Cuando manifestarse el 1 de mayo era un acto de valentía

Sara Martínez

A pesar de la desvirtuación que están sufriendo en los últimos tiempo es innegable el papel que han tenido los sindicatos en la lucha por las libertades y el asentamiento de la democracia. Antes de que llegara la legalización, las subvenciones y los liberados sindicales, las manifestaciones sin miedo a ser arrestados no existían. Sí tenían lugar en cambio, la clandestinidad, las carreras para lanzar octavillas antes de echar a correr en grupos dispersos, las detenciones arbitrarias y los periodos de cárcel sin sentido. Ángel Villa fue uno de los muchos que dedicó su vida a intentar conseguir lo que creía justo, detenido numerosas veces y encarcelado tres, vivió los años de dictadura, la legalización de los sindicatos y se convirtió en el primer secretario provincial de CCOO de León.

Acabar con la negociación colectiva es vaciar de contenido a los sindicatos

Nacido el mismo día en el que once años antes se proclamaba la Segunda República, parece que la fecha marcó su destino. Comenzó a militar en el año 1967 y según cuenta, “al principio combinábamos dos elementos, los legales, ocupando cargos sindicales dentro de las empresas, y los ilegales, es decir, la actuación en la calle”. Y es que durante la década de los 50 y especialmente durante los 60, comenzaron a utilizar la propia estructura sindical creada por el franquismo, infiltrándose, participando en las elecciones y empleando el camino del Sindicalismo Vertical para alcanzar mejoras e inmiscuirse en la realidad laboral de los trabajadores.

León tuvo un papel prioritario en la formación de CCOO, algunos historiadores toman Laciana como punto de partida, concretamente dentro de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, con motivo de las huelgas mineras en las que alcanzaron grandes progresos dada la coyuntura, como el aumento salarial o la incorporación de 12 representantes de los trabajadores en el jurado de empresa.

“Esos primeros de mayo salíamos a la calle en grupos, tirábamos octavillas y nos dispersábamos, el 30 de abril hacíamos asambleas en las fábricas”, cuenta Ángel Villa. “Algunas veces detenían a unos cuantos de manera preventiva antes del 1 de mayo para evitar o disuadir las manifestaciones”. Detenido y encarcelado en tres ocasiones por asociación sindical, por pertenecer a CCOO o por militar en el PC, Villa asegura que los logros más importantes fueron el derecho a organizarse, a sindicarse y sobre todo el derecho a la negociación colectiva “que ahora quieren echar atrás”.

Los sindicatos fueron esenciales en la conquista de las libertades

Este histórico sindicalista contempla la reforma laboral como un ataque a lo conseguido tras muchos años de lucha. La liquidación de la negociación colectiva es “vaciar de contenido a los sindicatos”, “pero no va a ser fácil que nosotros abandonemos la pelea”, recalca.

“Se nota que todo aquello que no sea favorable a la corriente neoliberal es un estorbo y no quieren diques, quieren imponer y que las relaciones laborales se basen en la dictadura de los mercados”.

Para Villa, los sindicatos jugaron un papel esencial “en la conquista de las libertades y en el avance social”. “Ahora habrá menos democracia”, señala, “más allá de privarnos del derecho a negociar estas políticas tratan de favorecer un trasvase de las rentas del trabajo a las rentas del capital”. “Si terminan con la negociación colectiva las únicas referencias ahora serán el Estatuto de los Trabajadores y el salario mínimo interprofesional”.

A la pregunta de si cree que las nuevas generaciones vivirán peor que sus padres responde, “yo tengo poco de profeta pero los datos no son nada halagüeños, las cosas están muy mal pero hay alternativas”. Y una vez más, Ángel Villa saldrá a la calle este 1 de mayo.