La Universidad de León participa en un proyecto internacional para investigar los beneficios del pastoreo tradicional

Rebaño de ovejas.

Agencia ICAL

Cuatro investigadores del área de Botánica de la Universidad de León (ULE) -Raquel Alonso, Ángel Penas, Alejandro González y Sara del Río- participan en un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que pretende estudiar los efectos beneficiosos del pastoreo tradicional en ámbitos como la biodiversidad, la calidad del medio ambiente y la economía rural. Bautizado como ‘Ecospas’, el proyecto cuenta con 24 investigadores más de otras 15 universidades españolas e internacionales.

En el equipo se integran científicos de universidades y centros agrarios y tecnológicos de Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Madrid, Portugal, Escocia y Australia. La investigación está liderada por Javier Pérez-Barbería, del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Imib), un centro adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic). El presupuesto asciende a 254.000 euros, procedentes de los fondos para Proyectos Estratégicos Orientados a la Transición Ecológica y a la Transición Digital.

Según sus responsables, el proyecto Ecospas “contribuirá a hacer del pastoreo tradicional una herramienta útil para la restauración de ecosistemas y ayudar a mitigar el abandono rural”. Sobre el terreno, las acciones se desarrollarán en áreas de Castilla y León y Castilla-La Mancha y se enfocarán a la búsqueda de modelos de negocio y mecanismos para mejorar la integración social de las familias de pastores y a concienciar a la sociedad de los valores del pastoreo tradicional.

Esta actividad milenaria ha contribuido al establecimiento de grandes asentamientos humanos permanentes, ya que ha provisto a las poblaciones de recursos animales sin depender de seguir sus movimientos migratorios y estacionales para cazarlos. Además, el pastoreo se caracteriza por el cuidado de los animales en su medio, aprovechando el pasto natural y guiando sus movimientos para evitar el ataque de los depredadores, el daño a cosechas y otros bienes.

La actividad no sólo provee de carne, productos lácteos, pieles y lana, sino que paralelamente presta otros beneficios al medio ambiente, como el fomento de la biodiversidad. Sin embargo, una excesiva presión del pastoreo tradicional en una zona tiene un efecto negativo sobre suelos, la vegetación y la fauna que se alimenta o vive en ella, advierten los responsables del proyecto.

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