Felipe VI defiende en León “la creencia en el valor de la verdad, del respeto y la tolerancia frente al rechazo”
“Reforzando el parlamentarismo ayudaremos a construir sociedades más robustas, más estables, más seguras de sí mismas y más capaces de resolver sus problemas”, afirmó hoy en León el rey de España, Felipe VI, quien reconoció que, ante un momento actual en el que “los presupuestos de nuestra vida democrática se ven erosionados”. Ante dichos “desafíos y amenazas”, el monarca abogó por “establecer con urgencia un marco compartido de soluciones e incluso de colaboración”.
Así lo apuntó hoy en la Colegiata de San Isidoro de León, durante su participación en la inauguración de la conferencia internacional organizada con motivo del Día Internacional del Parlamentarismo, bajo el título ‘Reforzar la democracia fortaleciendo a los parlamentos’.
En sus palabras, el rey consideró “esencial reflexionar sobre el funcionamiento de los parlamentos y sobre cómo fortalecerlos”, ya que “la vitalidad de las instituciones depende de la adhesión y confianza que concitan entre los ciudadanos”.
En la ciudad en la que se celebraron en 1188 las primeras Cortes históricamente documentada, tal y como reconoce la Unesco, Felipe VI apuntó que el sistema democrático “se asienta sobre el derecho de todos los ciudadanos a participar en los asuntos públicos” y en que “todos puedan acceder a ideas, puntos de vista, hechos, datos e informaciones para tomar sus propias decisiones”.
En una democracia que es “debate, confrontación de ideas y posiciones”, el monarca reconoció que “se comparte la creencia en el valor de la verdad, del respeto y la tolerancia frente al rechazo y la negación del otro el valor del bien común frente al egoísmo excluyente”, para lo que “las instituciones tienen un papel fundamental” en el trabajo de “articular esa pluralidad y dar un sentido común a la acción colectiva”.
“Frente al ataque a los valores europeos que ha supuesto la invasión rusa de Ucrania, los parlamentos de la Unión han mostrado su solidaridad y la voluntad de unidad en la defensa de los principios que nos hacen europeos”, afirmó el rey, quien apuntó que dicha unidad “también debe replicarse frente a las distintas amenazas y riesgos que afrontan las democracias parlamentarias” y que, al ser “comunes a todos”, requieren de “respuestas compartidas”.
Polarización de las democracias
También participó en el acto inaugural la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, en cuyo discurso hizo alusión a los “fenómenos de distinta naturaleza” que “ponen en cuestión fortaleza de los sistemas democráticos” mediante “ataques graves a la constitucionalidad en democracias instauradas”.
En este sentido, puso de relieve la “creciente polarización en las democracias”, así como la transformación del sistema comunicativo por la llegada de canales como redes sociales que “han impulsado la espectacularización de los mensajes, la fragmentación de las audiencias y los mensajes de odio y polarización”.
En un “contexto de amenazas”, Batet abogó por utilizar la conferencia internacional celebrada en León para “compartir análisis y establecer un marco común de acción” bajo “la compartida de parlamento y los valores que encarna como institución”, así como “las funciones que debe ejercer”.
Unos “valores, principios compartidos y retos” para los que “es determinante el papel de los representantes de los ciudadanos” de quienes resaltó que “asumen el deber de que la actuación preserve y sea coherente con los valores de tolerancia, respeto y pluralismo”.
Preocupación e indignación
Por su parte, el presidente del Senado, Ander Gil, aprovechó la ocasión para resaltar que el mundo parlamentario “ha demostrado con hechos que cree profundamente en el ideal democrático”, para lo que la cumbre celebrada en León “permite revisar sistemas, evaluarlos, mejorarlos y protegerlos”, siempre bajo la base de que “no hay cabida para el fundamentalismo institucional ni una visión lineal de la historia de la democracia”.
Gil se mostró “preocupado e indignado” ante la existencia de personas que “cuestionan los avances más importantes en España en materia de derechos fundamentales”. Para el presidente del Senado, “el deterioro de las democracias y la degradación de las instituciones no nace de la casualidad”, sino que es fruto de “decisiones conscientes a través de personas y organizaciones operan en el interior democracias”. “Los enemigos no solo son externos como los regímenes extremistas, sino que también los hay internos como los populistas, los nacionalistas radicales o la extrema derecha”, afirmó.
Ante esta “preocupante realidad”, Ander Gil apostó por “una actitud activa y de movilización ciudadana”, así como por el “fortalecimiento de los procesos participativos, la toma de decisiones y un diálogo integrador para mantener viva y fuerte la democracia liberal”.