“Tus ojos me han permitido conocer León”

ciegos franceses en ruta

j m lópez

Ángel de Paz nació en la comarca de Gordón, en La Vid de Cordón, pero con 18 años se fue al País Vasco y allí trabajó en la hostelería durante casi una década. Acto seguido dio el salto al sur de Francia, y allí se casó y trabajó hasta que un glaucoma le privó de la vista con 48 años. Él es el culpable de que el Club Cycplopotes, afincado en Angelt, entre Biarrtiz y Bayona, en la región de Aquitania y tiro de piedra de la frontera, haya elegido, en la asamblea en la que cada año deciden qué lugar visitan y recorren en tándem, León y algunas de sus comarcas.

Durante los cuatro días que han permanecido en esta tierra han utilizado la capital leonesa como base de operaciones, bien por la centralidad del lugar, bien porque aquí aún viven cuatro hermanos de Angel y su madre. No en vano, siempre que puede viaja a León porque, obviamente, la familia pesa mucho.

Han visitado varios puntos de la provincia, pero vienen especialmente encantados de su paso por Astorga a donde se trasladaron con los tándem. Los conductores que dirigen la bicicleta se convierten en patrones de esta peculiar locomotora, a la vez que ejercen de improvisados guías turísticos.

El viaje tiene dos vertientes muy distintas. Por un lado está la descripción de los diversos obstáculos que encuentran en la calzada, una subida, un bache, una curva demasiado pronunciada. Son los guías los encargados de anunciar todos estos imprevistos con los que se topan.

Paisajes

La segunda faceta es quizás la más compleja, porque deben explicarles a los invidentes los lugares por los que transitan, la arquitectura, la idiosincrasia de la villa que visitan, las particularidades del entramado, las calles, el paisaje que las circunda.

José Atienza, guía acompañante voluntario, nació en Francia, pero toda su familia procede de Madrid. Con franca sinceridad reconoce que León no es el lugar más conocido y que “tal vez no hubiera sido el primer destino que hubiera elegido de España”.

Pero ahora, una vez cumplido el objetivo, manifiesta que la cordialidad de los leoneses le ha sorprendido gratamente y le ha dejado un gran poso que no podrá olvidar, explica. “Me voy encantado, muy contento”.

Ambos, Ángel y José, sobre todo Ángel, se emocionan cuando explican que ellos, los guías, les prestan sus ojos para conocer aquellos lugares que visitan. Y en esta oportunidad se los han vuelto a prestar para conocer algunos rincones del viejo reino.

...De izquierda a derecha José Atienza y Ángel de Paz, durante un momento de la entrevista.

Una fusión

Cyclopotes es un nombre que surge de la fusión de ciclo, ciclomotor y potes, amigos en un lenguaje coloquial. La asociación de amigos del ciclomotor ya existía antes y de vez en cuando ayudaban a invidentes, hasta que a alguien se le ocurrió una fusión.

Se pusieron manos a la obra, compusieron la nueva organización, compraron los tándem y comenzaron a conocer otros lugares, durante años sin salir de Francia. Muchos de ellos ya conocían León porque han peregrinado en pos de la dádivas espirituales que le son concedidas al peregrino cuando alcanza la Plaza del Obradoiro.

El último día de estancia lo han dedicado a conocer la capital y a hacer acopio de algunos productos que definen a esta tierra. La mayoría de ellos han cargado las alforjas de embutidos y otras exquisiteces que ofrece la marca Productos de León. Y se van encantados de una ciudad y una provincia que, reiteran, le han acogido con los brazos abiertos. Y de una gastronomía, añaden, que no deja indiferente a nadie.

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