La Cueta, el 'techo' de la provincia, con nieve para exportar

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C.J.D. / E.F.G. / ICAL

El pueblo de La Cueta, en el municipio babiano de León, es, con sus 1.450 metros de altitud, el más elevado de la provincia. Por eso, estos días viven el temporal de nieve y viento en toda su intensidad. Desde el martes, la única familia que reside en la localidad, está incomunicada por carretera. Son los propietarios del restarante Picos Blancos y sus siete miembros -cinco adultos, una de ellas la abuela de 93 años, y dos niños, con el benjamín de tan sólo tres- ven cómo las precipitaciones persisten y acumulan más y más centímetros.

Emilio Martínez relata que “desde 1998 que vivo aquí jamás hemos visto algo así”, pero de alarmas nada. Funciona como debe el apoyo entre los vecinos, también con los cercanos barrios de Quejo y Cacabillo, y con ello todo se lleva mejor, procurando llevar “la máxima normalidad posible”. Como por ejemplo, que uno de sus dos hijos, que llevan dos semanas sin ir al cole, pueda hacer los deberes cada día porque “se los manda por correo electrónico la profesora”.

Estrella Morán contesta al teléfono y explica que desde la cocina ya no ve nada hacia fuera. Está tapada por la nieve, que pasa también por encima del baño que tienen en el patio, además sobrepasa la puerta del depósito de gasóleo y falta poco para que alcance el balcón. En muchos sitios se acumulan más de dos metros y medio y en otros, dice, se alcanzan los tres.

El lunes las máquinas quitanieves llegaron hasta la entrada del pueblo y ello les permitió ir al médico y que la gente que había alojada en una cercana casa rural pudiese salir de La Cueta. Desde el martes, nadie puede llegar ni irse. “Y sigue nevando y las palas por ahí abajo tienen mucho trabajo y lo entendemos. Que vengan cuando puedan, por supuestísimo porque tenemos seis kilómetros desde Vega de Viejos y sabemos que es complicado”, afirma.

Avalanchas que mataron a familiaresEl pueblo casi ni se puede ver de tanta nieve acumulada. / Emilio Martínez

En las últimas horas han vivido en el pueblo dos avalanchas, que es lo que más miedo les da aunque reconoce que la ubicación de su establecimiento, en medio de la localidad, en cierto modo les mantiene resguardados. Es un fenómeno, no obstante, que les trae malos recuerdos. No en vano, en marzo de 1936 una de ellas provocó la muerte del abuelo de su marido y de otro vecino de La Cueta. Y en el año 2008, que también registró fuertes nevadas, estuvieron siete días encerrados en el pueblo por una avalancha.

De hecho, Emilio ha “recomendado” a la Diputación que no se trate de acercar con la 'fresa', porque no sólo le pueda arrastrar un alud sino porque simplemente entre en el pueblo y sea imposible salir de allí. Se muestra muy agradecido a las instituciones, también al Ayuntamiento, porque “han estado permanentemente preocupados por nosotros”.

Natural de la vecina comarca de Laciana, Estrella está acostumbrada a la nieve, “aunque nunca me gustó, ni de pequeña” pero explica que desde que pasa los inviernos en La Cueta, algo que comenzó a hacer en 1998, nunca había visto tanta. “Parecen las dunas del desierto. Es bonito para verlo, pero aunque estés acostumbrada te atosiga”, reflexiona.

Su hijo no para de hacer fotografías y colgarlas en las redes sociales, mostrando al mundo gigantes paredes blancas. También tuvo que emplearse a fondo para quitar “unos dos metros de nieve del tejado” y evitar el colapso de las antenas que les acercan la televisión e Internet. Las nuevas tecnologías también sirven para que al pequeño de la casa la profesora le envíe los deberes por correo electrónico.

La familia tiene ganado -ovejas, cabras, gallinas, yegua y potro- y mantiene encerrado estos días su pequeña arca de Noé. “Los animales están bien, metidos en unas naves”, asegura. Mientras esperan a que lo peor del temporal pase, piensa que este año la cosa puede ir para largo. “Como vengan heladas, hay nieve hasta mayo”, sentencia.

En la televisión nacional, vía Skype

Y que no falte un poco de protagonismo, que para eso está Skype y las nuevas tecnologías: gracias a las cuales Emilio Martínez pudo ser entrevistado en un programa nacional de La Cuatro de televisión, alucinados por cómo un puñado de vecinos puede sobrellevar unas condiciones climatológicas tan insólitas como las que llevan una semana viviendo en el techo de León.

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