Juan Carlos I abdica y abre la sucesión en favor de su hijo Felipe
39 años después de la proclamación como Rey de España de Juan Carlos de Borbón, elevado entonces a la Jefatura del Estado como Juan Carlos I, abdica y abre el proceso para que la Corona recaiga en su hijo Felipe de Borbón, hasta ahora el Príncipe Felipe y que será llamado Felipe VI cuando culmine todo el complejo proceso de la sucesión. Así lo anunció esta mañana en una comparecencia desde el Palacio de la Moncloa el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha convocado para mañana martes a las 12 horas la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en la que se aprobará el proceso para la sucesión del rey Juan Carlos.
El Consejo de Ministros aprobará una ley orgánica en la que se recogerá todo el procedimiento para la abdicación del Rey y para que el príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, pueda heredar el trono en las próximas semanas.
Juan Carlos I fue proclamado el 22 de noviembre de 1975 a la sombra de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947 y tras ocupar interinamente como Jefe del Estado durante la dilatada enfermedad de Francisco Franco. En calidad de Príncipe ya visitó la provincia leonesa, como ocurrió en 1962 a las instalaciones de la compañía Antibióticos.
La Constitución española, ratificada por el pueblo español en un referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978, y promulgada el 27 de diciembre del mismo año, lo reconocía como Rey de España y legítimo heredero de la dinastía histórica de Borbón, después de que el Franquismo evitara que su padre hubiera mantenido esa línea de sucesión.
Nacido en Roma 5 de enero de 1938, se casó con doña Sofía en mayo de 1962, pocos años antes de que en julio de 1969 Franco le nombrara sucesor a título de Rey.
Durante su reinado, fue activo partícipe de la llamada Transición hacia un régimen democrático y se aprobó la Constitución española, la cual suprime toda participación política de la Corona y establece que España será una Monarquía Parlamentaria, toda vez que el artículo 57 de la Constitución le reconoce como el heredero legítimo de la «dinastía histórica».
Uno de los momentos más graves a los que tuvo que hacer frente el rey Juan Carlos I fue el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 con el asalto al Congreso de los Diputados en el acto de toma de posesión del sucesor de Aldolfo Suárez (amigo personal). Su intervención televisada horas después del asalto decantó el fracaso de la intentona y elevó su popularidad a niveles muy elevados.
El paso de los años, especialmente de los últimos, ha deteriorado considerablemente su imagen personal y por ende la de la Corona, a raíz sobre todo del escándalo de una de sus cacerías de elefantes. Una actividad, la cinegética, que fue la que más veces le empujó a visitar la provincia de León, especialmente en la Montaña Oriental, para cazar en las proximidades de Riaño.
Sucesivos problemas de salud y posteriormente los escándalos que afectaron a su yerno Iñaki Urdangarín, investigado junto a la princesa Elena por su posible implicación en delitos como malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales, han deteriorado aún más la gestión de la Casa Real y su imagen pública.
