Pregorexia: la nueva pesadilla para el feto causada por el terror de las embarazadas a engordar

Sandra Tamayo, nutricionista de Zona Wellness

Marta Cuervo

Hoy en día es difícil dejar boquiabierto a alguien en las redes sociales pero, como se suele decir, la realidad siempre supera la ficción. La obsesión por conseguir un cuerpo perfecto a veces se olvida de que los cánones de belleza pasan por un organismo sano, equilibrado y sin carencias. Y mucho más en determinados momentos de la vida de las personas, por ejemplo durante el embarazo de las mujeres.

En los últimos meses, quizás por la proliferación de publicaciones de futuras mamás que no han dejado de practicar duras rutinas de entrenamiento físico, y la historia viral de Chontel Duncan, quién ha seguido realizando kick boxing a sus 38 semanas de embarazo, ha saltado a la sociedad un nuevo vocablo, un trastorno poco conocido de la conducta alimentaria que empieza a aparecer en la población: la pregorexia, un tipo de anorexia que se presenta durante el embarazo debido al pánico que tienen algunas mujeres a subir de peso y perder su figura, para lo cual restringen su ingesta calórica.

Para tratar de entender bien lo que supone esta enfermedad, los riesgos que puede ocasionar en la madre y en el feto, y cómo se puede evitar, consultamos con la palabra de una experta, Sandra Tamayo Rodríguez, nutricionista del Centro de Estética y Bienestar Zona Wellness, situado en la segunda planta del Centro Comercial León Plaza de la capital leonesa.

Durante el embarazo pueden producirse muchos desórdenes alimentarios pero uno de los más frecuentes es la pregorexia. ¿Por qué se produce esta enfermedad / obsesión?

Esta situación se produce porque la futura madre siente temor a ganar peso durante la gestación y no acepta cómo tal los cambios fisiológicos que le están sucediendo en su cuerpo. Se trata de un trastorno de conducta alimentaria, pero no está tipificado en el DSM V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) o CIE-10.

Quizás los cánones de belleza y los estereotipos que rodean al género femenino, hacen que afecte más y encima en estas circunstancias. Como ejemplo nos sirven muchas famosas que durante el embarazo y tras dar a luz a su hijo, mantienen un cuerpo esbelto y definido de nuevo. Pero hemos de pensar que ellas viven por y para su cuerpo, ese es su trabajo. El embarazo es una situación fisiológica transitoria en el que solamente hay que tener paciencia y disfrutar del estado con salud.

¿Cuáles son los riesgos de padecer un desorden alimenticio en estado de gestación?

El más visible y el más acusado es la pérdida voluntaria de peso de la paciente y el control alimentario de lo que ingiere. Lo que conlleva a:

  • Desnutrición. No aportará las calorías ni los nutrientes necesarios para el mantenimiento de su propio organismo.
  • Disminución de la masa muscular, ya que al disminuir la ingesta calórica (sobre todo los hidratos de carbono) hace que el organismo se alimente de las reservas proteicas y éstas sean imprescindibles para la formación del nuevo ser.
  • Alteraciones de vitaminas y minerales ocasionando anemias, calambres musculares, alteraciones cardiacas, disminución de calcio en la masa ósea, pérdida de cabello, entre otras.
  • Desequilibrio hídrico.
  • Alteraciones hormonales y enzimáticas.
  • Alteraciones en la regulación térmica corporal por pérdida de masa grasa.
  • Problemas dermatológicos como piel seca, pérdida de elasticidad, piel agrietada o deshidratada.
  • Alteraciones en la producción de leche materna.
  • Aspectos psicosociales: preocupación de lo que piensen los demás de ella, control absoluto del peso, irritabilidad, cambios de humor,...
  • No llegar a término la gestación.

¿Estos problemas a la hora de alimentarse, se agravan en la mujer al estar embarazada?

Se ha visto que las mujeres que padecen este trastorno durante el embarazo, pueden haber sufrido con anterioridad algún episodio de conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia nerviosa. Al tratarse de una anorexia en un estadio de la vida como es el embarazo resulta doblemente peligroso. Mientras la madre pierde peso, el feto no crece correctamente por el déficit de nutrientes esenciales para su desarrollo óptimo.

¿Cuáles son las consecuencias para el feto?

Las consecuencias para el feto son irreversibles. Entre las que cabe destacar las alteraciones en los patrones de crecimiento y desarrollo fetal acorde va cumpliéndose el tiempo gestacional, alteraciones neurológicas, alteraciones respiratorias, cardiológicas, digestivas u óseas, malformaciones anatómicas y fisiológicas, disminución del líquido amniótico, parto prematuro o bajo peso al nacer y muerte fetal.

Además, las mujeres que sufren pregorexia también realizan mucho deporte obsesionadas con su cuerpo, lo que genera mayores necesidades a la hora de nutrirse, de hidratarse...

Efectivamente. El aumento de actividad física es una de sus premisas que tienen para poder controlar o perder peso. La mujer embarazada durante el primer trimestre no requiere de un aumento de sus necesidades nutricionales, pero en el segundo y tercer trimestre, se precisa de un aumento calórico entorno las 300-450 Kcal. No es necesario comer por dos, ni adelgazar por dos. Los hidratos de carbono complejos, las proteínas, la fibra, el consumo de agua, la vitamina D, el ácido fólico, la vitamina B 6 , la vitamina B 12, la vitamina C, el hierro, el calcio y el yodo, son macro y micronutrientes que deben estar aumentados por el simple hecho de estar embarazada. Y si encima se realiza un ejercicio extenuante habrán de reponerse en las siguientes ingestas diarias.

La solución al problema es acudir a la consulta de un experto, ¿es aconsejable que las mujeres embarazadas acudan a un nutricionista como medida de prevención?

Es muy recomendable que todas aquellas personas que les surjan dudas e incertidumbre sobre la alimentación en su embarazo, acudan a un dietista-nutricionista. Éste será la persona mejor cualificada para poder responderle y pautarle un plan dietético personalizado y aclarar todas sus dudas en lo que ha nutrición se refiere.

Ahora bien, si la persona ha padecido o presenta en la actualidad un trastorno en la conducta alimentaria, lo ideal es que se trate dentro de un equipo multidisciplinar, donde el psicólogo, el psiquiatra, el ginecólogo, el enfermero y el dietista-nutricionista trabajaran en una misma dirección para adecuar el mejor tratamiento para la paciente.

¿Cómo podemos ayudar a una mujer que presenta alguna de estas enfermedades?

Dado que la paciente no va a aceptar su situación de desequilibrio alimenticio, las personas que convivan con ella deberán tratar de actuar frente a ello. Ante cualquier signo de alteración en el comportamiento con la comida, es necesario ponerse en contacto con un equipo especializado. Las terapias colectivas dentro del equipo multidisciplinar, ayudan afrontar los obstáculos. La gestante ha de normalizar las horas de las comidas, evitar los horarios irregulares. Comer en un ambiente relajado y distendido es lo más recomendable y mantener conversaciones con otras personas para intercambiar sensaciones, pensamientos o inquietudes personales ayuda a normalizar la situación de la paciente. La familia será un punto crítico en la mejora.

Es necesario mantener una alimentación absolutamente saludable, completa y variada, consumiendo aquellos caprichos en ocasiones muy puntuales. No conviertas algún plan excepcional en tu rutina alimentaria.

Consejos para llevar un embarazo sano, en cuanto a lo que nutrición se refiere

Sandra Tamayo recomienda llevar una alimentación equilibrada, saludable, completa, sin restricción de ningún nutriente y utilizando técnicas culinarias bajas en grasas. “Es importante consumir todos los alimentos en su punto de cocción, así se evitará cualquier enfermedad por bacteria alimentaria. Es necesario incluir todos los grupos de alimentos, lo que se suele decir 'comer de todo'. Pero es comer de todo lo saludable, no es comer de todo como bebidas refrescantes, fast food, alimentos precocinados, bollería industrial, snacks, productos de repostería, entre otros”, apunta.

El éxito de una buena alimentación reside en saber qué es lo que se compra y lo que se come

Además, la experta en nutrición asegura que la alimentación ha de ser rica en verduras, hortalizas y frutas, previo lavado exquisito de los mismos, ya que aportarán las vitaminas y minerales necesarios. Las legumbres, la pasta, el arroz, la patata, el pan son más recomendables en sus formas integrales, ya que ayudarán a evitar el estreñimiento y saciar en mayor medida.

Sandra Tamayo también comenta que los lácteos y derivados resultan de gran utilidad como complemento para picar entre horas, aportando el calcio necesario. Las carnes y pescados aportan todas grasas saludables y las proteínas necesarias para la formación del nuevo ser, pero hay que evitar consumir carnes, embutidos o pescados crudos. Los embutidos como el jamón serrano, chorizo o salami, habrán de limitarse con el fin de no padecer la toxoplasmosis.

“Es importante lavarse bien las manos al manipular estos alimentos. Los huevos, contienen proteínas de alto valor biológico y aportan vitaminas liposolubles. Los frutos secos, gran fuente de grasas cardiosaludables y ricos en minerales, necesarios para las funciones metabólicas. Optar mejor por los tostados naturales y evita los que vayan fritos, salados o con miel. El aceite de oliva virgen extra, será la principal fuente de grasa que dará sabor y palatabilidad a tus platos”, añade la nutricionista de Zona Wellness.

Más consejos: no abusar de la sal, controlar el azúcar refinado y el contenido oculto de éste en ciertos alimentos como puedan ser el pan de molde, las galletas, los cereales de desayuno, las salsas, los zumos envasados, las bebidas refrescantes, los cacaos para la leche, entre otros productos procesados y envasados. “El agua necesaria como mínimo será de 2 litros al día, en forma de infusiones, caldos desgrasados, zumos exprimidos naturales, pueden resultar alternativas para ingerir más líquidos. El éxito de una buena alimentación reside en saber qué es lo que se compra y lo que se come”, finaliza Sandra Tamayo.

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