Una falsa alarma sobre la presencia de un explosivo en la Catedral obliga a desalojar el templo

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ileon.com / Ical

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Una llamada telefónica alertó, poco antes de las 11.30 horas de hoy, de la presencia de un explosivo en la catedral de León, lo que obligó a desalojar el primer templo de la ciudad, en cuyo interior se encontraban en estos momentos alrededor de 150 personas. Al lugar de los hechos se dirigieron numerosos efectivos policiales, tanto locales como del Cuerpo Nacional, incluidos efectivos del grupo Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos, Tedax, que llevaron a cabo inspecciones que concluyeron que se trataba de una falsa alarma.

Se da la curiosa circunstancia de que prácticamente a la misma hora se produjo idéntica alarma por la posibilidad de resencia de un aparato explosivo en la Catedtal de Santiago de Compostela. Y al igual que en León, resultó ser falsa, de modo que se reabrió al público a las 12.50 horas.

El administrador de la catedral, Mario González, detalló a Ical que la llamada fue atendida por una trabajadora de la catedral a la que el comunicante, un varón, le dijo que en el interior de la seo “había un artefacto de fabricación casera que iba a explotar en media hora, como en otras ciudades, y le citó un par de ellas”. Además, el interlocutor le preguntó a la mujer si se estaba enterando de lo que le estaba diciendo y acto seguido colgó el teléfono.

El administrador contactó entonces con el Servicio de Emergencias 112 y con las fuerzas de seguridad y se activó un amplio dispositivo policial que llamó la atención de los viandantes. De inmediato, se llevó a cabo el desalojo del templo y para evitar que cundiera el pánico entre quienes se encontraban en su interior se les dijo que se estaba llevando a cabo un simulacro y midiendo el tiempo que se tardaba en hacerlo, por lo que la salida se produjo con rapidez. La catedral volverá a abrir sus puertas con normalidad a primera hora de la tarde.

La Policía trabaja ya para intentar identificar al autor de la falsa alarma y se sabe que el número de teléfono desde el que se hizo la llamada comienza por 91, el prefijo de Madrid. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno señalaron que se ha actuado conforme al protocolo previsto en estos casos y confirmaron que en alguna otra ciudad habían tenido lugar incidentes similares.

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