La boutique clandestine, una tienda que aparece y desaparece

Laura y Marta, de La Boutique Clandestine.

I.R.

A Marta siempre le horrorizó tener que ir vestida igual que el resto de niños del colegio; ansiaba un estilo diferente, una ropa que no siguiese el mismo patrón que el de los demás... y terminó montando su propia tienda. Pero La Boutique Clandestine tampoco es un negocio tradicional, de hecho, es un comercio que -como su nombre sugiere- tan pronto aparece como desaparece.

Cuando Marta, de 32 años, comenzó con la idea a principios del pasado año, sus amigos no le hacían “ni caso”, según cuenta, y ella misma ni siquiera sabía que lo que hacía tuviese un nombre, 'Pop-up Store'. Pero a base de hacer contactos, de viajar aquí y allá, de meterse cada vez en un mundo que de por sí le apasionaba, fue haciéndose un hueco.

Después llegó Laura, que compartía con Marta el mismo gusto por la moda, pero no lo supo hasta que en junio de este año se juntaron en una cena remember del colegio. “Empezamos a hablar y la moda nos unió”, comenta Laura, quien ahora colabora en el negocio.

Siguiendo su filosofía, no siempre ofrecen lo mismo sino que se trata de un proyecto abierto a nuevos diseñadores y además cuentan con ropa vintage y de segunda mano que venden de manera itinerante y en su tienda on line. Tienen muchas prendas compradas en Londres -hace poco pasaron una semana de mercadillos- y de diseñadores emergentes españoles.

Hace unas semanas organizaron un showroom en el bar Saint Roman de León y este sábado tuvo lugar otro en la peluquería Galería (calle Conde Luna, 7) para presentar las prendas de la nueva colección, que permanecerán allí toda la semana para quien quiera acercarse a echar un ojo. Además de la presentación de la ropa, un dj amenizó la tarde, la gente que pasó por allí se fotografió en el photocall y disfrutaron de un vino y una tapa.

“Queremos que la gente tenga otra forma de comprar, que se involucre”, comenta Laura. No buscan una venta sin más, sino que pretenden crear todo un ambiente alrededor de este acto, otorgar una personalidad al evento mediante conciertos o exposiciones de fotografía. En definitiva, cambiar las formas de consumismo, como destacan en su página de Facebook, algo que en León van consiguiendo poco a poco. “Las últimas veces en León hemos visto más movimiento, antes la gente era más tradicional pero se va aconstumbrando y se abre a cosas nuevas”, comenta Marta.

De todas formas, el grueso del negocio lo tienen en Madrid, donde Marta colabora también con otros tiendas de moda. La Boutique Clandestine suele organizar un showroom una vez al mes, porque ellas elaboran todo el material -flyers, carteles...- además de la organización del evento.

Aunque llevan más de un año de andadura, prefieren ir “con pies de plomo”. “Valoramos abrir una tienda física -comenta Marta- aunque es una inversión muy grande y ya tenemos la tienda online”.

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