Para morirse… de risa
Durante dos semanas la Plaza de Toros de León se ha convertido en un tétrico cementerio, lleno de almas perdidas, muertos vivientes, vampiros y criaturas sacadas de los más horripilantes cuentos de terror.
El Circo de los Horrores, que dará su último espectáculo mañana a las 21.00 horas, ha entusiasmado a la sociedad leonesa, con un pleno en casi todas sus actuaciones y entradas agotadas con algunos días de antelación.
A pesar de la decoración, lograda con luces y efectos especiales de nieblas entre la oscuridad que hacen que el espectador se sumerja en un verdadero ambiente terrorífico, y del recibimiento del tradicional hombre de la motosierra, el circo se caracteriza por el humor de sus actores, las comedias a modo de cabaret que hacen interactuar al público y los números de acrobacias.
El humor de los personajes, que desarrollan la acción en 'el cementerio de los horrores', es espontáneo y se encuentra abierto a las improvisaciones de los espectadores, aunque en ocasiones pueden llegar a hacer pasar 'un mal rato', como pretenden desde la presentación de la función.
La historia, creada por Suso Silva, comienza con la pequeña Sara en el cementerio, una terrorífica niña que se pasea con la cabeza de su madre en un cochecito de muñecas y que juega con ella a la pelota con un voluntario elegido entre el público. Nosferatu, es el anfitrión del Circo de los Horrores y padre de las criaturas que viven dentro, es desagradable pero en algunos momentos muy divertido, el perfecto maestro de ceremonias.
Otros de los personajes son Belcebú, el demonio guardián del cementerio, Grimo, un payaso que estremece al público provocando sensaciones de grima con objetos, y Dévora, la vampiresa encantadora de serpientes. Entre los acróbatas destacan la momia putrefacta, con impresionantes vuelos de un lado a otro de la carpa, las niñas poseídas contorsionistas con sus cuerpos de goma y la pareja de forzudos.
Tras el éxito de la primera visita del circo a la capital leonesa con su anterior espectáculo, la compañía no ha dudado en volver, y la lluvia de aplausos conseguida cada tarde y noche después de la función no hará dudar al Circo de los Horrores de volver una tercera.
