78.000 voces piden una vida sin gluten más fácil para los celiacos

asturias24.es

El precio ya se ha disparado, aunque esta cesta de la compra es básica y reducida. Solo tiene, de momento, tres artículos: un kilo de harina a cinco euros, un kilo de macarrones también a cinco euros y unas galletas normales y corrientes a ocho euros. No se trata de una fantasía apocalíptica de quienes predicen un incendio en la economía griega, la extinción del euro y una hiperinflación de manual en España como consecuencia de todo lo anterior. Es la vida cotidiana de Sandra y de Lucía, o de María y Lucía Gemma. Son celiacas o madres de niños celiacos y contables expertas en detectar el momento en que una visita al supermercado se transforma en una operación económica imposible de financiar. Ellas, tres asturianas y una leonesa, han hecho causa común para poner en marcha una campaña que pide rebajas sustanciales en los alimentos sin gluten –los que necesitan por su intolerancia a esa proteína, presente en cereales como el trigo, la cebada y el centeno, que para ellos es nociva— y al Gobierno de Mariano Rajoy que dé ejemplo a las empresas con una rebaja sustancial del tipo de IVA que aplica a una comida que es también tratamiento médico.

“Ya hemos hecho de todo”, cuenta al teléfono desde Madrid, donde reside, Lucía Gemma Fernández. Desde 2003 ha participado en grupos, quedadas e iniciativas encaminadas a informar a la sociedad de las necesidades y los problemas del celiaquismo que padece. Ahora administra un grupo de Facebook y supervisa otro perfil, que mantiene Sandra, su hija de 12 años, también celiaca, para contar sus aventuras en un mundo que no tiene en cuenta sus peculiaridades. Es la vida singlu. Pero lo más urgente es la campaña que, junto con sus amigas, ha puesto en marcha en la plataforma change.org. Han reunido ya más de 78.000 firmas y esperan llegar a 200.000 para intentar que la política tome nota. “La gente va al súper, ve tomates sin gluten y cree que ya está todo. Pero no, nosotros no nos arreglamos así. Necesitamos productos específicos para una dieta completa. Y que no cuesten hasta 10 veces más como ahora, porque no hay quien se lo permita”, explica.

Un 1% de la población

A su hijo, que además de ser celiaco tiene síndrome de Down, resulta difícil explicarle por qué no puede tener una tarta de cumpleaños como los demás niños. Sin gluten todo se complica demasiado. Lo único que les consuela es el apoyo que van encontrando en su campaña en internet. “Estamos en una plataforma importante. Nos da visibilidad y los enfermos somos miles. Unidos podemos hacer fuerza”, señala Fernández. Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación, que recopila información sobre la dolencia en su página web, la padece el 1% de la población, es decir, más de 10.000 asturianos y unas 450.000 personas en toda España. La prevalencia aumenta en las familias donde ya hay casos y llega entonces al 10%.

La intolerancia de los celiacos les impide comer pan, pasta, pizza, la mayoría de los cereales para el desayuno, galletas o pasteles. La carne, el pescado, las legumbres, el arroz, la fruta o la leche, en principio, están libres de gluten. Pero no siempre, sobre todo, en los alimentos tratados, que pueden llevar rastros de la proteína para ganar estabilidad. En algunos países europeos, los productos sustitutivos se compran con receta médica y son más asequibles. Es un ejemplo de los cambios pendientes en España.