Casarse contigo misma, escudo contra el maltrato

fugitiva novia

Milena Pasetti

Ana Távora es psiquiatra, coordinadora de equipos de salud mental en Granada. Sus largos años de trabajo con mujeres en distintas situaciones le ha permitido abordar una idea que, a primera vista, puede resultar provocadora: las mujeres deben estar preparadas para casarse consigo mismas.

¿En qué se basa para hablar a las mujeres de casarse consigo mismas?

Lo que intentamos es dar algunas ideas claras sobre el camino que hay que hacer para pasar de una relación centrada en los otros a otra etapa, donde tu vida la marque fundamentalmente la relación contigo misma. Hablamos en realidad de un trecho corto en la vida de una persona, en el que pasa de construir su identidad a partir de las relaciones con los demás a otro momento en el que se construye a partir de la relación consigo misma.

¿Y cómo se recorre ese camino?

Lo que explicamos es cómo la sociedad en la que estamos coloca a los hombres en situaciones desiguales. Y cómo esa desigualdad da lugar a unos valores que las mujeres incorporan como parte de sus vidas. Y entonces, quedan en un lugar de subordinación. Se trata de un lugar en el que tu sujeto se construye, como decía antes, en las relaciones con los demás en lugar de sus capacidades, deseos, valores. En nuestras investigaciones, vemos que las mujeres tienen una necesidad de que las quieran como la clave para ser ellas mismas. Entonces, te centras más en lo que quiere el otro que en lo que quieres tú.

En nuestras investigaciones, vemos que las mujeres tienen una necesidad de que las quieran como la clave para ser ellas mismas.

¿Todo esto tiene que ver con necesidades entonces?

Claro, hemos visto que a veces esa necesidad de que te quieran se convierte en la clave. Hemos visto como una mujer se siente valiosa si tiene novio o si la quiere una pareja. Y si no es así, no se sienten valiosas. Entonces, buscamos desarrollar determinadas cosas para que eso no sea lo que te constituya, sino otras necesidades como autonomía, desarrollo personal, etc.

¿Qué relación tendría esto con los casos de malos tratos?

Lo que vemos es que muchas mujeres están muy necesitadas de afecto. Han privilegiado mucho el amor del otro, han puesto mucho en ser queridas por un hombre. Y en estas situaciones se produce una situación que llamamos de “amor fusional”. Es decir, al inicio es una manera tan apegada que produce mucha calma. Y cuando quedas pillada en esa dinámica, lo que quieres sobre todo es que el otro te siga queriendo de esa manera. Y no entienden que a veces no es más que que una estrategia de parte del hombre para conseguir que seas una continuidad de él mismo, para darle todo lo que necesita. Y las mujeres en esta situación dejan de pensar en sí mismas y se establece una relación afectiva distorsionada.

¿Cualquier mujer puede “caer” en una relación de este tipo?

Por supuesto que sí. Cualquier mujer que no hay trabajado en profundidad todo este tema. Una vez que tomas conciencia de que esa necesidad de que te quieran no te puede poner en riesgo, aprendes a querer de otra manera, no te dejas arrastrar por esas emociones. Todas las mujeres, en una u otra medida, hemos pasado por situaciones de carencias. Y una relación con esa intensidad confunde a cualquiera. Y tiene que ver con nuestro sistema social.

¿Cómo es eso?

Se trata de cómo nuestro sistema social se organiza en torno a esta idea del amor romántico, para que de esta manera las mujeres lo que hacemos es cubrir las necesidades que tienen los hombres. Lo que pasa es que ellos no pueden aceptar que necesitan que se les cuide, se les proteja, se les sostenga. Muchos no pueden aceptarlo porque se pone en duda su masculinidad, entonces el sistema patriarcal lo que hace es montar todo un bucle para que, creando en las mujeres la necesidad de ser queridas por un hombre, esa mujer no se ocupe de otra cosa que de atender sus necesidades. Y siempre con la fantasía de que le va a dar algo que nunca llega. Es importante que quede claro que se trata de una articulación entre lo social y lo individual. Esta necesidad está sustentada, digamos, porque al sistema social le interesa que a los hombres se les cubra los que les falta.

Una cosa es que te quieran o no, y otra lo que tú eres.

¿Es posible salir de una situación como ésta?

Claro que sí. En un primer momento, es importante que la mujer tenga claro qué es lo que tiene que ver consigo misma y qué es lo que tiene que ver con los demás. Cómo en ti eso de ser querida te construye o no. Y poder ver que eso, en cierta medida, es un montaje. Una cosa es que te quieran o no, y otra lo que tú eres. Existimos, más allá de que nos quieran o no. Si me quiere bien, y si no no pasa nada. Tienes conocer lo que quieres tú, lo que te viene bien, lo que te hace sentir en armonía. No se trata tampoco de pensar que sólo tú eres importante, sino de ubicar las cosas de manera diferente.

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