'Paponines' leoneses: mi primera procesión

Paponín Semana Santa

Antonio Vega

Con los ojos abiertos como platos y muy tranquilote Martín, con seis meses y medio, asistió este martes a su primera procesión de la Semana Santa leonesa acompañado de sus padres, David y Laura, su orgullosa abuela y otros familiares. Y lo hizo desde dentro, participando en una de las más importantes de la Semana Santa de la ciudad, la procesión del Perdón, en un año que se cumplen 20 desde la recuperación de la tradición de liberar un preso, indultado por el Gobierno.

Martín ha participado de un momento muy tradicional en las cofradías leonesas, como es la presentación de los hijos de los papones que continuarán la tradición familiar de pertenencia a una cofradía, en este caso la Cofradía del Santo Cristo del Perdón de León. En su cochecito este muy joven papón siguió buena parte del trayecto de esta procesión que se alargó durante seis horas, incluyendo el acto de liberación del preso en la Catedral de León.

El del joven Martín no era el único cochecito que se sumó a esta procesión, otros bebés también fueron presentados a la sociedad cofrade en los momentos previos a la procesión, cuando se vive un momento de hermandad muy especial entre los papones, muchos de los cuáles solo se ven una vez al año, en la ineludible cita procesional. Y otros muy jóvenes papones hicieron a pie buena parte del recorrido.

La madre de Martín fue la primera fémina de la Cofradía con 5 años, hace casi tres décadas

Pero la historia de este bebé es la de una continuidad familiar muy singular. Sigue la estela de una cofradía apegada a los barrios de El Crucero y La Vega y al mundo ferroviario. El abuelo de Martín era un vecino del Crucero y ferroviario cuya nieta y madre del pequeño, Laura, se convirtió en 1989 en la primera fémina en poder ser miembro de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón de León, con apenas cinco añitos, gracias al especial empeño de su abuela, ya que ella no había podido ser precisamente papona.

Entonces unas inoportunas anginas impidieron a Laura salir en la procesión ese año y ya lo pudo hacer el siguiente, en 1990, cuando además ya otras mujeres se sumaron e hicieron mixta por vez primera la cofradía. Martín usó este Martes Santo el traje, adaptado, que su madre usó casi tres décadas antes en su estreno como papona.

“¿Y qué pasa si Martín cuando sea mayor decide no seguir la tradición?”, preguntamos a su madre. “Pues no pasa nada, él decidirá”, asegura con una sonrisa su madre. De lo que podemos dar fe es que a Martín, pese a su corta edad, la Semana Santa no le ha asustado, ni cuando los papones se ponen el capillo que les tapa la cara. Madera de papón tiene, al menos de momento.

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