La ola de calor provoca un aluvión de denuncias por las altas temperaturas en edificios públicos de León
Mientras la ola de calor azotaba la provincia de León, batiendo récords históricos, pacientes, niños de entre 0 y 3 años, y trabajadores han sufrido en el interior de edificios públicos leoneses temperaturas por encima de los 30 grados durante horas y, en caso de los ingresados, días. Esto ha hecho evidente que las construcciones no están preparadas para soportar las altas temperaturas de las olas de calor que son cada vez más freceuentes.
El miércoles 13 de julio la ciudad de León batió su récord de temperatura máxima para un mes de julio: 37,5 grados nunca vistos desde 1942 y cerca del récord histórico de la medición de Aemet en el aeropuerto de La Virgen del Camino de 38,2 grados en agosto de 1987. Las temperaturas mínimas no bajaron durante días de los 20 grados, llegando a los 24,5 durante la madrugada del domingo 17; la temperatura mínima más alta desde que hay registros.
Algunos edificios como la Gerencia Territorial de Servicios Sociales en León, el Hospital Monte San Isidro y las Escuelas Infaniles de la Junta son algunos de los ejemplos de edificios mal adaptados para el calor extremo que se ha vivido en la provincia durante la ola de calor y para el que la Administración no estaba preparada ya que, aunque estas temperaturas son anormales en León, no han sabido adoptar medidas temporales a tiempo, dejándolo en manos de los ciudadanos.
Pacientes a 32 grados
Los familiares de los ingresados en el Hopital Monte San Isidro, ubicado en un edificio antiguo sin aire acondicionado, denuncian que en el interior de las habitaciones la temperatura ha alcanzado 32 grados. Es el caso del testimonio de Luz Rabanal, la familiar de una paciente de 92 años que ingresó el viernes 15 de julio con deshidratación y una prueba covid positiva.
El sábado 16 de julio los familiares llevaron a la habitación un termómetro para comprobar la temperatura y marcó los 32 grados. Además, debido a la prueba covid positiva la anciana se encontraba aislada en la habitación, con las puertas cerradas, y los visitantes tenían que entrar con una bata por encima de su ropa, lo que provocaba que la sensación térmica fuese superior.
“Mi abuela lo estaba pasando muy mal, además de encontrarse enferma tenía que soportar esas temperaturas tan altas. Lloraba de angustia y se quería ir. Nosotros tampoco aguantábamos la situación ni verla sufrir así y el sábado pedí el alta voluntaria”. Cuando trasladaron la solucitud a las enfermeras, la médica de guardia visitó la habitación.
Aunque al principio la sanitaria tuvo un desacuerdo con los familiares, cuando éstos le explicaron que el problema radicaba en el calor de la habitación ésta se mostró más comprensiva pero insistió en que se quedasen debido al delicado estado de salud de la paciente y, como solución, les propuso que trajesen de casa un ventilador. “No fuimos los únicos, el sábado todo el mundo entraba en el Hospital con los ventiladores a cuestas desde casa”, cuenta la nieta de la anciana ingresada.
El sábado todo el mundo entraba en el Hospital con los ventiladores a cuestas desde casa, cuenta la familiar de una paciente en el Hospital San Isidro.
Lo mismo cuenta el hijo de otra de las pacientes, una mujer de 80 años que ingresó también a la planta covid del centro, a quien los familiares llevaron el lunes 18 un ventilador de casa para aliviar el calor extremo de la habitación. En cambio, desde el Complejo Asistencial de León, CAULE, (que integran los hospitales Monte San Isidro, Santa Isabel y Hospital de León), aseguran que el sábado 16 se habían repartido 27 ventiladores y que actualmente hay 72 ventiladores en las 68 habitaciones.
“Mi madre estaba muy grave, comenté el domingo el calor con una enfermera y nadie me informó ni mencionó que hubiera ningún ventilador disponible, me dijeron que los trajera desde casa”, asegura este familiar, “No considero que sea culpa del personal, que nos han atendido desde el primer momento perfectamente”.
“Nosotros ya hemos presentado una reclamación en Sacyl”, informa a este periódico Luz, “Lo grave es que hay pacientes, como la compañera de habitación de mi abuela, en un estado muy grave de salud y que no tienen visitas que puedan llevarles desde sus casas ventiladores o abanicos. ¿Qué opción tenía esta gente?”.
También en la Gerencia Servicios Sociales y las escuelas infantiles
Una trabajadora de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales en León denunció que los despachos del centro de trabajo superaban los 30 grados y que el único aire acondicionado del que disponen no resulta efectivo para la temperatura tan extrema del edificio: “Hay despachos en los que da el sol desde las 9 de la mañana. Llevamos ventiladores y abanicos desde casa”, cuenta la trabajadora.
De este problema ya ha sido alertado el sindicato UGT, que ha investiga el caso después de haber mandado un escrito de denuncia a la Gerencia, que ya estaba al tanto de las quejas. No es la primera vez que se aborda este asunto, la Comisión de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León ya había abierto una investigación hace dos años, pero el problema ha persistido.
La delegada de Prevención de Riesgos Laborales de UGT León, Inés González, ha visitado en persona la Gerencia y con un termómetro ha comprobado que a las 9.20 horas los despachos ya alcanzaban los 29 grados el jueves 14 de julio. “El tema del aire acondicionado que hay es complejo porque hay muchos trabajadores que se niegan a encenderlo porque dicen que hace mucho ruido y que no les deja trabajar”, comenta González. Según la delegada el teletrabajo no es una opción, descartada por los propios trabajadores, que necesitan acceder frecuentemente al archivo físico de la Gerencia.
Por si fuera poco, la Gerencia Territorial de Servicios Sociales no contaba con una empresa de mantenimiento contratada, la anterior había descartado renovar el contrato por cuestiones económicas.
Los nuevos técnicos de mantenimiento de los aparatos del aire acondicionado no llegaron al centro de trabajo hasta el miércoles 20: “Han revisado los aires acondicionados y arreglado los que estaban rotos. La cuestión es que estos aparatos necesitan que primero se abran ventanas y luego se mantengan cerradas las puertas y ventanas de los despachos, y aun así solo reducen 5 grados la temperatura”, cuenta la delegada de Prevención de UGT.
En cambio, durante la tarde del mismo día, los trabajadores experimentaron el mismo calor que de costumbre, sin ninguna mejora.
La delegada de Prevención de Riesgos Laborales también ha sabido que el mismo problema se repite en todas las escuelas infantiles públicas, de niños de 0 a 3 años, de León. Allí han alcanzado temperaturas sobre los 29 y 30 grados. Allí, el Comité de Salud Laboral ha recomendado que se coloquen de forma provisional ventiladores que tiene que adquirir la Junta.
Apostar por la eficiencia energética
La arquitecta Raquel Santamarta lo tiene claro: “Todos estos problemas tienen mucho que ver con la eficiencia energética, que incluye mejorar el aislamiento y la ventilación de los edificios, más que instalar aparatos de aire acondicionado”.
La arquitecta Raquel Santamarta: Todos estos problemas tienen mucho que ver con la eficiencia energética, que incluye mejorar el aislamiento y la ventilación de los edificios, más que instalar aparatos de aire acondicionado.
Hablar de eficiencia energética es hablar de reducir el consumo y las emisiones: “Si mejoras la cubierta y la fachada de un edificio te bajará el consumo, pero si sigues manteniendo un aparato que consume mucha energía, va a consumir mucho y a costarte mucho dinero, y más ahora con la subida de precios. Es un círculo”.
El Ayuntamiento de León ha llevado a cabo varios concursos para rehabilitar instalaciones de fachada y cubierta y mejorar su eficiencia energética, pero hay muchos otros edificios, especialmente los antiguos, que continúan con esta situación.
Para Santamarta es muy importante el aislamiento para limitar las temperaturas extremas, cada vez más frecuentes: “León no está preparada para el calor. Siempre pensamos que aislar solo sirve contra el frío pero también para el calor. Si un edificio está bien aislado, no importa la temperatura de fuera, y ese debería ser el objetivo”.