Los hórreos, más cerca de ser reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial
El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, ha iniciado el expediente para declarar los hórreos del norte de la Península Ibérica “como vehículos y expresión simbólica de identidades y sentimientos de pertenencia” y reconocerlos como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta medida supone el primer paso hacia un reconocimiento oficial del valor inmaterial que encierran estas construcciones tradicionales, presentes en Galicia, Asturias, León, Cantabria, Navarra y País Vasco.
Aunque nacieron como almacenes para alimentos y cosechas, los hórreos han evolucionado hasta convertirse en auténticos referentes simbólicos de identidad local. El expediente destaca que estas edificaciones trascienden su función material para actuar como marcadores culturales, fruto de prácticas, saberes y relatos transmitidos entre generaciones. Esta dimensión simbólica es la que se pretende salvaguardar, en línea con los principios recogidos en la Ley 10/2015 de Patrimonio Cultural Inmaterial y en la Convención de la Unesco de 2003.
La resolución advierte, sin embargo, de que estos bienes se enfrentan a múltiples amenazas: desde el abandono y la pérdida de su uso original, hasta la folclorización y banalización como recurso turístico. También se menciona la escasez de profesionales cualificados para su restauración y el riesgo de desconexión generacional, especialmente en zonas rurales afectadas por el éxodo poblacional.
En la actualidad, Asturias y Galicia concentran la mayor densidad de hórreos, con 2,83 y 3,38 por kilómetro cuadrado respectivamente, lo que ha propiciado una pervivencia más fuerte en la memoria colectiva. En cambio, en provincias como León, Cantabria o Navarra, donde las densidades son mucho menores (por ejemplo, 0,004 en Cantabria), han sido necesarias acciones sociales y asociativas para mantener viva su relevancia cultural. Un ejemplo es la creación de asociaciones como Amigos de los Hórreos Leoneses (2023), que reivindican su valor como expresión de la cultura autóctona.
León suma en total más de 300 hórreos y, entre ellos, destaca el de Las Bodas, del siglo XVII, propiedad del Instituto Leonés de Cultura (ILC).
El expediente detalla también la evolución histórica de los hórreos y sus distintos usos a lo largo del tiempo. Desde almacén de alimentos hasta espacio para talleres, aulas escolares, reuniones vecinales o incluso alojamiento turístico. En Asturias, por ejemplo, proliferan los denominados 'hórreos-casa' o 'apartamentos-hórreo'. Estas nuevas funciones han provocado debates sobre su legitimidad y el respeto a su integridad patrimonial, que revelan la tensión entre conservación y adaptación.
Asimismo, se reconoce la riqueza material e inmaterial de estas construcciones: desde las técnicas artesanales utilizadas —carpintería, cantería, talla de madera o cerámica— hasta las decoraciones populares y las leyendas, canciones y refranes que las acompañan. En Asturias se destaca especialmente el arte decorativo en los hórreos, con escenas que van desde lo mitológico hasta lo político, lo que los convierte también en lienzos de expresión popular.
La Dirección General de Patrimonio ha abierto un periodo de información pública de veinte días hábiles desde la publicación en el BOE, para que cualquier persona interesada pueda presentar alegaciones. El expediente podrá consultarse tanto en la sede electrónica del Ministerio como en las dependencias de la Subdirección General de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales en Madrid.
Finalmente, el documento valora la dimensión internacional del fenómeno, con ejemplos de construcciones similares en Asia, África o América Latina. Este carácter global, junto con su profundo arraigo local, ha impulsado la creación de la Red Internacional Hórrea, que agrupa a colectivos de España, Portugal y Turquía para el intercambio de experiencias y la promoción conjunta de estos bienes como patrimonio vivo.