Un debate que nació en las plazas y se hizo global

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Milena Pasetti

Este fin de semana, con un despliegue que incluye concentraciones en más de 700 plazas de todo el mundo, el Movimiento 15M vivirá su gran acontecimiento global. Justo cuando se cumplen cinco meses desde aquella primera explosión espontánea en la Puerta del Sol, en Madrid, que rápidamente se expandió a otras ciudades españolas, incluida León.

“El Movimiento ha ganado en organización. Hay mucho trabajo detrás, aunque no se vea, con debates y una creación colectiva que dará sus frutos en un proyecto global”, es el primer balance que hacen los integrantes del Movimiento en León, mientras preparan la manifestación local que tendrá lugar mañana, a las 18 horas, con epicentro en la Plaza de Botines.

“Convocamos a toda la población para secundar la movilización que de una punta a otra del planeta reivindicará al unísono un cambio global. La manifestación discurrirá por Ordoño, Guzmán, la Inmaculada y Botines atravesando las calles y llenando las plazas. Finalmente se celebrará una asamblea participativa, integral y plural”, invitan.

“Lo más importante es que la red está hecha, con mucha gente que se ha puesto en contacto entre sí y ahora trabaja de manera coordinada. Y ha sido muy bueno también recibir la adhesión de personalidades reconocidas, que se han manifestado a favor del Movimiento”, agrega el improvisado portavoz, que como siempre, prefiere no ser identificado sino que simplemente se lo considere como “uno más”. Para ellos, lo más importante es la “transformación de la realidad”.

Cinco meses y un desafío

Sin embargo, y a pesar del aire positivo que rezuman sus palabras, el Movimiento 15M tiene por delante un gran desafío: la consolidación. Han sido muchos meses de debates y asambleas, que para muchos ciudadanos no han logrado materializarse en propuestas concretas, fáciles de identificar.

Es un movimiento que nació vinculado a un proceso electoral, el de los comicios municipales del 22 de mayo, aunque muchos de sus integrantes han preferido pensar, y afirmar, que no. En aquellos primeros días de mayo, la convocatoria giraba en torno a un lema, que por entonces era “no les votes”. Lo que siguió es historia: noche de acampada en la Puerta del Sol, primer intento de desalojo y respuesta inmediata, masiva y espontánea.

A partir de allí, una seguidilla de imágenes para la épica. Cientos de tiendas de campaña aparecieron, de repente, como símbolo del descontento en decenas de plazas españolas. En León, fueron cobijadas por dos históricas y significativas fachadas: la del Palacio de Botines, la oficina central de Caja España-Duero y el Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación Provincial.

En aquellos días previos a las elecciones, cientos de leoneses se sumaron a las asambleas, marcadas por larguísimos debates y sonorizadas por el estruendo de cacerolas. Uno de los momentos de máxima expectación fue el inicio de la “jornada de reflexión” previa a las elecciones, con la amenaza constante de un desalojo por la fuerza luego de la Junta Electoral Central de Madrid considerara ilegales las concentraciones.

Sin embargo, primó la prudencia y nada sucedió. Luego de aquellos días enfervorizados, las acampadas fueron perdieron fuerza paulatinamente, las asambleas se redujeron en número de asistentes y los debates quedaron circunscriptos a las comisiones de trabajo.

Cruce en Laciana

En León, el Movimiento 15M vivió otros de sus momentos históricos, con la acampada “Toma la montaña”, que tuvo lugar a finales de agosto en Sosas de Laciana. Allí, por vez primera, el movimiento tuvo que enfrentarse a cierta oposición vecinal, cuando un grupo de mineros de Villablino, encabezados por la alcaldesa Ana Luisa Durán, llegaron hasta donde estaban debatiendo.

Nunca alcanzaron a reunirse, separados por un grueso cordón de Guardias Civiles. El motivo de la discordancia fue la minería a cielo abierto: mientras los acampados denunciaban los efectos adversos de las explotaciones de la zona, los habitantes defendían uno de los pocos recursos económicos con que cuenta la región.

Ahora, cinco meses después y luego de ver cómo los indignados españoles fueron emulados en lugares tan distantes como Wall Street o Israel, la jornada global de mañana será la antesala de lo que podría ser un resurgimiento de las manifestaciones, a menos de un mes de las elecciones generales.

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