Carpetazo de la Fiscalía a la investigación del rey emérito porque era inviolable y los delitos prescribieron

El rey Juan Carlos y Sofía en su visita a León con motivo del 1.100 aniversario de la constitución del Reino de León. / POOL/Nacho Gallego / ICAL

La Fiscalía ha archivado la triple investigación que mantenía abierta en torno a Juan Carlos de Borbón y su fortuna alegando que los presuntos delitos están prescritos o que los hechos se cometieron cuando el entonces jefe del Estado gozaba de inviolabilidad.

l Ministerio Público ha decretado el archivo de las diligencias abiertas hace ya más de dos años con tres vertientes sobre el patrimonio del rey emérito: las comisiones millonarias que cobró por su intervención en la adjudicación de las obras del AVE a La Meca, el uso de tarjetas opacas desvelado por elDiario.es y, finalmente, su relación con varios millones ocultos en la isla de Jersey.

En una nota hecha pública esta tarde, la Fiscalía señala que se han “detectado cuotas defraudadas por parte del rey emérito entre 2008 y 2012, todas prescritas menos las de 2012, cuando también estaba protegido por la inviolabilidad”. En cualquier caso, la Fiscalía valida las regularizaciones ante el Ministerio de Hacienda pese a haberlas realizadas el rey emérito una vez fue avisado.

En sus decretos, la Fiscalía reconoce que el rey emérito pudo incurrir en delitos fiscales entre 2008 y 2012 por los fondos que recibió la Fundación Lucum, del propio Juan Carlos I, en una cuenta en Ginebra, pero que quedan impunes: la mayoría estarían prescritos y el último, el de 2011, también quedaría impune por la inviolabilidad que protegía a Juan carlos de Bornbón antes de su abdicación en 2014.

La Fiscalía también da por buenas las regularizaciones fiscales que hizo la defensa del rey emérito en dos ocasiones por un valor superior, en total, a cinco millones de euros. Los investigadores entienden que los avisos que la Fiscalía fue dando a su abogado sobre la apertura de diligencias no pueden considerarse como un aviso formal y que, por tanto, la regularización le vale para evitar una acusación por fraude fiscal: “Las notificaciones de incoación de Diligencias de Investigación no podían tener, en los momentos en que se realizaron, el carácter de trasladar el conocimiento formal del inicio de diligencias que activara el bloqueo temporal a la regularización”, dice el escrito.

En cuanto al dinero detectado por las autoridades antiblanqueo en un trust de la isla de Jersey, la Fiscalía relaciona esa fortuna con Joaquín Romero Maura y no, finalmente, con el monarca. “No existe indicio alguno que permita vincular The JRM 2004 Trust con S.M. D. Juan Carlos de Borbón, ni en su gestión ni en la capacidad para disponer de los fondos; en ningún momento ha tenido la condición de beneficiario del trust ni consta que haya percibido cantidad alguna de sus cuentas”, dice el decreto de la Fiscalía.

Triple investigación

La investigación en torno a Juan Carlos I y su fortuna arrancó en la Fiscalía Anticorrupción en el marco de la operación Tándem, cuando la lupa estaba sobre los audios grabados en los que Corinna Larsen, examante del monarca, se refería al supuesto cobro y ocultamiento de decenas de millones de euros por parte del rey emérito. Ya en 2020 fue la Fiscalía del Tribunal Supremo la que tomó las riendas de la investigación y empezó a analizar el dinero que cobró por conseguir, supuestamente, que las obras del AVE a La Meca fuese adjudicado a un consorcio de empresas españolas. Decenas de millones de euros que, además, el monarca habría escondido en el extranjero a espaldas de Hacienda.

Desde un primer momento, la Fiscalía dejó claro que no iba a cuestionar la inviolabilidad que protegió a Juan Carlos de Borbón hasta junio de 2014, fecha de su abdicación. “Esta investigación se centra, precisamente, en delimitar o descartar la relevancia penal de los hechos que ocurren con posterioridad al mes de junio de 2014, momento en que el Rey Emérito dejó de estar protegido por la inviolabilidad” que le reconoce la Constitución, dijo la Fiscalía del Supremo en el primer comunicado del caso.

Las diligencias se fueron ampliando con el paso de los meses. Primero, tal y como reveló elDiario.es en exclusiva en noviembre de 2020, cuando Anticorrupción descubrió que tanto el rey emérito como varios familiares habían usado durante años tarjetas de crédito a espaldas del fisco con dinero, supuestamente, procedente del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause. Después cuando las autoridades anti blanqueo detectar un fondo en Jersey con varios millones de euros que, en ese momento, vincularon al monarca emérito.

Los pagos y los avisos

La apertura de nuevas diligencias discurrió en paralelo a una maniobra de la defensa del rey, ejercida por el abogado y antiguo fiscal Javier Sánchez-Junco, para intentar hacer las paces con Hacienda y esquivar una acusación penal por fraude fiscal. El primer pago llegó en diciembre de 2020, cuando su defensa aseguró que el miércoles 9 de ese mes había pagado 678.393,72 euros para regularizar el dinero que no pagó a Hacienda mientras usó las tarjetas opacas entre 2016 y 2018. Más de un mes después de que este periódico revelara la existencia de las pesquisas y después, según reveló el diario El País, de que la Fiscalía le informase de que estaba siendo investigado.

Estas comunicaciones llegaron a la defensa del rey emérito tras la apertura de las tres línea de investigación, y en el caso de las tarjetas fue acompañada de una regularización poco después ante Hacienda. Es la clave de bóveda del asunto: el eje de la investigación siempre fue el posible delito fiscal y el Código Penal permite evitar una causa penal por fraude si la regularización ha llegado antes que las diligencias de la Fiscalía. La duda era si los avisos del Ministerio Público, anteriores a los pagos a Hacienda, eran suficiente para interrumpir estos plazos y evitar la impunidad.

Un segundo pago llegó en febrero de 2021, cuando su defensa abonó 4,4 millones de euros para hacer frente a una serie de gastos no declarados por los vuelos que durante años pagó la Fundación Zagatka, de su primo Álvaro de Orleans. Un dinero que supuso una nueva línea de investigación y que, según El País, procedía de una serie de empresarios cercanos al monarca que, además, buscaron la forma más beneficiosa de hacerlo ante Hacienda: usaron contratos de préstamo y no donaciones para evitar pagar en torno a un 40% en impuestos.

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