Alertan de la desaparición de especies comunes en zonas de ribera de la provincia de León

Fauna del Órbigo

Antonio Vega

Desde Arcó queremos poner en este artículo el punto de mira en las especies de flora, porque sin ellas no existen tampoco las especies de fauna. Antes hacían nuestras casas, las calentaban, las llenaban de muebles, nos curaban, eran parte de nuestras herramientas de trabajo y un largo etcétera. Empezaremos a hablar de nuestros árboles más comunes como salgueros, paleras,(tipos de sauces), fresnos, chopos del país, o acabar hablando de plantas como la margarita mayor silvestre, aunque la realidad es que son más de 20 especies de árboles y arbustos, y cientos de especies de plantas herbáceas en estos espacios se encuentran en peligro y en algunas zonas, extintos. La gestión agresiva de las concentraciones parcelarias, las plantaciones de chopo híbrido con escasa regulación, la agricultura industrial, el descenso de la utilización de la tierra para la ganadería, el uso de herbicidas y la quema indiscriminada son algunos de los factores que vienen llevando a la desaparición de nuestras especies incluso más comunes en nuestras riberas sobre todo estas tres últimas décadas con pinta de acabar hasta con “el último salgueiro”.

Podemos enumerar algunas de las especies arbóreas de ribera, usando primeramente y en algunos casos, nombres comunes dentro de la provincia para su reconocimiento, seguido del nombre común en castellano y el científico: Fresno (Fraxinus angustifolia, fraxinus excelsior), chopos del país (populus nigra), chopos blancos o álamos (populus alba, p.trémula, p.canescens), salgueros y paleras de unos 4 ó 5 especies según zonas (sauces, salix alba, s.caprea, s.neotricha, s.purpúrea, s.atrocinerea, s.elaeagnos, etc...), negrillo (olmo, ulmus minor), ablanal, avellano (alnus glutinosa), pláganu (arce, acer pseudoplatanus), umeiro (aliso, alnus glutinosa) sabucu, sabugueiru ( sauco, sambucus nigra); frutales silvestres como unas 7 variedades contando hibridaciones naturales o variedades locales de ciruyal-cirolar (ciruelo, prunus spinosa, p.doméstica, p.insititia, p.cerasifera), de cerezal-zreixal, (cerezo, p.padus, p. avium) de guindal (guindo, prunus cerasus), de membrillal (membrillo, cydonia oblonga), peral (pyrus comunis, p.cordata), de manzanal (manzano, malus sylvestris) de silval, gilval (sorbus domestica); de estaracal, escambrión, espino mayueto (majuelo, crataegus oxacanta), espino cerval, cambrón (rhamnus catharticus), yezgo (sambucus ebulus), sangueño (rhamnus frángula).

Arbustos como: mundiella (mundillo, viburnum opulus), aligustre (ligustrum vulgare), cornacabra (cornejo, cornus sanguinea), bola de nieve (symphoricarpus albus), madreselva (lonicera periclymenum), yedra (hedera helix), agabanzal (rosa de mosqueta, rosa canina), agabanzal rosa (rosa villosa), bonetero (euonymus europaeus), mora (rubus ulmifolius, rubus radula), titos (rubus caesius), etc.

Y plantas menores como clavelines (narcisus bulbocodium), flor de sapu (diente de león, taraxacun officinalis), hogacinas de San Juan (malva, malva sylvestris, malva nicaeensis), cañafloja (angelica major), (daucus carota), (thapsia villosa), menta (mentha polegium), (mentha longifolia), uva de perru (dulcamara, solanum dulcamara), (verbascum thapsus), margarita (bellis peremnis), achicoria (cichorium intybus), (cyrsium vulgare), margarita mayor (leucanthemum vulgare), aceda (acedera, rumex acetosa), (polygonum persicaria), llanten (plantago lanceolata, plantago major, plantago media, plantago alpina), (lamium ampleicaule), valeriana (centranthus calcitrapae) cardencha, cardenca (cardo cardador, dipsacus fullonum), milenrama (achilea millefolium), margaza (manzanilla amarga, anacyclus clavatus), (artemisa vulgaris), (arthemis arvensis), (echium vulgare), gamón (asphodelus albus), ortigón (ortiga mayor, urtica dioica), (rumex crispus), (violeta riviniana), (prímula vulgaris), geninflu (cenizo, chenipudium album), jabonera (saponaria officinalis), enredadera (clematis vitalva), centella (caltha palustris), (ranunculus ficaria), cirigüeña (celedonia mayor, chelidonium majus), (fumaria officinalis), papola (amapola, papaver roeas), gatiña (gatuña, ononis spinosa), (aliaria petiolata), (capsella bursa-pastoris), fenoyu (hinojo, foeniculum vulgare), (agrimonia eupatoria), (filipendula ulmaria), miruéndanu ( fresa silvestre, fragaria vesca), (epilobium hirsutum). Todas las asociadas a la palabra general yerba, pastos (dáctilis glomerata), flecha (ordeum murimun), trébol (trefolium medium, t. pratense, t.repens), (vicia angustifolia, v. cracca), (vicia sativa), (geranium robertianum), (poa pratensis), (holcus lanatus), (phalaris arundinacea) y un largo etcétera.

Esta desaparición se lleva por delante a decenas de especies de aves, mamíferos y reptiles, además los anfibios y peces asociados a los humedales desaparecen también.

No debemos olvidar que cada ser en nuestra cultura, tiene un nombre y un uso, con lo que esta se está viendo mermada. Igualmente también se podrá ver mermada nuestra creación futura y nuestro desarrollo. Sabemos que nuestros avances tecnológicos y científicos se basan en la observación de la naturaleza, la variedad nos enseñó y enseña. Saber que la aspirina salió del uso de la corteza de la palera (sauce blanco, salix alba), es importante para darle valor a lo que tenemos.

Para que un agricultor hoy en día se gane la vida, necesita muchas hectáreas, dado que los precios de los cultivos convencionales a gran escala no dependen de él, además de ser muy bajos. Las reconcentraciones y nuevos regadíos encarecerán la tierra, pudiendo quedar con ella sólo las grandes fortunas o los bancos en caso de impago de labrador que se hipoteca, con lo que ello conlleva de empobrecimiento y abandono del campo. Esto ya pasa con algunos otros tipos de explotaciones industriales ganaderas o agrícolas.

Desde nuestra asociación llamamos a conservar los pequeños rincones que quedan y a buscar nuevas formas de desarrollo como la plantación de árboles autóctonos de madera de calidad, (fresno, aliso, u otros), respetando, o creando en caso de que no existan, cierros/sebes, setos, con todas las variedades autóctonas alrededor de las explotaciones, que conservarán la humedad y en los que habitarán especies de aves que controlan plagas. Si respetamos también la hierba que crece entre los árboles, puede ser aprovechada como pasto para aprovechamiento própio o destinada a la venta. También creemos que la gran variedad de frutos silvestres podría dar lugar a productos de alto valor como mermeladas, licores, bebidas, vinagres, fruta fresca, todo ello con el plus de ecológico y sostenible para las generaciones futuras. Otra forma positiva de preservar y crear nuevas formas de empleo sería fomentar jardines de vegetación autóctona, con todas las virtudes que tiene por la adaptación al medio de estas plantas como por ejemplo, la menor necesidad de cuidados. No nos debemos olvidar del cultivo sostenible de todas esas plantas como plantas medicinales o para infusiones. Todo ello y alguna otra medida, haría que al incrementar el valor del producto, por ser escaso, novedoso y de calidad, tuvieran trabajo más personas, contribuyendo a fijar población en el medio rural ya que a mayor valor de producto, menos cantidad de tierra sería necesaria.

Conservemos la última cuneta, el último cembo, la última sebe, para conservar “el último salgueiro” como metáfora de las cientos de especies que desaparecen. La diversidad es el futuro.

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