La Junta retoma el polémico cierre de las urgencias pediátricas de León, Ponferrada y Valladolid

El centro de salud de José Aguado en León capital alberga uno de los puntos de urgencias pediátricas que la Junta insiste en cerrar.

Cuando poco a poco se comienza a hablar de retomar cierta normalidad en los servicios sanitarios tras la pandemia de coronavirus, y más de un año después de anunciarse y posteriormente negarse tras levantar polémica, lo cierto es que la Junta de Castilla y León retoma el plan anunciado el año pasado de fulminar las urgencias pediátricas que estaban implantadas desde hace años en centros de salud de las provincias de León y Valladolid.

Se trata de los llamados Puntos de Atención Continuada (PAC) pediátricos que sirven desde hace años para que no todas las urgencias de pacientes de menos de 14 años tengan obligatoriamente que acudir a un único hospital.

de momento funcionan en el centro de salud de Pico Tuerto de Ponferrada, en el de José Aguado en León capital y en los centros Arturo Eyries y Pilarica de Valladolid.

Hace un año lo anunció el entonces consejero de Sanidad Antonio María Sáez Aguado, argumentando entre otros motivos que su existencia suponía una “sobrefrecuentación” de las familias, es decir, que se utilizaban demasiado sin descargar con ello las Urgencias del Hospital de León.

Pero el anuncio fue acompañado por una contestación inmediata y protestas de las familias. Con este panorama, poco antes de las elecciones municipales y autonómicas del año pasado, la medida quedó finalmente en el cajón. Un cajón que se ha vuelto a reabrir.

Ahora, la nueva consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha retomado este plan de que se cierren los cuatro PAC pediátricos vigentes en la Comunidad, incluidos, claro, los de Ponferrada y León capital. Y la renovada intención de la Junta, como en aquella ocasión, viene apoyada de manera unánime por algunos colectivos sanitarios. Muchos de ellos no han dudado en secundar la decisión de la Junta de lo que han denominado “reorganización de las urgencias pediátricas en la Comunidad”, pero que incluyen le cierre de estos actuales puntos de atención.

Es la misma persona que hace un año, la doctora Mercedes Garrido Redondo, vocal de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Castilla y León, la que ha sido elegida por cuatro asociaciones como portavoz para apoyar esta medida con idénticos argumentos que en 2019: que las urgencias pediátricas en los centros de salud representan un modelo “insostenible” y único en España, motivo por el que manifiesta su “bienvenida a los cambios anunciados por la Consejería”.

Una postura que, según la agencia Ical, secundan también la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), la vocalía de Atención Primaria de la Sociedad Regional de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León (Sccalp) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap). La doctora Garrido Redondo está vinculada a las tres primeras.

“Uso inadecuado”

En lo que denominan “comunicado conjunto” de esas cuatro organizaciones, la desaparición de las urgencias pediátricas en los centros de salud son “reivindicaciones históricas”, porque al entender de Garrido “han demostrado que no reducen la asistencia a las Urgencias” de los hospitales.

De hecho, cree que solo “sirven para aumentar el uso inadecuado de estos servicios, lo que repercute en una menor calidad en la atención a los menores”. Por eso representan, dice, un modelo “insostenible” y único en España, “por lo que damos la bienvenida a los cambios anunciados por la Consejería. Nuevamente, como hace más de un año.

La polémica esta vez ha surgido por la reorganización del PAC existente en el centro de salud vallisoletano de Arturo Eyries y su traslado al Hospital Río Hortega, que ha provocado un fuerte rechazo de los propios profesionales.

La doctora Garrido, nuevamente en nombre de las cuatro sociedades, apoya la decisión y argumenta que estos puntos no cuentan con los medios técnicos y humanos que garanticen la óptima atención, justificando esa falta de medios para su desmantelamiento.

También afirman que la situación se agrava en momentos de alta demanda, ya que la ausencia de sistemas de clasificación o triaje hace que los pacientes sean atendidos por orden de llegada y no por gravedad. A su vez, también advierten de que la alta presión asistencial provoca aglomeraciones, largos tiempos de espera y una “saturación que facilita también que se produzcan errores y omisiones graves”. Por lo que defienden que todo se unifique en las Urgencias de Pediatría de los hospitales, algo por otro lado ampliamente rechazado por las familias.

El Covid-19 se convierte, por último, en otro argumento para desmantelar estos puntos específicos de atención a los menores de 14 años, insistiendo la doctora en que ahora se necesita una atención a los pacientes con síntomas sospechosos de manera aislada del resto de pacientes, manteniendo dos circuitos separados, lo cual es “requisito imposible de cumplir en las condiciones actuales de estos dispositivos, ni por infraestructura ni por recursos humanos”, es decir, nuevamente porque la Junta ha ido dejando sin medios suficientes a los PAC..

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