Los optometristas piden su inclusión en la Sanidad Pública como profesionales de atención primaria en salud visual

Ópticos-optometristas

La vigilancia de la salud visual de los niños debería ser un objetivo prioritario en cualquier programa de salud pública, tanto en el nivel primario de la atención sanitaria, como en el ámbito escolar o bien en el comunitario, mediante distintas acciones de promoción de la salud visual en las familias, pero la realidad en nuestro país es muy distinta. Aunque los trastornos de la refracción o ametropías son extremadamente frecuentes en la población infantil (20%) y ambliopía (4%), según datos de SEPEAP, es el ciudadano el que debe demandar al Sistema Nacional de Salud sus revisiones para el cuidado de su salud visual o recurrir a establecimientos privados para resolver su problema.

Según datos del Libro Blanco de la Salud Visual en España 2019, solo el 21% de los niños acude a revisar su visión al centro de salud que les corresponde, mientras que el 35% se dirige a los establecimientos sanitarios de óptica y el 44% a las clínicas de oftalmología privadas. Parece evidente que el Sistema Nacional de Salud atiende solamente una de cada cinco revisiones y que la mayor carga asistencial está centrada en establecimientos privados (un 79%), lo cual nos hace presuponer que las acciones preventivas o de promoción de la salud son realmente escasas.

“Las pocas revisiones visuales que se realizan desde el SNS ocasionan un enorme flujo de derivaciones a Oftalmología, que colapsan las consultas y resultan una práctica bastante ineficiente en salud pública. La inclusión del óptico-optometrista en los centros de salud solucionaría gran parte de las listas de espera, los colapsos en Oftalmología y mejoraría significativamente el acceso a estos servicios sanitarios optométricos, que pueden resultar quizás complicados para grupos vulnerables o población infantil en riesgo de exclusión”, explica Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.

La primera jornada del OPTOM Meeting Valladolid finalizó con una recepción de bienvenida en el Museo Patio Herreriano para los más de 500 congresistas como cortesía del Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León (COOCYL), Comunidad que acoge por primera vez este importante evento nacional con récord de participación y asistencia. Durante el evento, el salmantino Ignacio J. Ferreira se convirtió en el primer Colegiado de Honor de Castilla y León, tras recibir el caluroso homenaje de sus compañeros, que han querido así reconocer el trabajo “de una persona que ha hecho mucho por esta profesión, aquí en nuestra tierra, pero también en toda España”, tal y como aseguró la decana de COOCYL, Inmaculada Aparicio

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