Chapuzas monumentales saludaron al turismo en la capital leonesa

El urinario, los cables, las casetas y los contenedores en el corazón turístico de la capital leonesa.

Todas las fuentes, desde el Ayuntamiento al sector hostelero, coinciden en que el pasado fin de semana de celebración de lo más tradicional de la fiesta de San Froilán fue un autentico hervidero de turistas y visitantes a la ciudad, tanto el sábado 1 como el domingo 2 de octubre.

Toma eléctrica en plena fachada de la basílica románica de San Isidoro, además al alcance de cualquiera.

Los numerosos eventos que jalonaron el centro de la ciudad, y muy especialmente el Casco Histórico de León, ayudaron a un éxito que también se trasladó a las visitas de los puntos turísticos más emblemáticos, muy especialmente a los monumentos y el patrimonio que tan buen reclamo son. El problema es que cientos, miles de turistas se vieron sorprendidos por una sucesión de chapuzas que afeaban notoriamente algunos de esos monumentos.

Un caso flagrante fue el la Casa Botines, obra de Antonio Gaudí. A la ya habitual decisión municipal de ubicar en su plaza frontal una feria, en este caso la Feria del Vino Tierra de León, que impide disfrutar de todo el esplendor de la obra modernista del genio catalán, en esta ocasión se unió la ubicación de un urinario en un emplazamiento bien desafortunado, justo en la esquina con la calle Ruiz de Salazar, delante de la fachada del Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación.

El urinario no era ni siquiera de uso público para los asistentes a la feria –de hecho, muchos hicieron sus necesidades directamente en la calle, en el foso de Botines, dejando un hedor notable allí donde no puden acceder las brigadas de limpieza municipal- sino exclusivamente para ser utilizado por las personas que servían los vinos en las casetas de madera. El problema es que la caseta era visible incluso desde la puerta de acceso a la Diputación, que recibió miles de visitas por la exitosa muestra de la asociación León Artesano.

Muy cerca de allí, desde la parte trasera de Botines y hasta el monumento románico de San Isidoro, incluso en la Plaza de Santo Martino, los operarios municipales habían dejado ya preinstalada toda la red eléctrica que dará servicio desde este próximo miércoles al Mercado Medieval de las Tres Culturas.

En esta instalación, en una de las rutas más paseadas por los turistas, también abundaron las chapuzas. Desde un cuadro de luces enorme mal vallado tras la Casa Botines, donde los niños accedían sin problemas como pudo comprobar iLeon.com, hasta cables y más cables por diversas partes de la fachada de San Isidoro, a la vista –y el acceso- de todo el mundo, así como el tendido de unas farolas a otras. Sin duda, no es la mejor tarjeta de presentación en uno de los momentos de más éxito turístico de la ciudad.

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