Los trabajadores de Diputación exigen negociar el convenio denunciado desde 2003
El pleno de la Diputación Provincial en el que se aprobaron definitivamente los planes provinciales, casi 15 millones de euros para pequeñas obras, contaron con unos espectadores muy silenciosos pero muy expresivos con sus pancartas; los representantes de los trabajadores de la institución.
Hubo que esperar al final del pleno conocer en boca del presidente de la Junta de Personal, Amadeo García, a qué obedecía la reclamación aunque parte de la queja se reflejada en las pancartas que mantuvieron en alto durante todo el pleno.
Las quejas escritas estaban dirigidas sobre todo a Matías Llorente y sus reflexiones sobre los privilegios de algunos trabajadores: “Llorente llama privilegios a los derechos que hemos ido adquiriendo durante muchos años de trabajo”, ha proclamado Amadeo García una vez que abandonaron el recinto.
Paralizado
El portavoz de los trabajadores ha recordado que a ellos no se les ha dado la posibilidad de negociar nada, pese a las numerosas demandan de reunión que hasta la fecha sólo se han quedado en buenas intenciones, pero nada más.
El problema es que el Equipo de Gobierno se niega a poner al día un convenio colectivo paralizado desde 2003, “y aprovechando que el Bernesga pasa por aquí y sin ninguna negociación se ceban en eliminar derechos que hemos conseguido con mucho esfuerzo”.
Tras esta falta de diálogo los trabajadores se temen que Diputación deje que el convenio se extinga en sus propias cenizas, para poder aplicar así y sin ataduras legales los mínimos que permite la ley, ha explicado finalmente Amadeo García tras abandonar el recinto de la institución provincial.
