De Fuentes a Pollán y tiro porque me toca… presidir las Cortes

Pollán, el leonés que preside el Parlamento autonómico  de Castilla y León. // Miriam Chacón / ICAL

Máximo Soto Calvo

Para el despedido Fuentes, de Salamanca, leonés sin él quererlo, la Región Leonesa está liquidada aquí, en el ente autonómico, y en Europa, donde dice hablar de despoblación y envejecimiento, allí no existe. Se puede querer ser castellanoleonés, según tragaderas personales, pero no habilitar “en Europa”, en la CALRE que al parecer coordina, ni un resquicio de pundonor para la Región Leonesa, heredera de las más antiguas libertades de un reino, pionera en parlamentarismo, es algo que, cuando menos, le descalifica.

Ahora fijémonos en las declaraciones del señor Pollán, político de Vox hoy en la presidencia de las Cortes de Castilla y León, que está dispuesto a ser continuista en el empeño castellanizador, esto es, sumarse al frenalotodo a lo leonés, que no ha mucho hicieron sus más recientes antecesores y contrincantes, los de Ciudadanos con tal puesto, y los de Podemos remedando lo que de siempre se ha generado en el centro del poder pucelano.

Fruto de lo antedicho, es la asfixiante calma chicha socioeconómica leonesa, horror y dolor de los que se hace cada vez más imprescindible huir, para poder vivir, jóvenes y no tan jóvenes con horizonte incierto. Este éxodo puede llevar implícito un incipiente desarraigo, por cierto que no viene nada mal a los insidiosos autonomistas del ente, pues a la postre devendrá en la pérdida de valores en los que asentar el futuro regional leonés. Éste es el empeño del ente...

Está por ver el proceder de Pollán, una vez esté situado en el puesto de gran speaker del hemiciclo de las Cortes emplazadas en Valladolid, que, por cierto, a la socialista aspirante a tal cargo, Ana Sánchez, no se le ocurrió otra cosa que denominarlas 'Cuna del Parlamentarismo': ignorancia, robohistórico, dañina intención o la triada que marca intencionalidad aviesa.

El proceder, digo, cuando esté ante el conflicto de intereses: Estado autonómico fallido en España, y por ende Castilla y León que, como fracaso, se lleva la palma; la duda puede estar en su interpretación de nuestra causa, la leonesa, intentando disfrazarla con lo de la anulación general autonómica, preconizada por Vox..., y a pasar. ¡Mala cosa!

De leonesismo... nada

De leonesismo nada. Se deduce de sus palabras. Tampoco es imprescindible para comprender el drama de lo leonés en esta autonomía que nos fue impuesta y tanto nos ignora. Por poco avivado que se lleve lo de ser leonés, conciencia y compromiso, no se puede abstraer uno hasta el punto de no darse por enterado de lo que es pernicioso, aludo al manto castellano, o si se prefiere castellanoleonés, que ahoga nuestros propios sentimientos leoneses.

Es más, tal situación, hasta puede llegar a generar una soledad interna o interiorizada, propiciadora del gran peligro de la despersonalización leonesa que va desde la individualidad a lo colectivo. Pues bien, en tal anulación de lo leonés andan los castellanos dirigentes del ente, y, a fuer de pecar de repetitivo he de decir que no sin el auxilio impagable de los nuestros. No sé si estará dispuesto también a ser uno más de éstos.

Respecto a España, nación, al leer lo que ha dicho, me suena a Pedro Ruiz, si bien con una diferencia, éste era humorista, y a quien me estoy refiriendo, empleando para la alusión el método Rajoy, está tratando de insertarse en política, su discurso ha de ser partidista, siguiendo un sendero sembrado de reminiscencias franquistas, las de Vox, partido que jugando a trascendente y escorada a tope su política de derechas, encajaría en el chiste del gran caricato: España era antes “una grande y libre”, y ahora son 17 pequeñas y cabreadas.

Bueno, puede que más pronto que tarde, se hable de 18, pues en tan justo empeño estamos muchos leoneses comprometidos. Pero a Vox le sobran todas, dicen, pero se nutren de ellas; las deploran, pero apoyando contribuyen a mantenerlas; o cogobernando en la que nos atañe en directo, que prolongándola les servirá de púlpito para soltar sus doctrinas.

Vox, aprovechándose de las autonomías que denostan

Claro que es fallida esta Comunidad, pues nos ha llevado a los leoneses a la depauperación económica para que otros se nutrieran, prosperaran y hasta hayan llegado a presumir de buen territorio, una tierra que según él, “los leoneses y los castellanos debemos defender al unísono”. ¡No! ¡No! Así no se representa a León. ¡¡¡Se le hunde más!!! Ah, que es de Vox, y además están hablando de unos territorios unificados por estatutos. ¡Acabáramos! Va a entrar en otro juego, que no deporte, el de ayudar en el pernicioso intento de anulación de la Identidad leonesa, nuestra región y los derechos constitucionales a la propia autonomía.

El balón que el señor Pollán va a mover, o tal vez diga mejor vigilar que otros muevan, es menos manejable que el esférico de antaño con el que acosaban la meta que defendía; pura retórica la mía, nada que objetar a este dato del hoy extremado político de VOX. Otro balonmanista y también del Ademar, Castresana, que estuvo de procurador como segundo de Otero –ambos, por cierto, fueron invitados a salir de UPL– dejó dicho que “la política es como el balonmano, hoy estás aquí y mañana no se sabe”...

Un punto de inquietud me surge: Cuando el señor Pollán escuche a los procuradores de UPL reivindicar lo leonés, no sé si le saltará a la memoria que hubo un tiempo en el que también él era alentado con banderas leonesas, que el Ademar concitaba. La misma purpurada que jugando al engaño flameó su jefe Abascal en plena campaña. ¿O no era así? Toca demostrarlo: admitirla o no aceptarla, como símbolo presente de los valores regionales diferenciadores del Pueblo Leonés, esto es... ¡Seguir o no la ignominia de sojuzgar éstos!

Ya saldremos de dudas.

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