El incendio forestal que arrasa León: un pueblo, pasto de las llamas ante la impotencia de los bomberos

Viviendas arrasadas por completo por el fuego del incendio de Zamora-León a pesar de los esfuerzos.

Carlos J. Domínguez

Una imagen vale más que muchas palabras, a veces más que mil. Y detrás de las cifras, las estadísticas y las declaraciones, una grabación puede suponer una sacudida de realidad. Eso es lo que pasa con muchas imágenes que esta semana se están conociendo de la tragedia que minuto a minuto provoca el avance de momento imparable del incendio que asola el norte de la provincia de Zamora y el suroeste de la de León.

En el primero caso, las cifras oficiales de la Junta hablan hasta esta tarde de miércoles de once pueblos evacuados por completo y en León 34, con al menos 8.000 personas fuera de lo que hasta ahora eran sus hogares o sus casas de pueblo.

Una de esas pequeñas localidades rurales afectadas de lleno no sólo por el intenso humo irrespirable y la lluvia de cenizas sino directamente por las lenguas de fuego que han llegado a sus calles a velocidad de vértigo ha sido Palacios de Jamuz, en la comarca del mismo apellido, al sur de la ciudad leonesa de La Bañeza.

Se ha dado a conocer un vídeo estremecedor que fue grabado en la noche del martes y la madrugada del miércoles por un bombero integrante del operativo oficial movilizado a causa de este incendio, un siniestro conocido por el nombre de su lugar de origen, Molezuelas de la Caballeda (Zamora) pero que desde el 10 de agosto traspasó la frontera con León, adoptando el apellido de Castrocalbón, y asola comarcas como Valdería, Valduerna o Jamuz.

Las cifras hablan, según estimaciones satelitales, posiblemente del mayor incendio en extensión de España desde que hay registro, en más de medio siglo. Pero detrás de ese dato que marea, imágenes como la de este vídeo simbolizan en apenas unos segundos tragedia que eso supone cuando llega de lleno a las localidades rurales. Situaciones muy similares han obligado también a emplearse a fondo, y no sin riesgo, a miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Gobierno desplazados de urgencia precisamente para prestar apoyo y evitar la mayor protección posible de los bienes de los paisanos desalojados de esos pueblos.

En el audio de su propia grabación con el teléfono móvil, el bombero en la noche de la localidad de Palacios de Jamuz no sale de su asombro al ver cómo las llamas han penetrado en toda una hilera de casas, un barrio entero, gracias -explica- a la conexión entre ellas y a que bajo su techumbre se alinean viejas vigas de madera. “Se está quemando todo el pueblo prácticamente y estamos ahí, tirándole agua, pero nada”, se le escucha lamentar. Y alguna deflagración acompaña a su voz: “Es gasolina, que explota algún bidón”.

La fuerza del fuego es tal que nada pueden hacer las dos dotaciones, dos camiones y 20 profesionales, que se desplazaron para intentar evitar lo inevitable: “No damos abasto, es una pena, la verdad”.

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