El Gobierno aprueba el visto bueno de 27 kilómetros 'pucelanos' de la Autovía León-Valladolid
Último día de la campaña electoral de las Elecciones Generales y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) anuncia a bombo y platillo que se da el visto bueno ambiental a un importante tramo de 27 kilómetros de la Autovía A-60 entre León y Valladolid.
Casi treinta kilómetros... pero todos en la provincia pucelana, ya que informa de que el tramo entre la salida del aeropuerto de Villanubla (a pocos kilómetros de la capital vallisoletana) y Medina de Rioseco, pasando por La Mudarra, “ha obtenido la Declaración de Impacto Ambiental favorable”. Del tramo entre Santas Martas y la localidad medinense, nada se sabe, pese a que siempre se prometió que se desarrollaría la Autovía León-Valladolid al mismo ritmo entre las dos capitales.
Según la nota de prensa enviada por el Mitma “el proyecto de la autovía A-60 entre Villanubla y Medina de Rioseco, en la provincia de Valladolid, supone un hito: un paso fundamental hacia la aprobación final de los proyectos, que servirán de base a las obras que se liciten”.
La autovía A-60 entre Valladolid y León, ofrecerá una alternativa de alta capacidad a la actual carretera N-601. Los dos nuevos tramos, que comprenden Villanubla-La Mudarra (11 kilómetros) y La Mudarra-Medina de Rioseco (16 kilómetros), permitirán la continuidad con el tramo de 13,7 km entre Valladolid y Villanubla. Esto se suma a los 20,3 km puestos en servicio en 2019 entre Santas Martas y Puente de Villarente y al tramo desde Puente de Villarente hasta León de 7,3 km.
Incluida la variante de Medina de Rioseco
Los tramos Villanubla-La Mudarra y La Mudarra-Medina de Rioseco “también incluyen las variantes de la N-601 para evitar su paso por las localidades principales. Esta inclusión mejorará notablemente la experiencia de los usuarios de la A-60, ya que aumentará la comodidad, seguridad y velocidad del tránsito. Asimismo, mejorará la calidad de vida de los residentes de dichas localidades, al minimizar las molestias y riesgos asociados al tráfico diario de miles de vehículos”.
Dentro de las medidas establecidas en la Declaración de Impacto Ambiental, el ministerio destaca que “evitará la contaminación del suelo y se gestionarán correctamente los residuos derivados de las obras, se garantizará el correcto drenaje y se tomarán medidas para proteger la calidad de las aguas durante y después de las obras, se minimizarán las emisiones de polvo y gases contaminantes durante la construcción, se realizarán prospecciones para identificar especies amenazadas, se intentará preservar la vegetación autóctona, y se llevará a cabo un Plan de Restauración Vegetal e Integración Paisajística”.
Además, con carácter previo a las obras, se realizará un estudio para detectar áreas de nidificación o ejemplares de especies protegidas. También se instalarán pasos de fauna y cajas refugio para murciélagos, y se seguirán estrictos calendarios de obras para evitar periodos sensibles para la fauna. Se realizarán prospecciones arqueológicas y se tomarán medidas para garantizar el mantenimiento de las vías pecuarias y el patrimonio cultural.
“Se revisará y modificará este programa para incorporar las medidas de la declaración de impacto ambiental, incluyendo informes de vigilancia frecuentes, seguimiento de la mortalidad de fauna y evaluación del efecto barrera de la infraestructura. Se asegurará el mantenimiento de las infraestructuras y se llevarán a cabo medidas de control de especies invasoras y gestión de residuos”, continúa la nota de prensa.
“Estas medidas no solo buscan minimizar el impacto de la construcción y explotación de la infraestructura, sino también promover la conservación y protección de la biodiversidad y los recursos naturales en la zona”, termina.
Del desarrollo administrativo del tramo leonés no se conoce absolutamente nada, administrativamente hablando. El tiempo medio entre que se licita un proyecto de autovía (algo que se haría después de conocerse si tiene el visto bueno medioambiental), se contrata, comienzan las obras y se abre al tráfico rodado es de unos siete años.