Las autopistas leonesas incrementan su tráfico pesado en el primer trimestre del año
Las autopistas se han vuelto a convertir en territorio de camiones y autobuses, pese a que desde hace dos años no existen ayudas públicas para promover el uso de las vías de peaje frente a las carreteras convencionales, más congestionadas. Este año, los seis corredores que atraviesan la Comunidad, registran un incremento del tráfico pesado del 6,5 por ciento, con una Intensidad Media Diaria (IMD) que supera los 1.586 vehículos, una cifra no vista en los últimos tiempos.
De esta forma, el aumento registrado en Castilla y León supera notablemente al incremento del conjunto de las autopistas y túneles de peaje de la Red de Carreteras del Estado, según los datos recopilados por Ical en el Ministerio de Fomento. De hecho, en el arranque del año, en enero y febrero, anotaron una subida del 5,1 por ciento, si bien la intensidad media fue de 2.627,5 vehículos al día, muy superior a la que soportan las vías de la Comunidad.
El tráfico pesado de las autopistas se ha recuperado notablemente ya que en los años más duros de la crisis tocó suelo, lo que puso contra las cuerdas a varias concesionarias, ya que el paso de turismos y furgonetas también descendió notablemente, por el frenazo de la actividad económica del país. Sin embargo, la recuperación ha conseguido elevar el número de usuarios, con un incremento del 5,3 por ciento en 2016, el mejor registro desde 2011, tras encadenar tres años al alza.
Sin embargo, la caída acumulada desde 2006, el año en que registró el récord histórico de 23.909 vehículos, era todavía del 23,4 por ciento al cierre del pasado año. En total, el tráfico en las autopistas y túneles de peaje se incrementó un 4,8 por ciento en los meses de enero y febrero, al registrar el paso diario de 15.098 vehículos. De momento, Fomento descarta recuperar el plan de descuentos que de forma piloto puso en marcha en varias autopistas.
Por el contrario, el Ministerio baraja la posibilidad de impulsar el modelo implantado en Cataluña, en la AP-7, la Autovía del Mediterráneo, en el tramo entre Maçanet de la Selva (Girona) y la frontera con Francia. Requiere un acuerdo entre el Gobierno y la comunidad, para financiar la bonificación de la que se benefician los transportistas y compensar a la concesionaria.
Más transportistas
Las seis autopistas principales de la Comunidad -la AP-6 de Villalba a Adanero, la AP-1 de Burgos a Armiñón, la AP-66 de León a Campomanes, AP-51 de Ávila a Villacastín, AP-71 de León a Astorga y la AP-61 de Segovia a San Rafael- presentan una intensidad medida diaria de 1.586 vehículos pesados en los dos primeros meses del año, frente a los 1.488 del mismo periodo de 2016.
El tramo entre Ávila y Villacastín (AP-51) presenta el mayo ascenso, con una subida del 11,4 por ciento, con 492 vehículos pesados al día. Le siguió el de Segovia-San Rafael, en la AP-61, con un aumento del 9,7 por ciento y 577 camiones y autobuses. También creció, aunque en menor medida, en la AP-66, entre León y Campomanes (Asturias), al experimentar un avance del 7,79 por ciento y una intensidad medida de 1.266 vehículo.
Igualmente, en la AP-6, el tráfico pesado aumentó un 7,26 por ciento de Villalba a Adanero, con 3.359 vehículos. También, la autopista entre Burgos y Arminón, cuyo peaje vence en el año 2018, registró un aumento del 4,84 por ciento y 3.326. Por último, la vía que conecta León y Astorga (AP-71) también vio crecer el tráfico pesado un 2,8 por ciento, hasta los 496 vehículos.
¿Sin peaje?
El Ministerio de Fomento no prorrogará el plazo de concesión de las autopistas de peaje que vencen en los próximos años. Entre ellas figura la AP-1 Burgos-Armiñón, que gestiona Itínere, así como la AP-7 Tarragona-Alicante y la AP-4 Sevilla-Cádiz, que concluye en 2019, y dos tramos de la AP-7 (La Junquera-Barcelona y Barcelona-Tarragona) y la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo, que expiran en 2021, todas en manos de Abertis. De esta forma, pasarán a manos del Estado para, “en su momento, decidir la mejor forma de explotarlas”.
La Junta de Castilla y León mantiene su exigencia de que la AP-1 sea una autovía libre y gratuita una vez finalice la concesión en noviembre de 2018, aunque Fomento podría barajar la aplicación de un peaje blando o de un sistema de pago vinculado a matrículas. La asunción de esta vía generaría un mayor desembolso en materia de conservación para el Ministerio, cuyas cuentas siguen sufriendo los ajustes presupuestarios.