ADN más pequeñita, que es el ARN. En este caso, también sufre cambios químicos importantes para su función. Sabemos que la desregulación del procesamiento del ARN también está relacionada con procesos tumorales”, comenta Sandra Blanco, que se dedica, precisamente, al incipiente campo de la epitranscriptómica.

En definitiva, “hay varias capas de información que utiliza la célula para funcionar, necesitamos conocerlas todas para saber cuál es el resultado de esa combinación”. Usando como metáfora un reloj, la investigadora explica que basta con que deje de funcionar un engranaje para que se pare el reloj entero. Por eso, es necesario contar con todos los datos y tratar de integrarlos, especialmente, si queremos mejorar los tratamientos contra el cáncer. En una célula tumoral podrían estar alterados varios procesos, pero con estos nuevos enfoques, “podríamos combinar varios fármacos que ataquen varios aspectos a la vez para tratar el cáncer u otras enfermedades”.

La inteligencia artificial echa una mano imprescindible

A pesar de que los estudios tienen a ser más complejos, “los análisis computaciones nos están ayudando a entender los procesos biológicos en cáncer”, comenta Antonio Hurtado, otro investigador del CIC-IBMCC y responsable de la organización de este encuentro. “Antes siempre intentábamos explicarlo todo a través de un gen o de un grupo de genes, hasta que nos dábamos cuenta de que hay resistencias y los pacientes no responden bien”. Sin embargo, esta nueva visión más integradora de diferentes capas de regulación (gen, modificación del ADN y modificación del ARN) “nos está dando más información que nos permite entender mejor cómo funcionan los tumores”.

Hurtado trabaja en aspectos genéticos y epigenéticos con el apoyo de la inteligencia artificial, otra de las patas fundamentales de este congreso. “Los cambios tecnológicos vienen determinados en dos niveles”, explica el científico. Por una parte, “están los avances en las propias técnicas, que permiten identificar las alteraciones genéticas, epigenéticas y epitranscriptómicas”. Por otra parte, “el análisis computacional es esencial para integrar todos los datos”. En particular, las técnicas de aprendizaje automático permiten combinar datos de todas estas disciplinas y generar modelos para el diagnóstico o el pronóstico e incluso para la búsqueda de tratamientos, gracias a la identificación de nuevas dianas terapéuticas.

Estas novedades están cambiando el modelo de investigación del cáncer. En la actualidad, ya no solo es necesario un diálogo entre investigadores clínicos y biólogos moleculares, sino que entran en juego los expertos en computación. Necesitamos matemáticos, ingenieros o físicos, personas que en muchos casos no tienen formación en biología, pero sí un conocimiento en programación“, comenta. 

Avanzar hacia el futuro siendo referencia mundial

“La inteligencia artificial nos permite encontrar patrones desregulados en las células”, apunta Sandra Blanco. Además, hay que tener en cuenta que el cáncer “es una enfermedad distinta en cada paciente”, de manera que solo con estas sofisticadas técnicas computacionales se puede llegar a conocer toda la información de cada caso. “Esto es el futuro y desembocará en terapias específicas para cada paciente”, pronostica.

Este simposio, organizado gracias a las ayudas de internacionalización de la Junta de Castilla y León, permite situar al CIC-IBMCC en el mapa mundial de estas disciplinas, ya que los ponentes que ha incluido el programa se encuentran entre los más destacados de todos estos campos de la ciencia. Manel Esteller (epigenómica), Tony Kouzarydes (epignómica y epitranscriptómica), Chuan He (epitranscriptómica), Christina Curtis (análisis computacional y genómica del cáncer de mama) y Núria López-Bigas (genómica). Muchos de ellos son pioneros de estas disciplinas y su paso por Salamanca muestra cómo el Centro de Investigación del Cáncer ya es referencia en estas áreas.

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