León exporta sacerdotes homófobos
En apenas semana y media han confluido dos polémicas de carácter nacional que tienen en común el hecho de que se trata de una visión homófoba de sendos religiosos católicos y que ambos están vinculados de manera directa con la provincia de León.
El último caso, que ha saltado a nivel nacional e incluso más allá de nuestras fronteras, se refiere a las declaraciones del nuevo cardenal electo por el Papa Francisco, Fernando Sebastián Aguilar, que fue obispo de la Diócesis de León durante cuatro años, en las que defendía que que “la homosexualidad es una deficiencia que se puede tratar”.
Muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado
En una entrevista tras conocerse su nombramiento, Fernando Sebastián señala que “muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice”. Para él, la sexualidad “tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación; una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias”.
Estos razonamientos han levantado ampollas rápidamente. Aparte de críticas desde el ámbito político, las primeras de ellas del PSOE de Málaga (donde reside el prelado), diversas organizaciones como el Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) y el Observatorio contra la Homofobia han pedido ya que el fiscal general del Estado abra diligencias contra el cardenal electo. Entienden qie «esta expresión atenta contra el marco jurídico español que protege como derecho fundamental la dignidad y la no discriminación en el artículo 18 y 14 de la Constitución», y por tanto «declaraciones de este alcance homófobo son una clara incitación al odio y a la discriminación, comportamientos penados en el artículo 510 del Código Penal», por lo que las asociaciones LGTB han exigido «una rectificación pública y la desautorización de la jerarquía eclesiástica».
Pero esta agria polémica de un eclesiástico vinculado a León (es arzobispo emérito de Pamplona y Tudela y fue nombrado obispo de León entre agosto de 1979 y julio de 1983), no es la única. Más crueles e hirientes fueron las críticas lanzadas hace más de una semana por el párroco de El Burgo Ranero, Jesús Calvo, declarado falangista, atribuyendo a un castigo divino el cáncer que padece el socialista Pedro Cerolo, conocido activista, además de justificar la pena de muerte.
Hay mucha basura social, se ha quitado la pena capital, desgraciadamente, y habría que eliminar a mucha gentuza
Tales declaraciones han servido para que a través de Internet se haya iniciado una recogida de firmas para remitirlas al Obispado de León, exigiendo la “inmediata expulsión” del sacerdote. La petición ha sido ya firmada por más de 52.000 personas a través de una iniciativa en Internet. En ella se defiende que “la Iglesia no puede ser cómplice de este tipo de opiniones, porque si lo permite, lo apoya. El párroco está defendiendo la pena de muerte, algo totalmente intolerable en una sociedad democrática como la nuestra. Las palabras textuales del párroco son: ”Hay mucha basura, basura social y por eso, se ha quitado la pena capital, desgraciadamente, que es doctrina católica, y habría que eliminar a mucha gentuza que está haciendo la vida imposible a los inocentes“. Si la Iglesia mantiene a este hombre ejerciendo el sacerdocio, la Iglesia está apoyando que cualquier mal que le ocurra a una persona homosexual es un castigo divino merecido y lo que es más grave, está apoyando la pena de muerte”.
Por su parte, el Obispado de León se limitó a emitir un comunicado en el que censuraban las declaraciones del cura falangista Jesús Calvo, asegurando que se había hablado con él sobre los hechos y que no realizaba esas declaraciones en sus funciones como sacerdote. No obstante no se anunciaba la adopción de ninguna medida por sus polémicas y homófobas palabras.