Grupos conservacionistas ven “inaceptable y de otros tiempos” el modelo de gestión de Picos de Europa

Siete grupos conservacionistas han suscrito un documento en el que denuncian la gestión cinegética que se lleva a cabo en el Parque Regional de Picos de Europa y que, a su juicio dificulta, cuando no imposibilita, compatibilizar la caza con otros usos como el turístico, importante para un desarrollo económico sostenible en sus municipios.
Desde la Reserva de Caza, señalan Gedemol, Urz, Filón Verde, Fundación Oso Pardo, Fundación Naturaleza y Hombre, Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, “se alienta un desprecio y un acoso permanentes hacia las actividades de ecoturismo y hay un nulo interés por buscar las mejores fórmulas para hacer compatible la caza con el turismo de naturaleza”. El caso del lobo, añaden, es paradigmático. “No solo hay una presión excesiva sobre la población de lobos, que ya ha supuesto la desaparición de varias de las manadas estables, sino que además se obstaculizan abiertamente las iniciativas vinculadas al turismo de avistamiento de lobos que están despertando una importante atracción internacional sobre la comarca de Riaño”, argumentan.
Explican en el escrito que el pasado 1 de Septiembre, primer día de apertura de la veda, un vigilante de la Reserva de Caza y un cazador entraron en el punto de encuentro de una manada de lobos que estaba siendo observado por más de 50 personas, realizando al menos un disparo sobre el grupo familiar. Al día siguiente, en el mismo punto y a plena luz del día, un vehículo estacionó en la carretera, bajando varias personas que, tras sacar varios rifles del maletero, intentaron abatir un lobo de la misma manada que cruzaba por un pastizal cercano. Esta acción fue abortada gracias a la intervención de varios observadores y de una guía de una empresa de turismo local. Dos días más tarde, varios observadores pudieron escuchar seis disparos en el mismo lugar, en el punto de encuentro de los adultos y cachorros de la manada, sin que hasta el momento se haya podido identificar el origen de los disparos.
Estas acciones, señalan, “dan fe del grado de persecución que sufre el lobo en el Parque Regional y de cómo se intenta acabar con todas aquellas iniciativas de aprovechamiento turístico y sensibilización social en favor de la especie”. Todo ello, dicen, en un Parque Regional que consideran “un espacio protegido ficticio, sin normativa de uso y gestión, ni zonificación, sin una estrategia de conservación y sin planes de promoción turística económica”, convirtiéndose -a su juicio- en “una mera caricatura” de otros espacios naturales que, como el Parque Natural de Somiedo (Asturias), han sabido y querido compatibilizar todos los usos del espacio, ganadero, cinegético y turístico, e impulsar una economía sostenible y compatible con la conservación de los valores naturales del Parque.
La figura de la Reserva de Caza, concluyen, es perfectamente compatible con un espacio natural como el Parque Regional de los Picos de Europa, pero la gestión cinegética debe de estar supeditada a los objetivos de conservación y desarrollo sostenible del Parque y no al revés, como consideran que sucede en Riaño.