El Ayuntamiento ha retirado en lo que va de año 812 palomas de los edificios de la ciudad
El Ayuntamiento de León, a través del Área de
Salubridad, realiza el control de plagas urbanas. Según la OMS (Organización
Mundial de la Salud), se consideran especies plaga aquellas que son capaces
de transmitir enfermedades infecciosas para el hombre, causar daños, pérdidas
económicas o deteriorar el hábitat y/o incidir en el bienestar, siempre que su
presencia sea de forma continua y esté por encima de los niveles considerados
de normalidad.
En la ciudad de León la población de palomas ha crecido, si bien no puede
considerarse como una plaga. Y es precisamente el alto número de palomas y
de otras aves como los estorninos el que provoca también un alto número de
quejas de los ciudadanos: 46 en lo que va de año y 43 en 2015. Como dato de
referencia, en 2014 se registraron 25 quejas.
La distribución de las palomas en el municipio no es uniforme, existiendo áreas
con una mayor carga debido fundamentalmente a la existencia de edificios
abandonados donde hacen sus nidos y presencia de alta carga de hostelería y,
por tanto, de disponibilidad de alimento.
Las actuaciones que se realizan actualmente desde Salubridad Pública se
centran en la atención de las reclamaciones presentadas por los ciudadanos y
si es necesario, aplicación de medidas correctoras adecuadas, como instar a
los ciudadanos a que no les den de comer y que limpien los edificios en los que
anidan. A petición del titular, y si las condiciones del inmueble son adecuadas
(seguridad del inmueble, espacios y ubicación adecuadas...), se procede a
realizar la captura de las palomas que han colonizado el edificio, mediante la
colocación de jaulas trampa. En estos casos, se solicitan los oportunos
permisos administrativos y las aves recogidas se entregan a un gestor
autorizado. Desde el año 2014 se han retirado de edificios y viviendas un total
de 3.808 palomas. En lo que va de año, 812. En 2015 se retiraron 1.768 y en
2014 un total de 1.228.
El impacto de las palomas se deja sentir en plazas públicas, edificios
singulares, municipales y comunidades de propietarios, además de ser
transmisoras de enfermedades. La invasión del medio urbano como alternativa
de hábitat por parte de las palomas conlleva perjuicios en edificios, en el
patrimonio artístico y monumental y es causa de molestias para los
ciudadanos. El uso de determinadas zonas (balcones, buhardillas, casas
abandonadas) como lugar de descanso o de anidamiento, son motivo de
denuncia por parte del ciudadano, fundamentalmente derivadas del acumulo de
excrementos (palomina) y por ruidos.
Por otro lado, su acción sobre tejados y cubiertas provoca en muchos casos
actuaciones de restauración de tejados y fachadas. Igualmente provocan
obstrucciones y roturas de canalones y bajantes con los consiguientes
problemas de riesgos de goteras en los inmuebles afectados, obstrucciones
derivadas de la acumulación de plumas o al posicionamiento de sus nidos. Los
excrementos de estas aves, ricas en ácidos fosfórico y úrico, son muy
corrosivas resultando un serio peligro para la integridad de los elementos
arquitectónicos, especialmente pétreos y metálicos. A todas estas molestias
habría que añadir los riesgos de tipo sanitario.