Careo a tres: madre, hija y agente de la Policía Local para cerrar el caso del crimen de Carrasco
Tras el encuentro entre madre -María Montserrat González-, e hija -Montserrat Trinidad Martínez- que provocó la confesión de la primera como autora del crimen que acabó con la vida de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, y la posterior colaboración de la hija, un nuevo careo ha tenido lugar esta tarde hacia las 16.30 horas incluyendo a la agente de Policía Local, Raquel Gago Rodríguez, implicada en los hechos.
La Policía Nacional ha vuelto a interrogar a la agente ante la Policía Judicial que lleva la investigación, a pesar de que esta misma mañana permanecía en libertad con cargos, imputada por un supuesto encubrimiento de los hechos. De esta forma se ha producido un careo a tres entre madre, hija y agente para estudiar posibles contradicciones entre las implicadas en el asesinato y poder cerrar el caso del crimen de Carrasco.
El motivo que ha llevado a imputar a Raquel G.R es la relación íntima que mantendría con la joven detenida por la muerte de Carrasco, Triana Martínez. Ayer por la noche, la agente de policía entregó el arma homicida casi 30 horas después de que fuera utilizada para acabar con la vida de la presidenta de la Diputación.
Esta relación afectiva de íntima amistad, conocida en su entorno más cercano, genera nuevas dudas sobre el grado de implicación de la agente de policía leonesa en el suceso, según ha podido saber iLeon.com de fuentes solventes.
Su testimonio de anoche, tras llevar personalmente a Comisaría un bolso que contenía el arma la pistola Taurus con la que todos los indicios apuntan que se realizaron los disparos mortales contra Isabel Carrasco, incidía en que ella desconocía su existencia a pesar de haber transcurrido casi 30 horas y que pudo haber sido colocada en el maletero de su coche por Triana, la hija de la presunta autora material del asesinato, muy pocos minutos después de que éste se produjera, dado que ambas se encontraron en algún punto de la huida de Triana en una conocida calle del centro de León en la que la agente de policía local estaba realizando unas compras. Siempre según ha trascendido de su primera y voluntaria declaración.
En ese impás de tiempo cercano a las 30 horas, Raquel G.R., de 41 años de edad, continuó realizando sus labores policiales con normalidad, llegando a formar parte, como casi todo el cuerpo municipal de policía, del operativo de seguridad que han conllevado todos los actos de recuerdo de Isabel Carrasco.