El Proyecto Águeda, un análisis extrapolable a las cuencas de otros ríos

DiCyt

El río Águeda discurre por la provincia de Salamanca y sirve de frontera natural entre España y Portugal durante 40 kilómetros antes de desembocar en el río Duero por su margen izquierda. Una iniciativa internacional denominada Proyecto Águeda analiza los riesgos ambientales en la cuenca de este afluente con la participación del Instituto Politécnico de Castelo Branco (IPCB) de Portugal, la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid y el Instituto de Recursos Naturales de Agrobiología de Salamanca (Irnasa). Las tres partes se reúnen mañana en la sede de este último organismo para poner en común algunos resultados.

La toma de muestras y el análisis de la calidad de las aguas, tanto de las superficiales como de las subterráneas, es responsabilidad del Irnasa, según explica a DiCYT María Jesús Sánchez Martín, investigadora de este centro del CSIC y organizadora del encuentro. La presencia de pesticidas en las zonas con mayor actividad del ser humano o de metales como el uranio o el arsénico debido a las minas abandonadas cercanas a la cuenca son algunas de las preocupaciones que abordan los científicos, que no sólo toman muestras de las aguas, sino también de suelos próximos.

Los distintos grupos de investigación aportan diferentes conocimientos y especialidades. Los investigadores de Castelo Branco se encargan de la modelización de la zona y de los estudios geoestadísticos de los resultados obtenidos, mientras que la UEMC obtiene mapas de riesgo que indican las características particulares de cada zona.

La jornada

La sesión matutina de esta jornada, que presenta el estado actual del proyecto, está abierta al público. “Analizaremos los resultados previos de los parámetros ambientales y los estudios de evaluación”, indica María Jesús Sánchez, “todavía no tenemos resultados finales ya que es la tercera reunión de un proyecto que finaliza en junio”.

De forma privada, los responsables del proyecto analizarán otras cuestiones científicas así como las posibles acciones de difusión de los resultados a través de diversas vías, desde la organización de conferencias hasta el uso de las nuevas tecnologías.

Posible ampliación

Esta iniciativa arrancó en 2012 y finalizará el próximo mes de junio, pero si los socios consiguieran la financiación adecuada, se plantean seguir trabajando en esta línea incluso en otras zonas. “Estamos a expensas de ver que se puede hacer, podría ser interesante continuar, ya que la misma metodología sería extrapolable al estudio de otras cuencas diferentes”, asegura la investigadora.

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