Castilla y León podría aprovechar la apertura de Cuba para impulsar sus exportaciones al país que rozan los once millones

Cuba se presenta como un socio con un enorme potencial comercial, tras el reciente acuerdo con Estados Unidos, que ha supuesto el principio del fin del embargo que ha mantenido congeladas las transacciones económicas con la isla. De hecho, las exportaciones de la Comunidad al país caribeño, en manos del régimen de los hermanos Castro, alcanzaron el pasado año los 10,8 millones de euros, una cifra que había alcanzado los 13,6 millones en el ejercicio anterior.

Los nuevos tiempos que vive Cuba podrían ser aprovechados por muchas empresas de la Comunidad para abrir nuevos mercados. De hecho, Castilla y León mantiene un claro superávit comercial con este país durante el último quinquenio. Entre 2010 y 2014 las exportaciones crecieron un 10,9 por ciento y en el primer semestre del año alcanzaron los 5,5 millones. Por su parte, las importaciones al país caribeño también aumentaron un 82 por ciento, superando los dos millones en 2014.

Las exportaciones realizadas a Cuba se han mantenido más o menos estables a lo largo de los últimos cinco años, registrando su valor más significativo en 2013, una situación que podría dar un vuelco, como reconoce a Ical el empresario vallisoletano Pablo Pombo, gerente de Secrisa, la primera empresa en producir en el país con origen en Castilla y León. “Les falta de todo y los productos básicos son muy necesarios. Lo importante es que algún proyecto empresarial se asiente en el país y ojalá sea así sea ahora, cuando se habla de un mayor aperturismo”, apunta.

Cuba se sitúa como cliente número 58 de Castilla y León con una cuota de participación del 0,08 por ciento y como noveno receptor de las exportaciones en América Latina con una cuota del 2,25 por ciento. Burgos, Segovia y Valladolid concentran aproximadamente el 85 por ciento de las exportaciones realizadas a Cuba con presencia testimonial del resto de provincias. Destaca el crecimiento registrado por las exportaciones burgalesas, que fue del 60 por ciento en cinco años, debido al aumento de las ventas de poliuretano y construcciones de hierro o acero, entre otras.

Hasta 2013 prácticamente el 25 por ciento de las exportaciones de la Comunidad a Cuba se englobaban en maquinaria y equipos, con un valor que superaba los tres millones en 2012 y 2013, sobre todo por ventas de material para riego y maquinaria de trabajo en piedra. En 2014, sin embargo, las exportaciones de maquinaria se redujeron en gran medida, bajando al cuarto puesto y situándose en los primeros el sector de plásticos y caucho con una cuota del 22 por ciento, el de textil y confección (17 por ciento) y metales (15 por ciento), al subir las exportaciones de poliuretano, productos de confección masculina y las construcciones de hierro o acero.

Por detrás se sitúa el sector químico, el agroalimentario y el de automoción, aunque estas exportaciones no superan en ningún caso el diez por ciento.

Importaciones

El valor de las importaciones realizadas de Cuba no es muy significativo, si bien la evolución fue positiva en los últimos años. Se realizan principalmente desde las provincias de Valladolid, Burgos y Segovia, sobre todo, con productos del sector de los metales y el agroalimentario, cuyas importaciones conjuntas suponen el 93 por ciento del total en 2014.

Los principales productos importados han sido los desperdicios tanto de cobre como de hierro o acero, crustáceos destacando los langostinos, y carbón vegetal. Hasta 2013 también destacaron las importaciones de cajas de cartón, calzado de cuero y los desperdicios de aluminio.

En cuanto a las actividades de promoción realizadas en el país caribeño, se llevó a cabo una, englobada en el Programa de Apoyo a Importador', el 18 de febrero de 2010 en el Hotel Nacional de La Habana con una presentación de jamón ibérico de la empresa Embutidos Fermín. El resultado fue muy positivo para la empresa, ya que logró conseguir sus objetivos de obtener nuevos contactos, educar a los consumidores y aumentar su imagen de marca.

De la meseta al caribe

La presencia de empresas de la Comunidad que producen o cuentan con una oficina comercial en Cuba se limita actualmente a una, Pertesa, de origen palentino y con sede social en Valladolid, mientras que otra, la vallisoletana Secrisa, cesó la actividad industrial hace escasos meses, pese a ser la primera en producir en Cuba con origen castellano y leonés.

Se fundó en Valladolid 1991 y su entrada en el país caribeño se llevó a cabo en junio del 97. Entonces se acometió una apertura de un periodo especial hacia Europa que vino determinada por la denominada la Ley de Inversión Extranjera, lo que permitió entrar en un mercado que desde hace décadas tiene una accesibilidad muy limitada.

Su gerente explica los pormenores de una experiencia en la producción de elaborados de vidrio que culminó en diciembre del pasado año. “Antes ya trabajábamos para la cadena turística Trip, ahora Meliá, y coincidió el momento y la circunstancia. El convenio de asociación con el gobierno cubano era inicialmente de diez años, tal y como figuraba estipulado, y luego se prorrogó cinco años más”, indica. En este sentido, la relación concluyó al entender las autoridades cubanas que ya no era necesaria la continuidad de la actividad industrial. “En este país la situación es muy peculiar y, según sus necesidades, así se prorrogan los contratos y los cubanos decidieron que ya no nos necesitaban”, añade.

La fábrica vallisoletana fue inaugurada en La Habana constituyendo una sociedad mixta con el gobierno cubano, denominada Secrisa Caribe SA, a través de una planta de 3.000 metros cuadrados. La inversión inicial fue de 1,4 millones de euros y se llevó a cabo con el fin de manufacturar y fabricar vidrio laminado, vidrio templado, reflectivos, artístico y de otras variedades. “El capital de la sociedad mixta se desembolsó 50 por ciento y nosotros aportamos dinero, maquinaria y 'Know How' (trasferencia de tecnología), mientras que Cuba participó con la cesión del usufructo de la instalaciones de carácter público”, puntualiza Pombo.

Cumplir requisitos

Igualmente, afirma que llegar al mercado cubano es complicado, pero asegura que cumpliendo los requisitos establecidos la actividad empresarial no sufre obstáculos. “Nos ha ido bien la experiencia y con los cubanos lo que hay que ser es muy escrupulosos y respetar el contrato y las condiciones que se imponen en las cláusulas firmadas por ambas partes”, asegura.

Secrisa realizó una inversión inicial que luego precisó de más dinero en maquinaria para proseguir su actividad. No obstante, Pombo reconoce que “no hubo problemas liquidar los activos a partes iguales con el gobierno cubano tras extinguir la sociedad mixta”.

En cuanto al futuro y la posibilidad de la factoría vallisoletana de producir nuevamente en Cuba, su gerente entiende que no es descartable, ya que no hay nadie cubriendo el sector de fabricación de vidrio y hay problemas de abastecimiento. “El caso es que no depende de nosotros el acceder de nuevo a fabricar allí. En Cuba lo que persiguen es que haya empresas que produzcan y no que comercialicen”, afirma.

Única empresa

Por su parte, la única empresa de Castilla y León que actualmente mantiene una relación directa con Cuba es la también vallisoletana de origen palentino Pertesa, especializada en fabricación de equipos de protección laboral para el trabajador y que ha instalado una delegación en el país caribeño. Mantiene desde hace años contactos comerciales con Europa y América que se han consolidado como otro de sus puntos fuertes, lo que ha propiciado la instalación de una delegación cubana, mientras que en África está presente en Mauritania.

Tras más de 20 años de andadura, Pertesa ha crecido y en la actualidad cuenta con tres oficinas y cinco puntos de venta en España. Posee una superficie de ventas de más de 3.000 metros y pertenece al Grupo Silgest, que engloba también La Herramienta Industrial y La Herramienta Express, empresas dedicadas a maquinaria y suministro industrial y distribución de ferretería, respectivamente.

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