Denuncian el mal alumbrado público de León pese a su coste millonario tras privatizarse
La coordinadora local de Izquierda Unida en León capital, Carmen Franganillo, denuncia las condiciones en las que se encuentra el alumbrado público de la ciudad “pese al alto coste que está suponiendo a los leoneses”, una vez privatizado el servicio en el pasado mandato con apoyo de PP y PSOE. Por ello, insta al Ayuntamiento a que “tome medidas para su correcto funcionamiento”.
Carmen Franganillo explicó que la privatización del alumbrado de la ciudad, “medida que ya se remonta a 2017 tras su aprobación bajo el gobierno del Partido Popular con el apoyo del PSOE” y cuya excusa fue “el ahorro y el mayor cuidado del medio ambiente”, no ha generado “más que problemas desde entonces”.
Así, según detalló, “aunque el gobierno del PP por aquel entonces defendía un ahorro a largo plazo y un mayor cuidado del medio ambiente, la privatización y modificaciones en el alumbrado siguen suponiendo un coste a largo plazo para los y leoneses, mientras que su funcionamiento no es en absoluto el esperado”.
Hay que recordar que este servicio público de la luz de las calles de la capital se privatizó en 2017, cuando el alcalde del PP, Antonio Silván, contó con apoyo del PSOE, entonces en la oposición, lo que supone un coste de 21 millones de euros durante diez años.
Sin embargo, transcurrido el tiempo en el que la empresa adjudicataria debería haber cambiado ya todas las luminarias y revisado detalladamente cualquier mal funcionamiento, para corregirlo, lo cierto es que las deficiencias siguen siendo muchas y muchas las quejas vecinales. Tantas que este problema pasa por ser uno de los que más reclamaciones supone para el Ayuntamiento leonés.
Desde el barrio de Eras de Renueva hasta las calles de la Lastra, pasando por el Barrio Húmedo o las calles de San Claudio o el Polígono 10, entre otras, afirman que la situación deficiente de las luminarias es doble: por un lado, muchas farolas no están en funcionamiento, por lo que el alumbrado se reduce prácticamente a la mitad y, por otro, algunas bombillas empleadas no iluminan lo suficiente, quedando las calles, en muchos casos, prácticamente a oscuras.
