La pérdida de patente de once medicamentos se convierte en una bombona de oxígeno de 2,4 millones para la factura farmacéutica

Miriam Chacón / ICAL Expedición de medicamentos con receta en una farmacia

S. Calleja/ Ical

La pérdida de patente de once medicamentos en los últimos meses llega como una bombona de oxígeno para las arcas de Sacyl, teniendo en cuenta que permitirá reducir en 2,4 millones su factura farmacéutica este año. Se trata de once medicamentos que pasan a ser genéricos y que se prescriben para tratar dolencias como el cáncer, migrañas, neumonía, insomnio y otras tan comunes como el colesterol y la presión arterial.

En el último año, Sacyl destinó 7,6 millones de euros a cubrir el gasto de estos once medicamentos, factura que caerá este 2015 en un 32,04 por ciento, hasta los 5,2 millones, con la comercialización como especialidades genéricas de estos principios activos, según las previsiones de la Consejería de Sanidad. No obstante, la cifra podría bailar, teniendo en cuenta el número final de envases consumidos que podría oscilar entre los dos años.

En todo caso, esta reducción contribuirá a paliar el talón de Aquiles del capítulo de farmacia, más en un territorio en el que predomina una población envejecida a la que va ligada la cronicidad y el consumo de medicamentos. También, en una autonomía inmersa en un bucle de repuntes, que se traduce en crecimientos mes a mes, tanto por el consumo como por la irrupción de nuevos fármacos más caros que impiden contener una de las facturas que más preocupan a las comunidades.

De hecho, aunque en enero el gasto farmacéutico a través de receta se redujo en Castilla y León un 1,44 por ciento sobre el mismo mes de 2014, con 45,26 millones de euros y un gasto acumulado de 540,6 millones, el mes de febrero ha vuelto a crecer, un 3,8 por ciento, con 43,23 millones, hasta los 542,23 millones. Se trata de un problema endémico del conjunto del país que busca fórmulas para sanear una factura complicada de contener.

La última propuesta pasa por ligar por ley el gasto al Producto Interior Bruto, y se ha formulado a través de una enmienda del PP al proyecto de Ley de Reforma de la Financiación de las Comunidades Autónomas que se tramita en el Congreso de los Diputados. En un principio, pretende que el gasto anual en fármacos se sitúe por debajo del PIB. Ahora toca concretar la fórmula y escuchar las autonomías, teniendo en cuenta que el gasto en medicamentos es superior en una población envejecida y con pacientes crónicos, muchos de ellos pluripatológicos.

Consumo de genéricos

Una de las fórmulas que más ha contribuido a rebajar la factura farmacéutica ha sido, precisamente, el impulso de la prescripción de medicamentos genéricos que en el caso de Castilla y León se sitúa en niveles europeos. Los datos al cierre de 2014 indican un porcentaje de dispensación de estos medicamentos del 55,61 por ciento cuando la media europea es del 55 por ciento, cifra mejor que la del conjunto de España, que fue del 46,52 por ciento. Es más, el dato mejoró sobre el del ejercicio anterior, ya que la Comunidad pasó de dispensar un 54,41 al 55,61 por ciento.

En concreto, en 2014, Castilla y León consumió 26,44 millones de envases de genéricos, lo que representa el 55,61 por ciento citado, que en dinero se tradujo en 168,65 millones de euros, un 27,10 por ciento de la factura total. En 2013, se consumieron 25,39 millones de envases (54,41 por ciento), con un coste de 158,19 millones, el 25,96 por ciento de la factura.

Principios activos

Los principios activos que han perdido la patente, para alguna o todas las presentaciones, y permitirán el ahorro son el cilostazol, para tratar la obstrucción arterial y enfermedades vasculares periféricas; la combinación de enalapril y lercanidipino, para controlar la tensión arterial alta; la de amlodipino y atorvastatina, para prevenir eventos cardiovasculares en hipertensos, con factores de riesgo cardiovascular y niveles de colesterol normales o ligeramente elevados; junto a la tibolona, para síntomas menopáusicos.

También, se incluye el moxifloxacino, para cuadros de bronquitis, neumonía e inflación pélvica; etopósido, utilizado para tratar algunos tipos de cáncer; lornoxicam, antiinflamatorio; celecoxib, para tratar a pacientes con osteoartritis y dimenorrea; almotriptán, un fármaco antimigrañoso; zopiclona, para el tratamiento a corto plazo del insomnio, y la trazodona, un fármaco antidepresivo.

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