Mirar las nubes para no perder el norte meteorológico

Javier Martínez de Orueta a la caza de nubes y fenómenos atmosféricos.

Antonio Vega

Rubén Darío usó el término 'nefelibata' para hablar de alguien, más o menos, que está en las nubes. Un buen término del que Javier Martínez de Orueta se ha 'apropiado' para definirse y usar en su primer libro, ya que vive por y para las nubes.

'Diario de un nefelibata' es el título de la obra que va a lanzar la próxima primavera. Un libro divulgativo que pretende dar a conocer el mundo de la meteorología pero enfocado a la observación, como tradicionalmente se ha hecho sobre todo en el mundo rural, para comprender lo que sucede desde el cielo a la tierra.

Serán 180 fotos con información adicional para que cualquiera pueda identificar las nubes con las que se encuentra, sólo tiene que dejar de mirar al frente y hacia abajo y ver qué se encuentra. 'Diario de un nefelibata' se publicará la próxima primavera gracias a un crowdfunding en el que todavía se puede participar con imágenes de 6 años de investigación, fundamentalmente de Asturias aunque también con algunas tomadas en León.

La pasión por las nubes de Javier siempre ha estado ahí pero en su etapa de estudios universitarios en León fue cuando se desarrolló totalmente, aunque de manera autodidacta ya que en sus estudios abientales su desarrollo es muy por encima. “Creas un hábito de salir al campo, de fotografías la nubes y luego estudiarlas y compararlas, y así año tras año llegó un momento en que te metes en el tema de la divulgación”, explica al hablar de una pasión que desarrolla de manera amplia desde hace seis años.

Las redes sociales han sido uno de los elementos que han ayudado a Javier a desarrollar su afición, tanto para aprender como para divulgar. “Ahora tenemos una cámara en la mano con el móvil y compartimos una fofo del cielo en el instante”, reconoce, que apunta a ella como uno de los motivos del mayor interés actual por los fenómenos atmosféricos.

Una prueba de la importancia de este interés es el desarrollo del curso 'Nubla' en la Fundación Cerezales Antonino y Cinta, que afronta su tercera edición centrado en las nubes y fenómenos meteorológicos, y que el propio Javier encabeza, y que reúne a ciudadanos curiosos por lo que sucede por encima de sus cabezas.

¿Y cuál es el mayor interés de los ciudadanos sobre la meteorología? Pues en los fenómenos locales, explica el divulgador. Y uno de los ejemplos que más se suceden en León es preguntar por los efecto de los embalses artificiales, que provocan más nieblas y dejan más suaves las temperaturas.

La emigración del mundo rural hacia las ciudades ha provocado un poco cierto abandono sobre la observación meteorológica, al no depender tanto el mundo urbano para el control de las cosechas. Pero Javier reivindica su necesidad, “mirar al cielo siempre es posible y es gratis; es un saber que se ha perdido un poco y que tenemos que recuperar”.

Uno de los mitos climáticos más arraigados en León es la calidad del cielo, ¿es cierto que tenemos uno de los mejores de España¿ “Yo creo que puede ayudar en el noroeste cómo entran las borrascas desde el Atlántico, que pueden ayudar a limpiar el cielo, por lo que por eso puede ser que provoque que sea uno de los más limpios o bonitos de España”, responde Javier.

Porque Javier recuerda que la naturaleza no es solo lo terrenal, sino también lo celestial. Y el cambio climático afecta a todos. Recientes estudios, explica, indican que los gases de efecto invernadero pueden hacer desaparecer algunos tipos de nubes y que las nubes que se crean con las estelas de los aviones pueden tener efecto invernadero al afectar a la acumulación de un tipo de radiación.

El aumento de las temperatura y la lluvia serán dos de los asuntos que más nos afecten localmente por la emergencia climática, señala el divulgador. Las nubes que lleguen nos indicarán qué tiempo climático tendremos. Que nunca se nos olvide mirar al cielo.

Etiquetas
stats