Aportaciones que mejoran la vida de todos

José Antonio Jambrina Valdeón

El pasado 23 de mayo, un accidente de tráfico, terminó con la vida de un extraordinario matemático estadounidense que, paradójicamente, fue galardonado con el Premio Nobel de Economía (1994), compartido con los economistas europeos, Reinhard Sellen y John Harsanyi, alemán y húngaro, respectivamente. El premio Nobel les fue concedido por las aportaciones a la teoría de juegos y los procesos de negociación.

La periodista y escritora alemana afincada en Estados Unidos, Sylvia Nasar, relata la vida del matemático y premio Nobel, en la novela “Una mente maravillosa”. Novela finalista del Premio Pulitzer y llevada al cine por Ron Howard el año 2001, protagonizada por Russell Crowe.

Efectivamente, hablamos de John Forbes Nash (Bluefield, Virginia, 13 de junio de 1928). Faltaban pocos días para que cumpliese los 87 años.

Nash entiende el juego como una forma de relación entre dos o más jugadores plenamente racionales - a la hora de tomar una decision, tienen en cuenta los planes de los otros jugadores implicados en el juego-, con información completa, que persiguen sus propios intereses, pero aceptan un resultado que proporcione, a la mayoría de los jugadores, beneficios mutuos y eviten que la relación se corte.

Nash, en su modelo teórico, rompe con algunas de las restricciones impuestas por el matemático austrohúngaro John von Neumann, a saber: participan dos únicos jugadores o agentes (juegos bipersonales) y el juego proporciona siempre el mismo valor conocido como “suma cero” de los pagos - lo que un jugador ganaba era lo que otro perdía-. Un juego de este tipo es el ajedrez.

La teoría de juegos, analiza los “comportamientos estratégicos” de los jugadores. Los “comportamientos estratégicos” son los que se adoptan teniendo en cuenta tanto la influencia de las decisiones propias como las ajenas sobre el resultado del juego. Existe interrelación entre los jugadores y no tomarán decisión alguna sin considerar antes los comportamientos que espera van a desarrollar los otros jugadores. Los resultados de cada jugador, van a depender de las decisiones de los demás.

El equilibrio de Nash no es una solución óptima, maximizadora de la utilidad de cada jugador, pero si es una solución de equilibrio, porque todos los agentes presentes en el juego la aceptan. Ningún jugador siente la tentación de cambiar de estrategia ya que cualquier cambio implicaría una disminución en sus pagos. Los pagos se entienden, como lo que el jugador recibe del juego.

Aplicado a situaciones que implican conflictos y ganancias, como la política o los negocios, Nash aporta otro resultado distinto al clásico - ganar/perder- de la teoría de juegos. El resultado clásico, consecuencia de estrategias que buscan optimizar el beneficio de un jugador a costa de la (s) pérdida (s) de otro (s) jugador (es), conduce al conflicto, al enfrentamiento, a la destrucción de valor. Por contra, el fin del juego que busca John Nash es ganar-ganar, consecuencia de estrategias competitivas puestas en práctica por jugadores -agentes- que aún teniendo en cuenta alcanzar su propio interés, se alinea con el interés de los otros participantes en el juego.

Un ejemplo: las negociaciones políticas que se están llevando a cabo para hacer de Europa un Estado único para un conjunto de países que en estos momentos son soberanos. El plantear las negociaciones buscando soluciones del tipo ganar-ganar, teniendo en cuenta equilibrios como el de Nash, pueden aportar un tremendo avance para la convivencia y el progreso de los ciudadanos de dicha región al pasar a pertenecer a un Estado más fuerte en todos los aspectos.

La sociedad abierta avanza con comportamientos estratégicos que buscan llegar a escenarios que integren a todos sus miembros, donde todos tengan idénticas oportunidades y puedan llegar tan lejos como sus capacidades y actitudes se lo permitan.

Es un enfoque distinto al tradicional, como comentamos en párrafos anteriores, pero no es nuevo. Este planteamiento, en la metodología de la teoría de juegos, data de 1951, año en el que Nash presenta su tesis - juegos no cooperativos-, que le convirtió en Doctor por la Universidad de Princeton (New Jersey).

En estos días de negociaciones entre políticos de distintas ideologías, donde lo que persiguen son resultados “egoístas”, del tipo ganar-perder, sería conveniente que reflexionaran sobre el mensaje que proporciona el equilibrio de Nash y busquen los mayores resultados positivos inclusivos.

¿Es mucho pedir esta reflexión a personas que no tienen claro (permitirme esta ingenuidad en el planteamiento) la finalidad de su trabajo? ¿Negocian para maximizar sus ganancias particulares o para mejorar la vida de los ciudadanos a los que representan? Países con este perfil de políticos llevan en sus entrañas la corrupción, la confrontación, el conflicto permanente que conducen a la marginación del mismo y a la pobreza generalizada a sus ciudadanos.

John Forbes Nash, a pesar de su esquizofrenia, aportó cooperación a la competencia sin sentido. En el juego de las negociaciones propuso equilibrios frente a vencedores y derrotados.

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