Los leoneses y la diferencia entre vivir en corro y enfilados

Corro de aluches de Riaño.

David Díez Llamas

En un libro muy interesante (Cuaderno de Aluches) se recoge una cita de Francisco Flecha que dice “en el mundo hay dos razas de hombres que lo pueblan: los que vivimos en corro y los que marchan en fila, enfilados, desfilando”.

Esa cita me ha hecho reflexionar diría que el vivir en corro es sinónimo de búsqueda del diálogo, de buscar soluciones desde el acuerdo entre diferentes. Son 'corro' esas mesas redondas a través de las cuáles se buscan salidas a los grandes conflictos internacionales. Recuerdo que cuando las delegaciones de Estados Unidos y de Vietnam (en aquel momento del norte) se reunían en Paris para buscar una salida al conflicto armado, un punto importante y objeto de semanas de discusiones en debate inicial es la forma que debía de tener esa mesa desde un principio de que debía ser redonda. En contraposición cuando alguien nos tiene o lo tenemos enfilado es todo un signo de situación de enfrentamiento ya sea directo o indirecto.

Ya ven los leoneses hasta la lucha la hacemos “en corro”. En nuestros aluches se conjuga un signo clave de la identidad leonesa como es la unión entre la individualidad y la pluralidad. Son esos corros de Ribera frente a Montaña en el que cada luchador individual retaba a su oponente en representación de su comunidad de referencia. Es esa lucha incruenta en la que se asumen valores como el honor de modo que el vencedor levanta al vencido y el vencido al vencedor. Es el reconocimiento de que una vez finalizado el combate el mismo no se extiende fuera del propio recinto y se acepta el resultado que dictamina el árbitro.

En corro se hacen nuestros concejos como representación de una democracia directa. Los parlamentos de la gran mayoría de países tienen también esa forma de corro o semicírculo, la excepción sería el parlamento británico. En definitiva, el corro lo podemos asociar a la democracia. Así, mire usted por dónde, podemos establecer un paralelismo entre los aluches y el ser “cuna del parlamentarismo”. Ambos son corros y son expresiones de una personalidad leonesa que se expresa en distintas formas y ámbitos. En corro se hacían y se hacen nuestros filandones como modo de compartir vivencias, un ejemplo más de modo de vida asociado a las conductas de los leoneses.

Por el contrario las filas son propias de los desfiles militares y de las dictaduras. Diríamos que las filas se asocian a la uniformidad ya sea de un desfile militar o de algún colegio en que los alumnos de uniforme forman filas antes de entrar a sus clases. Por el contrario, el corro es la referencia de la diversidad, es el diálogo entre distintos, es la búsqueda de pactos. Hay una larga tradición de debate en la cultura leonesa: las Cabezadas, los debates entre Foro y Oferta.

Castilla construyó España con 'filas'

En la construcción de España diríamos que se dio esa pugna entre filas y corros. El modelo de filas asociado en mayor medida al concepto militar lo ha representado Castilla. Así podemos ver asociado a Castilla al Cid Campeador, a Fernando III como patrono de las fuerzas armadas... Fue un modelo que supuso el avance en las conquistas militares en el período conocido como reconquista. Pasear por Burgos es encontrarnos a cada paso a referencias del Cid, Tizona, Rodrigo... En las tierras leonesas las principales referencias son las Cortes. Cuando Castilla ejerce una posición dominante ello significa la pérdida de influencia de las Cortes como institución (y no tanto la unidad en las Cortes de Castilla y de León como la historia oficial nos hace querer ver).

El que a la Región Leonesa no se le haya reconocido su derecho a constituirse en Comunidad Autónoma va mucho más allá de un tema identitario leonés (que también), es el apostar por las filas frente a “los corros”. Son dos modelos políticos en disputa y Martín Villa eligió aquel que buscaba contrarrestar los nacionalismos periféricos (catalanes y vascos) con un centro fuerte que consideraba que formarían Castilla y León. El fracaso de esa política es hoy evidente cuando en Cataluña se plantea incluso la secesión de España. Los contrapesos diseñados no han funcionado. Algunos catalanes se consideran enfilados por el resto de los españoles y enfilan a España. Hay que recuperar la cultura de “los corros” como signo de acuerdos entre diferentes. La uniformidad nos empobrece y la diversidad nos enriquece. Igual la “no autonomía leonesa” y el auge del independentismo catalán tiene algo que ver.

Se hace necesario que en este corro leonés alguien grite: “¡Hay quién luche!” Igual los leoneses estamos excesivamente pasivos, tenemos el síndrome de los derrotados y hay insuficiente disposición de cambiar situaciones injustas. Sin embargo, los errores no caducan y van agravando el mal en forma de cierre de empresas, aumento del paro y pérdida de condiciones de bienestar. El Reino de León no puede ser el Reino de los cementerios.

___David Díez Llamas es sociólogo.
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