La Policía refuerza la vigilancia ante el incremento de robos de bicis en León

A María le robaron la bici hace un año. La dejó candada a una farola cerca del supermercado Lidl de La Palomera, en León, justo debajo de su casa. Tras la pérdida se compró otra porque es su único medio de transporte, pero hace cinco meses volvió a quedarse sin ella. Cuando salió de su trabajo, en el centro comercial León Plaza, ya no la tenía en el aparcamiento destinado a bicicletas. No desistió. Adquirió una nueva. “No me quedaba más remedio para ir a trabajar”, comenta. Pero ahora la protege con un candado de los gordos, similar a los que se usan para las motos.
Los robos de bicicletas se están multiplicando en la ciudad de León. La Policía no dispone de datos específicos de estas denuncias ya que todas las que están dentro del apartado de hurtos se archivan conjuntamente. En cualquier caso han detectado un aumento y, por ello, la Policía Local, en coordinación con la Nacional, han iniciado un dispositivo para incrementar la vigilancia de bicicletas en los lugares donde más robos se registran: el casco histórico y el campus universitario.
Cuando Ana denunció el robo de sus bicicletas, su descripción no coincidió con ninguna de las que guardan en la Comisaría de León, alrededor de un centenar de bicicletas que actualmente esperan ser reclamadas, según fuentes oficiales. Los métodos de robo son de todo tipo, para algunos se utiliza una pequeña sierra, a otros no les hace falta más que aprovecharse del despiste de sus propietarios, como ocurre con algunos peregrinos confiados. También son objeto de robo las bicis de préstamo del servicio que ofrece el Ayuntamiento de León.
Ante este incremento, los ciudadanos también se han organizado para ayudarse. En Facebook existe un grupo denominado Bicicletas Robadas (León) con un total de 366 miembros, en el que quien ha sufrido un robo lo comenta y cuelga una fotografía para que si alguien la encuentra pueda alertar a su propietario.
Las redes sociales son poderosas. Jose dejó su bici a la puerta de su tienda, 'La Mona se Viste de Seda', detrás de la catedral y cuando salió ya no estaba. Solo dejó candado el cuadro con la rueda. “Como hay una cámara de seguridad del Ayuntamiento, pensé que nadie se iba a atrever, pero cuando salí me la habían robado. Puse la denuncia y comenté lo de la cámara, pero al día siguiente me dijeron que no había grabado nada. Colgué la foto en el Facebook de la tienda, de aquella eran 3.000 amigos o más. Justo ocho días después un chico se la encontró al lado de un contenedor a 500 metros de la tienda, con el candado y todo, y como lo había visto en Facebok sabía que era mía y me la trajo”, explica.
Ana no tuvo esa suerte. Ella sufrió la pérdida de su bicicleta en enero a las puertas de la facultad de Derecho. Dejó la bici aparcada, con un candado normal junto a otras en el aparcamiento habilitado para ello. No la volvió a ver. “Me di una vuelta por el campus pero no vi nada, me pareció alucinante porque por ahí pasa mucha gente, pero es verdad que si alguien se acerca disimuladamente y corta el candado, es un momento. Conozco más gente a la que le ha pasado”, asegura.
Desde la asociación León en Bici consideran que un mayor número de aparcamientos para bicicletas en la ciudad ayudaría. “En cada calle debería haber al menos el sitio de un coche destinado a aparcamiento de bicicletas a fin de que el dueño pudiera tener la bici bien aparcada lo mas cerca posible de su situación”. También inciden en la importancia de una campaña de seguridad por parte de la Policía.