Una iniciativa promueve adaptar las zonas de montaña al cambio climático y potenciar su desarrollo sostenible
La asociación Territorios Vivos pone en marcha el proyecto 'Mejora de la resiliencia en socio-ecosistemas de montaña como herramienta de adaptación al cambio climático' con el objetivo de dotar de herramientas y generar una visión de futuro en las zonas de montaña ante la amenaza del cambio climático. Además, se permitirá empoderar a las poblaciones locales en la identificación e implementación de acciones y servirá de inspiración a otras áreas de montaña con problemáticas similares.
Este programa pionero, que cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de Fundación Biodiversidad, y la Fundación IberdrolaEspaña, comienza en las Reservas de la Biosfera de Valles de Omaña y Luna (León) y Ordesa-Viñamala (Huesca).
La iniciativa comenzará con un proceso de participación pública involucrando tanto a la población local como a organizaciones y entidades públicas y privadas, que identificarán, propondrán y ayudarán a poner en marcha acciones de respuesta sencillas y adaptadas a la realidad de cada uno de los territorios elegidos. De esta forma, se diseñará un plan de acción piloto para cada uno de los casos con el compromiso de ser implementado en el corto plazo.
Posteriormente, se celebrará una jornada de presentación de resultados e intercambio de experiencias para el conjunto de la Red Española de Reservas de la Biosfera, municipios de montaña y otras entidades interesadas. Esta jornada incluirá una sesión para identificar posibilidades de colaboración entre los sectores público y privado que faciliten la puesta en marcha de los planes de acción. Así, se pretende facilitar la transferencia de conocimientos y experiencias y permitir la colaboración entre todas las personas y organismos implicados.
Las áreas de montaña son lugares con un incalculable valor ecológico, paisajístico y antropológico. Sin embargo, son entornos muy frágiles a los que el cambio climático está afectando con especial intensidad. Ya se dejan notar sus efectos en un aumento de la temperatura, disminución de las precipitaciones, aumento de la intensidad de eventos extremos, pérdida de especies, disminución de espesor y duración de la nieve y mayor riesgo de incendios, entre otros. Todos ellos son desafíos a los que se enfrentan las comunidades de las zonas de montaña pero que afectan a la sociedad en su conjunto.
La idoneidad de las Reservas de la Biosfera
Las Reservas de la Biosfera de Valles de Omaña y Luna y Ordesa-Viñamala presentan algunos de los paisajes de montaña mejor conservados de Europa y guardan valores ambientales y culturales que les han hecho merecedoras de reconocimiento internacional por la UNESCO. Sin embargo, enfrentan un futuro difícil tanto por el éxodo poblacional como por los impactos que puede tener el cambio climático en sus ecosistemas y en sus medios de vida.
Estos espacios protegidos ofrecen un ámbito especialmente apropiado para el desarrollo de esta propuesta, al estar reconocidas internacionalmente por salvaguardar un modo de relación armónico entre el ser humano y la naturaleza, y ser ejemplo de sostenibilidad.
La Red Española de Reservas de la Biosfera, con 20 de ellas en áreas de montaña, es la imagen más representativa de este tipo de territorios que cuentan con una importante diversidad de ecosistemas en buen estado de conservación. Sin embargo, el cambio climático es un factor de estrés añadido a otros como la despoblación, el abandono de actividades tradicionales o la escasa diversificación de actividades económicas.