Retroceso en la batalla por la igualdad de la mujer

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Crían a sus hijos, cuidan a sus padres, atienden sus casas, se forman mucho y, pese a todo, se topan con más dificultades para acceder al trabajo y, si lo consiguen, encima cobran menos. El camino hacia la igualdad de género está todavía por recorrer en Asturias. Es una de las conclusiones que se extraen tras la lectura del estudio Situación de mujeres y hombres en Asturias 2015, elaborado por el Instituto Asturiano de la Mujer.

La investigación, que acaba de ver la luz, aborda aspectos como la demografía, la enseñanza, el trabajo, la salud, la violencia de género, el bienestar social o la ciencia y la tecnología. ¿Conclusión? El trabajo dibuja una radiografía de la situación de la mujer que, lejos de mejorar, ha empeorado desde 2008. El impacto de la crisis económica, según los autores del estudio, ha supuesto un retroceso en las políticas de igualdad, también en Asturias.

Población

Asturias contaba en 2014, según datos de empadronamiento, con 1.061.756 habitantes. El 52% de ellos son mujeres. El Principado continúa teniendo una de las poblaciones más envejecidas de España y este fenómeno es especialmente llamativo en el caso de las mujeres. Así, en los primeros tramos de edad hay más hombres que mujeres, pero a partir de los 45 años esta situación se invierte. Y más todavía desde los 75 años. En este segmento, hay en Asturias 35.617 mujeres más que hombres. Estas diferencias tienen una explicación y es que la esperanza de vida al nacer es mayor en la poblacion femenina (85,47 años) que en la masculina (78,91 años).

Las tasas de fecundidad asturianas comenzaron a descender tras la legalización de los anticonceptivos en 1977 y continuaron bajando hasta finales de los 90. La llegada de la década del 2000 marca un ligero repunte que duró poco, fue un espejismo, a partir de 2013 la tasa de fecundidad vuelve a caer. Este descenso, según los autores del estudio, guarda relación con el estallido de la crisis económica. Estas pautas de fecundidad en Asturias no garantizan si quiera el relevo generacional. El número de hijos por mujer fértil en 2013 fue de 0,96, el más bajo de todo el país.

La reducción de la tasa de fecundidad se ha producido en paralelo a un aumento de la tasa de interrupciones voluntarias del embarazo, que venía experimentando en Asturias un comportamiento estable. En 2009, la tasa era de ocho interrupciones por cada mil mujeres en edad fértil. En 2013, y tras el repunte de 2012, se situó en 13,62 abortos por cada mil mujeres.

Los hijos, más tarde

Las mujeres asturianas no solo tienen pocos hijos sino que además los tienen tarde. La comparación de dos años permite visualizar el retraso de la edad materna, que ha pasado de los 30,83 años de media en 2001 a los 31,96 en 2013. Además, la mayoría de los niños nacidos en 2013 son de mujeres que no habían dado a luz antes.

Otro dato que dibuja la necesidad de seguir trabajando en políticas de igualdad es el acceso de los padres a las bajas por maternidad o los recursos existentes en Asturias para el cuidado de los hijos. El porcentaje de padres que se vincula a las bajas por maternidad es aún muy bajo, de apenas el 2,65%, en 2014. En total, de los 4.596 nacimientos de madres susceptibles de obtener permiso de maternidad, solo 122 padres lo solicitaron.

Además, tampoco los padres disfrutan del permiso de 13 días que les reconoce expresamente la ley de igualdad. Un dato. En 2014, 3.718 padres asturianos se acogieron a esta licencia, un 4,91% menos que en 2013.

El cuidado y la crianza de los niños no disponen de excesivos recursos públicos en Asturias. En el curso escolar, 2013-2014, había en Asturias, según recoge el estudio, 64 escuelas infantiles de 0 a 3 años que atendían a 3.289 alumnos. Según datos del ministerio, la tasa de escolarización a los 2 años se sitúa en Asturias en un 24,4% y en sensiblemente inferior a la media estatal, del 49,8%.

En el otro extremo de la balanza demográfica, los centros de día no son solo un recurso que beneficia a las personas mayores sino también a las personas cuidadoras, mayoritariamente mujeres. La tasa de cobertura de estos centros es de nuevo menor a la media estatal: 0,88% frente al 1,74%.

Para complicar más el tema, en Asturias, un 4,21% de los hogares están formado por familias monoparentales con hijos e hijas menores de 25 años. De estos más de 19.000 hogares monoparentales, el 80% están sustentados por mujeres.

Enseñanza

Asturias cuenta con una mayor proporción de mujeres que de hombres con estudios superiores. En la actualidad, el 56% de las mujeres asturianas de entre 30 y 34 años han estudiado una carrera frente al 46% de los varones. Estos datos son además, para ambos sexos, mejores que en el conjunto del país.

Al mismo tiempo, el abandono educativo temprano es menor en mujeres que en hombres. Exactamente, un 11% frente al 16%.

Por tramos educativos, en Formación Profesional de grado superior, hombres y mujeres están en paridad, sin embargo, las opciones de estudio son muy distintas. Las mujeres prefieren la rama sanitaria y los varones, la industrial. En la universidad, la población femenina supone más de la mitad del alumnado y, de nuevo aquí, ellas prefieren las Ciencias de la Salud, las Ciencias Sociales y Jurídicas y las Humanidades. Ellos optan por las Escuelas Técnicas, las Ciencias Sociales y Jurídicas y las Ciencias Experimentales.

La mayoría del alumnado no universitario recibe clases impartidas por mujeres, sin embargo, su presencia en cargos directivos es simbólica. Las mujeres, concluye el estudio, al menos las profesoras, siguen topándose con el techo de cristal. En la Universidad, por su parte, pasa otro tanto con el acceso a las cátedras que continúa siendo una reserva masculina.

Trabajo

El llamado trabajo de los cuidados, el hogar y la familia sigue recayendo mayoritariamente entre la población femenina. La Encuesta de Salud para Asturias señalaba que, en los hogares donde hay niños, hasta un 30% de las mujeres afirmaban cuidarlos en exclusividad frente al 12% de los varones.

Cuando además conviven en el hogar personas dependientes, el peso de los cuidados vuelve a recaer sobre la mujer. Un 48% de ellas afirman cuidarlos solas frente al 23% de los varones.

Otro tanto ocurre con las tareas domésticas. Un 56% de las mujeres sostienen que el esfuerzo recae exclusivamente en ellas y un 15% de los varones argumentan que se encargan ellos.

El trabajo fuera de casa sigue siendo además de más difícil acceso para la población femenina. La crisis ha frenado pero no ha revertido, eso sí, la imparable incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Sus trabajos continúan siendo, pese a todo, más precarios y peor pagados. Tres ejemplos. Ocho de cada diez mujeres ocupadas a tiempo parcial son mujeres. El número de mujeres desempleadas duplica aún el existente en 2008. Y la brecha salarial ha aumentado. Hay hoy más mujeres que en 2008 que cobran menos que los varones.

Salud

Los estilos de vida y consumo, el trabajo y la atención en el sistema sanitario son determinantes de la salud y están afectados por la cuestión de género. Así, las mujeres comen mejor que los varones, aunque también sufren más trastornos de alimentación. Hacen menos ejercicio físico y duermen menos que sus compañeros hombres. Fuman menos, pero las fumadoras más jóvenes lo hacen a diario. Y consumen menos alcohol aunque la prevalencia aumenta de forma más rápida que entre los varones.

Todo ello contribuye a que la tasa de mortalidad sea mayor en hombres que en mujeres pero los problemas crónicos que afectan a la vida diaria y generan dolor son más frecuentes en mujeres que en varones. De hecho, las mujeres toman más medicación y se les prescriben psicofármacos en una proporción que el estudio considera “realmente preocupante”.

Violencia de género

El Servicio de Salud mantiene abierto desde 2003 un registro de partes de atención a mujeres víctimas de la violencia doméstica. En 2013, último año con datos disponibles, se notificaron 495 informes correspondientes a 467 mujeres. La evolución parece confirmar una reducción en el número de asistencias por violencia, al menos, en el sistema de salud. Las mujeres que solicitan atención acuden muy mayoritariamente por agresiones de quienes mantienen o han mantenido relaciones afectivas con ellas.

Paralelamente, los datos de los juzgados dibujan un repunte de las denuncias por maltrato en Asturias y en España en 2014. Ese año se registraron 2.486 en el Principado. Curiosamente, sin embargo, Asturias es una de las comunidades en la que los jueces dictan menos órdenes de protección. En 2014, fueron 773.

Pese a todas las medidas, las mujeres siguen siendo asesinadas por sus parejas o exparejas. Solo en tres años, 2004, 2009 y 2014 no ha habido ningún asesinato por violencia de género en Asturias. Los años en los que hubo que lamentar más pérdidas femeninas fueron 2006 y 2010 con tres y cinco asesinatos, respectivamente.

Bienestar Social

El diagnóstico del estudio sobre políticas de bienestar social es claro. Hacen falta y de manera importante más recursos. Y son necesarios porque el importante envejecimiento de las mujeres y el impacto de la crisis obligan a dar una respuesta rápida.

Así, los usuarios y cuidadores afectados por la ley de dependencia son en Asturias, como en el resto del país, muy mayoritariamente mujeres. Dos terceras partes de quienes reciben en servicio de ayuda a domicilio, el 85% de los usuarios de teleasistencia y el 67% de quienes viven en residencias de mayores son mujeres. También los beneficiarios del salario social o renta mínima son, en su mayoría, mujeres.

Ciencia y tecnología

La igualdad no ha llegado aún a este ámbito. Las mujeres no representan ni el 40% del personal investigador en I+D y su presencia además fluctúa mucho en función de los sectores.

Además, y en su conjunto, ellas utilizan las tecnologías de la información y comunicación en menor medida que ellos. Existe, eso sí, una excepción. Y es que las mujeres menores de 25 años y mayores de 65 recurren más al ordenador, internet y el móvil que los hombres de esas edades.

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