El Gobierno prioriza que crezca la autovía León-Valladolid sólo entre Villanubla y Medina de Rioseco

Actual desvío a Medina de Rioseco en Villanubla de la Autovía León-Valladolid A-60.

El Gobierno tiene claro que la conversión de la carretera convencional N-601 en autovía León-Valladolid (A-60), tras más de 30 años de retraso en su ejecución, debe continuar su lento crecimiento por la parte vallisoletana. Tras anunciarlo apenas dos días antes de las últimas elecciones generales, el pasado mes de julio, ahora el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) aprueba el expediente para que se actualicen los proyectos en los 27 kilómetros que separan Villanubla, donde ahora mismo concluye su parte de esta vía de alta capacidad, de la localidad pucelana Medina de Rioseco, en la provincia vallisoletana.

En un comunicado emitido hoy, el Ministerio considera que el trámite supone un “paso fundamental” para continuar con la redacción de los proyectos que servirán de base a las obras que se liciten en el futuro. El anuncio incumple numerosos acuerdos tanto municipales como de la Comunidad autónoma, que durante décadas reclamaron no sólo que se ejecutara con celeridad la autovía completa entre ambas capitales sino que su desarrollo fuera equilibrado a partes iguales.

El actual trámite se hace porque tantos retrasos que se acumulan en ejecutar la A-60 hacen que los trámites y proyectos se queden obsoletos con el paso de los años. En este caso, el Ministerio adjudicó en julio de 2018 (hace cinco años) a Grusamar Ingenieria y Consulting la redacción del proyecto de trazado y construcción del tramo Villanubla-La Mudarra (11 kilómetros), con un presupuesto de 1,15 millones y un plazo de ejecución de 24 meses. y un mes después, en agosto de 2018, hizo lo mismo con el proyecto del vial de La Mudarra a Medina de Rioseco (16 kilómetros), al encargar este servicio a Tecopye por 1,02 millones y un plazo también de 24 meses. 

Los tramos aprobados nuevamente ahora también incluyen las variantes de la actual N-601, a su paso por las localidades de La Mudarra y Medina de Rioseco, para que deje de pasar por el medio de su casco urbano, de modo que se “mejorará la calidad de vida de los residentes de dichas localidades al minimizar las molestias y riesgos asociados al tráfico diario de miles de vehículos”.

Tal es el retraso que también el julio pasado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tuvo que emitir nuevamente la resolución por la que formuló la declaración de impacto ambiental (DIA) del proyecto del tramo de 27 kilómetros entre Villanubla y Medina de Rioseco, porque el anterior había exirado ya. El nuevo proyecto que ahora encarga el Mitma aseguran que incluye las medidas que tendrán que ser tenidas en cuenta en el desarrollo de los respectivos proyectos.

Pero no sólo se había quedado obsoleta la DIA en ese tramo sino en todos los 92 kilómetros que aún restan por ejecutarse de la A-60 y que siguen siendo un peligroso trazado de nacional con la N-601, además con tramos de un estado lamentable del firme. En noviembre de 2020, el Ministerio de Transportes tuvo que aprobar provisionalmente el documento técnico para la actualización de la evaluación ambiental entre Villanubla (Valladolid) y Santas Martas (León), que es donde se ha quedado la autovía en la parte leonesa y sin visos de continuidad.

Aprovechando aquel trámite, se cuantificaba de nuevo la inversión actualizada en la que se estimada el coste de culminar la autovía completa en los tramos pendientes en ambas provincias de la Comunidad, con un coste de 383 millones de euros.

La radiografía actualizada de esta eterna infraestructura suma a día de hoy 13,7 kilómetros entre Valladolid y Villanubla, que está en servicio desde 2013, y 20,3 kilómetros abiertos en 2019 entre Santas Martas y Puente de Villarente, porque entre esta última y León capital se inauguró en 2012. Pero hay que recordar que el proyecto completo como compromiso de los diferentes Gobiernos data ya de finales de la década de los 80 del siglo pasado.

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