“Justicia para nuestros muertos”

Ricardo Ordóñez/Ical. Monumento a los fallecidos en el accidente del Yakolev-42 ubicado en la base militar de Castrillo del Val, Burgos.

Javier Galán

Repasando en estos días las noticias de prensa nacional ha habido un titular que ha despertado mi atención : “El Consejo de Estado responsabiliza a Defensa del accidente del Yak - 42”. Cabe recordar que fue un accidente de avión en Turquía en el que fallecieron 62 militares españoles cuando regresaban de una misión humanitaria de Afganistán. En aquella época era soldado profesional del cuerpo de ingenieros en el RING 1 de Castrillo del Val, (Burgos). 21 de las personas del que era mi regimiento fallecieron en ese accidente, por lo que fui consciente en todo momento de cómo se produjeron los hechos. Me gustaría compartir mi reflexión cuando en este 2017 se cumplirán 14 años de este triste hecho.

Todavía recuerdo aquel fatídico 27 de mayo de 2003. Eran otros tiempos, la vida y el pensamiento dan muchas vueltas y emprendemos muchos caminos, y más después de 13 años, ahora tengo 33.

Recuerdo aquella fría mañana en Burgos, cuando nos levantamos en aquel piso de alquiler de militares y pusimos las noticas de Telecinco.

Recuerdo cuando vimos la noticia de un accidente de un avión que transportaba militares españoles que venían de Afganistán.

Recuerdo que se nos paralizó la sangre cuando la primera imagen que vimos fue la del TIM (Tarjeta de Identificación Militar) manchada de sangre de nuestro comandante Ripollés (RING 1 Castrillo del Val, Burgos, donde estuve destinado 2 años de mi vida).

Recuerdo cuando de entre las fotos del accidente que salieron en prensa identificamos el cadáver carbonizado de uno de nuestros sargentos.

Recuerdo que me vinieron a la mente las conversaciones que mantuvimos con los compañeros de tropa que regresaron una semana antes de la misión, en la que criticaban amargamente el estado de los aviones en los que venían de una misión humanitaria defendiendo los valores “nuestra querida España”.

Recuerdo aquellas fotos de las ruedas del tren de aterrizaje con los alambres por fuera debido al desgaste, de aquel avión Yak 42, avión de mercancías alquilado sorprendentemente a Ucrania, convertido en avión de transporte de soldados para que saliera más barato transportarnos como si fueramos mercancía en vez de personas. ¿Dónde está ese dinero que te ahorraste Federico Trillo?

Recuerdo aquellas fotos de los equipajes sujetos con cadenas sin ningún protocolo de seguridad y aquellos asientos en donde venían sentadas aquellas personas, qué imágenes tan lamentables. Me preguntaba ¿Esto es el Ejército Español? ¿Por España me voy de misión y me traen de vuelta como si fuera mercancía?

Recuerdo cuando subimos a la base, recuerdo los llantos de l@s soldados, las caras y las lágrimas de dolor de sus familias que subían desconcertadas a la base a obtener información, el dolor de perder a 21 personas con las que trabajábamos a diario.

Recuerdo lo que nos dijeron los mandos, que no dijeramos nada a nadie de aquellas fotos y de aquellos testimonios de los compañeros que criticaban el estado de los aviones. Esto es el Ejército Español, y ante estos casos lo que prevalece es la ley del silencio, porque es una cuestión de Unidad Nacional.

Recuerdo aquel funeral de Estado en Torrejón de Ardoz, montado en tiempo record, 3 días, sin haberse identificado correctamente los cuerpos de l@s fallecid@s, para silenciar una negligencia y un delito cometido por el ministro de Defensa Federico Trillo y su equipo de trabajo.

Recuerdo como aguantábamos las lágrimas y aguantábamos nuestras palabras. Recuerdo los gritos e insultos de los familiares de los fallecidos dirigidos hacia Federico Trillo (ministro de Defensa) y Jose María Aznar (presidente del Gobierno). Pedían una respuesta a sus preguntas, pedían una explicación y un asumir responsbilidades que han tenido que llegar 13 años después.

Recuerdo las palabras de compañeros que contaban cómo cuando enterraron a los fallecidos en sus lugares de origen y llevaban el ataúd a hombros notaban como se movian los pedazos de personas que metieron dentro como si aquello fuera un tetris. La cabeza de uno, la mano de otro, la pierna del de más allá.... Trillo y Aznar pensarían: “Que más dá, cuanto antes los enterremos antes podremos rendir honores y cantar el himno de los caídos por Dios y por España”.

Recuerdo los meses que sucedieron después y la actitud vergonzosa del gobierno español y de su ministro de Defensa (Trillo) y su presidente del Gobierno (Aznar). El trato de ninguneo que tuvieron con las familias de los fallecidos, que han seguido luchando hasta el final durante todos estos años para señalar a los verdaderos culpables de este desastre, un auténtico crimen de Estado.

Recuerdo las veces que maldecí y maldeciré tu nombre Federico Trillo, representas la estampa del típico patriota de salón, a Dios rogando y con el mazo dando, llenando tus bolsillos a costa de traficar con las ilusiones de la gente que “ama a su país y entrega su vida por España” (ese es el “juramento hipocrático” de nuestr@s soldad@s)

Recuerdo el último día de mi vida militar, año y medio después cuando me despedí de aquella base maldita de Castrillo del Val. ¿Como voy a sentirme orgulloso de ser español y de haber sido militar descubriendo desde dentro que todo es una farsa sectárea, que anula la libertad de opinión de las personas y silencia las injusticias por la Unidad Nacional? Lloré de rabia.

A Federico Trillo, continuaré maldiciendo tu nombre hasta el final de tus días, mentiroso, hipócrita, mientras tú te llenabas los bolsillos con el dinero que te ahorrabas alquilando aviones de transporte de mercancías ucranianos, y los reconvertías en aviones para transporte de tropa, otros confiaban en estar defendiendo a este país hipócrita y de pandereta, que demuestra que para esclarecer la verdad en un hecho tan importante como este, hayan tenido que pasar 13 años. Lo más triste de todo, que todavía haya gente dentro y fuera de tu partido que te sigan defendiendo.

ESTA ES LA MARCA ESPAÑA.

Recuero que siempre que me decía a mí mismo....JUSTICIA PARA NUESTROS MUERTOS.

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