Estación de autobuses, la fea cara de bienvenida a León

Suciedad y mal estado de la estación de autobuses

Sara M.

El mal estado de la estación de autobuses de León no es ningún secreto. La cara de bienvenida a la ciudad, que por ende debería tener en aspecto atractivo o cuanto menos respetable, está repleta de aspectos muy mejorables.

La estación, propiedad de la Junta de Castilla y León y adjudicada a una empresa filial de Alsa, tiene un aspecto completamente devastado. A primera vista llama la atención la suciedad y el mal estado de las instalaciones, pintadas en las paredes, papeleras rotas y basura en el suelo.

En los días de lluvia es complicado mantenerse seco incluso a cubierto, ya que las goteras hacen acto de presencia desde la primera borrasca.

Muchos de los tubos fluorescentes que alumbran las dársenas están rotos y otros hace tiempo que han perdido la tapa exterior que los protege.

Los paneles de información se han suprimido por completo, todos ellos están apagados y en los del exterior únicamente queda el hueco que nos recuerda que en otro tiempo existieron las tablas indicativas de los autobuses, los destinos, las llegadas y los horarios correspondientes.

De la misma manera, el estado de los aseos no es mejor que el del resto de la estructura. Suciedad, puertas y baldosas rotas y servicios averiados desde hace años.

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