Educando para un mundo emocionante

César Sánchez / Ical. (I a D): El director de la Unidad Focus de A Coruña, Javier Estévez; la directora ejecutiva de Unidad Focus, Silvia Gil; la directora de Centro de Integración de Formación Profesional de Almázcara (León), Natalia Arnáiz; y el coordinador de Extensión Universitaria de la UNED, durante los cursos sobre el síndrome de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, TDAH, que se celebran en Ponferrada.

D. Álvarez / Ical

El correcto tratamiento del trastorno del déficit de atención e hiperactividad (TDAH), tanto desde el ámbito clínico como desde el entorno educativo, se erigió en protagonista esta semana de la actividad extraacadémica del centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned) en Ponferrada. La institución educativa acogió desde el lunes dos cursos organizados por el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Almázcara y centrados en un síndrome que afecta a cerca de un siete por ciento de la población infantil, según señalan diversos estudios. Un enfoque “multimodal” para un tratamiento en el que participen todos los actores implicados y un diagnóstico certero que evite la “confusión” asociada al trastorno son las principales herramientas para ayudar a unos niños que “necesitan que el mundo sea emocionante para poder conectar con él”, según recuerda el psicólogo especializado en TDAH y ponente de los cursos, Javier Estévez.

Estévez recalca que el objetivo de ambos cursos fue “sensibilizar a ambos colectivos, el sanitario y el de la enseñanza, sobre la diversidad educativa, la química de esa diversidad y su complejidad”. En ese sentido, las sesiones sirvieron para “empezar a comprender el trastorno y seguir avanzando en esa línea”, a través de herramientas para la relación en el aula con personas aquejadas por este síndrome, el trastorno neurobiológico con mayor incidencia en la población infantil.

Otro de los caballos de batalla de Estévez, que dirige en A Coruña la Unidad Focus, un centro especializado en el tratamiento del TDAH, es “intentar que los profesionales se asocien en equipos multidisciplinares”. “Un profesional individual es incapaz de abarcar todas las necesidades que tiene una persona”, recuerda el psicólogo, que destaca el “modelo de éxito” de Focus a la hora de “enfocar el trabajo a áreas distintas, como lo profesional, lo emocional o lo académico”.

Trastornos acompañantes

Así, el curso centrado en la intervención clínica especializada abordó desde un punto de vista sanitario la atención a los pacientes que sufren este tipo de trastorno. Intentar dar respuesta a preguntas como “¿de qué hablamos cuando hablamos de TDAH?” o “¿cómo se hace un tratamiento multimodal?” fue el objetivo de las sesiones en las que se abordaron asuntos como el diagnóstico diferencial o las posibles secuelas en caso de no tratar el trastorno, asociadas a conductas adictivas, estados de depresión y episodios de baja autoestima.

En ese sentido, Estévez destacó la “comorbilidad” asociada al TDAH, lo que significa que “casi nunca hay un TDAH solo”. Según el psicólogo, cerca del 60 por ciento de los pacientes aquejados por el síndrome sufren dislexia, uno de los trastornos acompañantes -o “amiguitos” como los llama Estévez- más frecuentes. “Eso sí provoca un problema en el ámbito educativo”, recuerda.

Precisamente con la intención de solventar o al menos identificar esos problemas que pueden surgir en las aulas, el curso sobre “estrategias pedagógicas unificadas” se propuso buscar un modelo que integre a los alumnos con diversidad educativa, adaptando el sistema al alumno y no a la inversa como tradicionalmente se ha venido haciendo. “El formato de escuela de estar sentado en un aula mientras otra persona habla no beneficia en nada a estas personas”, destaca Estévez, que recuerda que “necesitan que el mundo sea emocionante para poder conectar con él”. Entre las estrategias propuestas para la gestión del aula, el curso repasó la aparición de nuevos movimientos pedagógicos con metodologías innovadoras como la gamificación, en la que el juego desarrolla un papel principal en el entorno de aprendizaje.

Dirigidos a psicólogos, pedagogos, educadores sociales y médicos de familia, los programas contaron con la asistencia de alumnos de toda España, tanto en la modalidad presencial como en las de 'streaming' en directo o en diferido, a través del portal del Intecca, el centro tecnológico de la Uned, con sede en la capital berciana. La ponencia de ambos programas corrió a cargo del propio Estévez y de la psiquiatra y psicoterapeuta Gideoni Fusté, que también desarrolla su labor profesional como parte del equipo que integra la Unidad Focus.

Planes de acción conjunta

Por su parte, el coordinador de extensión universitaria de la Uned de Ponferrada, Lázaro Vijande, destacó que el TDAH es un “problema muy serio, aunque difuso”, ya que su diagnóstico está “poco controlado”. “El mayor problema en este síndrome es que no hay estrategias comunes”, resume Vijande, que asegura que las iniciativas encaminadas a trazar “planes de acción conjunta” son la línea de trabajo en las que deben implicarse “familias, escuelas y los propios niños”.

Al respecto, el coordinador de extensión universitaria recordó que se viven “momentos críticos” en lo relacionado con este trastorno, ya que, según avanzó, “las familias verán reducidas las becas que reciben de la Consejería de Educación” en el próximo ejercicio presupuestario. Según fuentes de Feaadah, la federación nacional que agrupa a los pacientes de TDAH de toda España, el montante de esas ayudas, que en la comarca del Bierzo reciben las cerca de 90 familias agrupadas bajo el paraguas de la Asociación del Déficit de Atención con o sin Hiperactividad del Bierzo (Adahbi), se verá reducido a la mitad de cara al año que viene.

Un problema social, no educativo

En la misma línea, la directora del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Almázcara, Natalia Arnáiz, de quien surgió la iniciativa para organizar los cursos, recalcó que el trastorno del déficit de atención “no es un problema educativo, es un problema social” e insistió en que la prevalencia del síndrome se sitúa en cifras cercanas al diez por ciento de la población. “Al menos hay un niño por aula que padece este trastorno”, resume Arnáiz, que destaca la “necesidad” de que los profesionales del mundo de la enseñanza aprendan a tratar con una condición cuyo síntoma principal es la “desregulación emocional”.

“No pueden reprimir conductas o expresiones”, recuerda Arnáiz, que critica el “mal entendimiento” que la sociedad tiene acerca del trastorno. “Es un trastorno difícil de entender, pero que se puede atajar si se comprende y se trata”, asegura la directora del CIFP, que recalca que “si se lleva bien, el trastorno puede generar deportistas de alto rendimiento”, debido a su capacidad de abstracción en una materia. En caso contrario, insiste Arnáiz, el trastorno puede llevar a los niños a sufrir “baja autoestima” y a conductas asociadas a las adicciones. En ese sentido, la directora del CIFP criticó que, según los últimos datos, cerca de una cuarta parte de la población reclusa en las prisiones españolas “sufre de TDAH sin diagnosticar”. “Creemos que es injusto volver la cara a un trastorno que tiene solución”, sentenció.

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