La Audiencia de León citará a declarar a 76 testigos y peritos para el juicio por la muerte de la peregrina

Peio García / ICAL Zona donde desapareció la peregrina americana Denise Thiem, cerca de la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares. En la imagen la finca del presunto autor de la muerte de la peregrina Miguel Ángel Muñoz.

La Audiencia Provincial de León citará a 76 personas en calidad de testigos y peritos para declarar en el juicio por la muerte de Denise Pikka Thiem, la peregrina americana que perdió a vida asesinada presuntamente por Miguel Ángel Muñoz Blas en abril de 2015, tras ser atacada a la altura de Castrillo de los Polvazares cuando realizaba el Camino de Santiago, según publica en su edición de hoy Diario de León.

De acuerdo al escrito de calificaciones del Ministerio Fiscal, la acusación particular y al defensa, que obran en poder de este periódico, la cifra final de personas que pasarán por la sala de vistas de la Sección Tercera del Palacio de Justicia acabará acrecándose al centenar. En cualquier caso, por el momento no se ha fijado fecha para la celebración del juicio, que tendrá lugar por el sistema del Tribunal del Jurado (jurado popular) previsiblemente no antes de enero de 2017.

La nómina de testigos y peritos es especialmente nutrida. La fiscal del caso, María Tornadijo, presta especial relevancia al testimonio de los agentes de la Policía Nacional que procedieron al traslado del acusado desde la localidad asturiana de Grandas de Salime, donde fue arrestado, hasta la Comisaría de la Policía Nacional en Astorga. Fue en este desplazamiento en el que llevó a cabo la confesión de los hechos que había cometido y se reconoció culpable de la muerte de la peregrina.

El segundo testimonio al que también se le concede especial relevancia es el de los agentes que descubrieron el lugar en el que se encontraba el cadáver de la fallecida, siguiendo las indicaciones de Muñoz Blas. Sostienen los policías que sin su ayuda, no hubiera sido posible haber localizado el cuerpo, pese a que ahora el sospechoso asegure que no tuvo nada que ver con el fallecimiento de Pikka Thiem y que si confesó su autoría fue por presiones policiales y por un episodio de miedo insuperable.

Además de los 21 agentes de la Policia Nacional y de las policías locales de Astorga y Grandas, (la acusación particular eleva la nómina de agentes citados a declarar a 63) también serán citados a declarar ciudadanos a los que se reclama en calidad de testigos. Una de las mas importantes será la empleada de la localidad bancaria de Astorga en la que Muñoz Blas canjeó los 1.132 dólares que después se demostró que portaba la víctima en el momento del crimen.

Están citados también a declarar el dueño de una tienda de pinturas en la que entró a comprar el acusado varios días después del crimen, el presidente de la junta vecinal de la localidad a la que pertenece el término municipal en el que se encontraba el domicilio del sospechoso, la que fuera pareja del investigado (antes imputado) y la letrada que asistió en primer lugar al procesado, por la relevancia que todo estos testimonios pueden comportar para la ia vista oral, que se anuncia prolongada por la cantidad de prueba que habrá que practicar en sala para los miembros del jurado popular.

También se ha solicitado la presencia en sala de un peregrino que acompañó a Denise en los últimos kilómetros de su trayectoria, antes de que se produjera el fatal desenlace y se ha solicitado un traductor de inglés para que se pueda seguir el testimonio de Cedric Thiem, el hermano de la víctima.

La familia solicita una indemnización de 150.000 y 100.000 euros respectivamente para los padres y el hermano de la fallecida, pero rebaja en un año la pena que propone la fiscalía. El Ministerio Público eleva la pena a 25 años de cárcel, por los 24 de la acusación particular, que encarna los intereses de los Thiem.

Corte en el cuello

La descripción correlativa de los hechos que presenta la familia sostiene que Miguel Ángel, al objeto de evitar ser visto, arrastró el cuerpo, aun con vida de la víctima a un lugar más apartado y menos visible, despojándola de su mochila momento en el cual le efectúa un corte en el cuello que resulta mortal de necesidad.

Posteriormente, y en las inmediaciones del lugar donde dio muerte a la joven y tras despojarla de su ropa, procedió a enterrarla aprovechando la existencia de un agujero existente en el lugar, amputando previamente ambas manos del cadáver, las cuales no han sido halladas.

La víctima sufrió un cuadro de lesiones complejo conforme el informe médico forense de autopsia, presentaba en el esqueleto craneal fracturas compatibles con un impacto con un objeto contundente, así como múltiples fracturas en región naso orbitaria y fracturas lineales en mentón y rama mandibular derecha, con pérdida de tejido óseo en región alveolar anterior, con desprendimiento de diente 42 y fractura en corona de diente 41.

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